tag:blogger.com,1999:blog-69644407262518687642024-03-27T10:49:32.698-03:00Palabras enreveradasMartín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.comBlogger177125tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-49914155254972815132024-03-26T14:00:00.000-03:002024-03-27T10:49:01.283-03:00Todos los espacios son de lucha<p><span style="font-family: inherit;"><span><b><span style="color: #38761d;"><u>Dónde leer gratis mis dos libros y algunas notas periodísticas que escribí:</u></span><br /></b></span></span></p><p><span style="font-family: inherit;"><span><b>• </b><i style="font-weight: bold;">Lo hago para que me quieran</i> (mi primer libro):<br /></span> <a href="https://issuu.com/_martinestevez/docs/lo_hago_para_que_me_quieran">https://issuu.com/_martinestevez/docs/lo_hago_para_que_me_quieran</a></span></p><p><span><b>• </b><i style="font-weight: bold;">Todos los espacios son de lucha</i><b> </b>(mi segundo libro):<br /></span><a href="https://online.fliphtml5.com/rofxf/glmh/#p=1">https://online.fliphtml5.com/rofxf/glmh/#p=1</a></p><p><u><span style="color: #2b00fe;"><b><br /></b></span></u></p><p><u><b><span style="color: #38761d;"><span>• </span><span>Notas periodísticas que escribí entre 2006 y 2010</span></span></b></u></p><p><b><i>• </i>Mundo Messi (2006).</b> Me mandaron una semana a vivir en el barrio en el que vivía Lío.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2008/11/mundo-messi.html">https://martinestevez.blogspot.com/2008/11/mundo-messi.html</a> <br /><b><br />• Volver al pasado (2006).</b> ¿Cómo eran el mundo y los deportes en 1906?<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/01/volver-al-pasado.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/01/volver-al-pasado.html</a><br /><br /><b>• Luces y sombras de Tiger Woods (2006).</b> La triste infancia del mejor golfista de la historia.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/01/luces-y-sombras-de-tiger-woods.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/01/luces-y-sombras-de-tiger-woods.html</a> <br /><br /><b>• Dueños de casa (2006).</b> ¿Qué rareza comparten las ligas de fútbol de Myanmar, Ucrania, Georgia y Egipto? <br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/02/duenos-de-casa.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/02/duenos-de-casa.html</a><br /><br /><b>• Historias de tatarabuelos y héroes (2006).</b> ¿Cómo se jugaba al fútbol en 1903?<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/09/la-historia-de-banfield-capitulo-2-1900.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/09/la-historia-de-banfield-capitulo-2-1900.html</a><br /><br /><b>• Do-re-mi-fa-gol! (2007). </b>Catálogo de relaciones entre la música y el fútbol. <br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/06/do-re-mi-fa-gol.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/06/do-re-mi-fa-gol.html</a><br /><br /><b>• Volver al pasado (2007). </b>Continuación de la nota sobre 1906: ahora, cómo era el deporte en 1907.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/07/volver-al-pasado-parte-ii.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/07/volver-al-pasado-parte-ii.html</a><br /><br /><b>• Vals para un match olvidado (2007).</b> ¿Qué sucede con los partidos de fútbol borrados de la historia?<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/09/la-historia-de-banfield-capitulo-6-1913.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/09/la-historia-de-banfield-capitulo-6-1913.html</a><br /><br /><b>• El deporte negro (2008).</b> Un abrazo lleno de admiración a las y los tenistas africanos.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/09/el-deporte-blanc-negro.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/09/el-deporte-blanc-negro.html</a><br /><br /><b>• Esperando el milagro (2008).</b> Descenso, quiebra, exorcismo… Los 25 años en los que Racing estuvo marcado por el sufrimiento y la mala suerte.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2009/10/racing-esperando-el-milagro.html">https://martinestevez.blogspot.com/2009/10/racing-esperando-el-milagro.html</a><br /><br /><b>• Hasta la victoria siempre (2008).</b> Entrevista a Martín Vassallo Argüello, tenista con conciencia social.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/01/hasta-la-victoria-siempre.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/01/hasta-la-victoria-siempre.html</a><br /><br /><b>• Política y fútbol (2008). </b>Partidos entre selecciones de fútbol de países enfrentados bélicamente.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/04/armenia-turquia-mucho-mas-que-futbol.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/04/armenia-turquia-mucho-mas-que-futbol.html</a><br /><br /><b>• El chico que se las sabía todas (2008). </b>Ficción en la que un adolescente pone a prueba sus conocimientos sobre la historia del fútbol.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/10/historia-de-banfield-capitulo-9-1922.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/10/historia-de-banfield-capitulo-9-1922.html</a><br /><br /><b>• Los dioses y tontos del 2009 (2009). </b>Un balance del deporte muy atípico.<br /><a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/11/los-dioses-y-los-tontos-del-2009.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/11/los-dioses-y-los-tontos-del-2009.html</a><br /><br /><b>• Historia de los Mundiales (2010). </b>Una mirada crítica a la Copa del Mundo.<br />Parte 1: <a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/12/historia-de-los-mundiales-primera-parte.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/12/historia-de-los-mundiales-primera-parte.html</a><br />Parte 2: <a href="https://martinestevez.blogspot.com/2010/12/historia-de-los-mundiales-parte-2-1974.html">https://martinestevez.blogspot.com/2010/12/historia-de-los-mundiales-parte-2-1974.html</a></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-73116116778325191132023-06-21T21:30:00.002-03:002023-06-29T21:42:50.797-03:00El pumita de plástico<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh74y2hMclTdFPtqv66nuFsHxTNPc0oUOWi1JTiHz3z47RrbjvFHdTWizeMK-RKTAD0rOTjABX6raAw8lAD3NNvsRlWRFpJMt6pD0MiTIGLBf8f3zQ-3S3PnRWtYSXd4debSNI_nImf6U9VmAzQ5qa5OjeM__LcEaWBqjllnmITof2vxsfcwSxay8Rbl5UR/s1892/Casa%2066.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1307" data-original-width="1892" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh74y2hMclTdFPtqv66nuFsHxTNPc0oUOWi1JTiHz3z47RrbjvFHdTWizeMK-RKTAD0rOTjABX6raAw8lAD3NNvsRlWRFpJMt6pD0MiTIGLBf8f3zQ-3S3PnRWtYSXd4debSNI_nImf6U9VmAzQ5qa5OjeM__LcEaWBqjllnmITof2vxsfcwSxay8Rbl5UR/w400-h276/Casa%2066.JPG" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: inherit;">Pensaba vivir para siempre en la casona
de Oliden donde crecí. Con mi primo Matías incluso teníamos dividida la casa:
él en la planta alta y yo abajo. Pero los años pasan, a veces cambiamos y
nuestros sueños también cambian. Después soñé otra casita con pasto para cortar
y una novia que aceptara convivir con mis campañas de Racing y mis 5.500 historietas.
Pero los años pasan, a veces cambiamos y nuestras novias también cambian.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Recién a los 25 años asumí que era hora
de irme de Oliden, de mi mamá, de mis abuelos, pero mi abuelo se fue antes: un
cáncer se le agarró fuerte y se lo llevó de su casa, de nuestra casa, para
siempre. Decidí quedarme un tiempo más para compartir ese profundísimo dolor
con Fanny y con Tati.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Hoy tengo 27 años y del lugar en el que
quiero vivir solo me importan dos cosas: que tenga un balconcito para tomar
aire y no tener que alquilar jamás. Lo primero no es tan difícil, y para lo segundo
vengo ahorrando desde los 17 años.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Desde chico me obsesionó la idea de no
alquilar: me resultaba absurdo pagar todos los meses para vivir en algún lado.
Llevo diez años juntando peso por peso, viviendo con austeridad extrema para
ganarle a un sistema que me quiere inquilino.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Hace dos años me echaron de la revista <i>Fox
Sports</i> y luché una indemnización que me acercó a mi objetivo, pero tampoco
alcanzaba. Hasta que el año pasado, gracias a la recomendación de un amigo (dios
te salve, Pablo Aro Geraldes) me contrataron de la revista <i>El Gráfico</i>. ¡4.400
pesos de sueldo mensual! Una fortuna inmensa que aumenta mis ahorros superlativamente:
ya tengo la mitad de la plata que cuesta un departamento.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Voy a pedir un préstamo al banco para
pagar el otro 50% y devolverlo en cómodas cuotas durante diez o veinte años. Todo
va bien y empiezo a ver departamentos con balcón. Mi parte soberbia se
enorgullece de haberlo logrado sin pedirle un peso a nadie.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Pero ¡ay!: desde el banco me responden
que, como tengo poca antigüedad en mi trabajo, no me darán ningún préstamo. ¡Es
una burocracia absurda! Averiguo, averiguo y no hay caso: tengo que esperar al menos
tres años para que la computadorita de un banco de mierda determine que sí puedo tener
casa propia.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Así, como si nada, se me rompió la
ilusión. <i>¿Y ahora qué?</i>, pienso una noche en mi piecita de Oliden, cuando entra
Tati y me dice:</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–Negrito, escuchame… Averigüé y puedo
conseguir que te presten esa plata, pero está difícil: hay que devolver la
plata y todos los intereses en tres años. No hay más tiempo que eso. Más no
puedo hacer.</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><i><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">–Pero… ¿cómo lo conseguiste?</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–No te preocupes por eso</i> –dice Tati, y me
la imagino durante un segundo como la reina de la mafia bonaerense, moviendo
contactos–.<i> El tema es… ¿vas a poder pagarlo?</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Hacemos cuentas, rápido: tengo que pagar
4.000 pesos por mes durante 36 meses. Mi enorme sueldo de 4.400 quedaría
reducido a 400 pesos por mes.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–Decí que sí, aceptá el préstamo </i>–le
respondo sin dudar.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><i><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">–Pero Martín… ¿cómo vas a vivir con 400
pesos por mes?</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–No te preocupes por eso. La plata va a
estar</i> –le digo, y Tati me imagina durante un segundo comiendo pasto todo el día
en un departamento.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Consiguiendo ese préstamo y todo,
descubro que la plata no alcanza para un departamento con balcón. Se van agregando
gastos y gastos de todos lados. Bajo mis pretensiones y encuentro 28 metros
cuadrados con dos ventanas grandes que serán suficientes para empezar otra
etapa de mi vida.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Llegó el día de juntar la plata,
llevarla a la escribanía, firmar. De no alquilar nunca jamás. Mi niño interior me
felicita por haberlo logrado. Pero nunca nadie nos explica nada y de golpe hay más
honorarios, certificaciones y no sé qué. Sumo, sumo y ni siquiera diez años de
ahorros más un préstamo impagable más olvidarme de tener balcón alcanzan. Me
falta una fortuna: 8.400 pesos.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Si no consigo la plata en 24 horas se
cae todo e incluso voy a perder la seña que ya pagué. Se me ponen los ojos
llorosos, pero no me caen las lágrimas. Tengo rabia. Por primera vez entiendo
que esos diez años de ahorro y paciencia fueron una pelotudez inmensa. Que el
sistema siempre gana.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–Los tengo, Martín.</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–¿Qué?</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–Tengo esa plata, Martín. Mis ahorros</i>
–me dice Tati.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–No, Tati. No. Es tuyo. En serio. Además
no te lo voy a poder devolver hasta dentro de tres años, con suerte. Me quedan
400 pesos por mes. No.</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–Pero después vemos, negrito, mirá, si
vos…</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"><i>–¡Pará! ¡Sí, sí puedo! ¡El aguinaldo,
Tati! El de junio y el de diciembre. En apenas 6 meses te puedo devolver todo! ¡Y
hasta me sobran 400 pesos! ¡El aguinaldo, Tatita!</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Y nos abrazamos. Y le agradezco.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Vamos juntos, firmamos muchos papeles,
saludo a los viejos dueños del departamento. Es día de semana: Tati se tiene
que ir urgente a trabajar, y yo también debería. Pero me dan las llaves y estoy
a solo algunas cuadras. No me puedo resistir: voy caminando rápido, subo
escaleras y entro por primera vez a mi departamentito, a mi casa, a mi nuevo
hogar.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Sin soberbia porque no pude solo: me
ayudaron Tati y miles de obreras y obreros que lucharon por el aguinaldo entre
1910 y 1946. Tampoco tengo balcón, ni nada de nada: todo está vacío, blanco, un
mundo nuevo que tengo que empezar a llenar de cero. Lloro tirado en el suelo,
salto, miro por las ventanas, entra aire puro. Meto la mano en un bolsillo y
encuentro un pumita chiquito de plástico que me guardé hace unos días, cuando
había ayudado a una amiga a mudarse.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Entonces antes de irme, dejo al pumita
parado arriba de lo único que hay: el portero eléctrico. Pero quiero que esta
casa tenga algo mío desde ahora mismo. No sé cómo voy a vivir con 400 pesos por
mes ni qué pasará en los próximos años, pero hoy mi vida, otra vez, cambia para
siempre. Hoy conseguí el lugar en el que voy a vivir quién sabe cuánto tiempo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;">Hoy, 21 de junio de 2011, no tengo ni
idea de que, 12 años después, el pumita de plástico seguirá acá y que cada vez
que lo vea recordaré, emocionado, que este día existió.</span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-59459693999375474472022-12-30T21:49:00.028-03:002023-01-02T23:55:35.221-03:00La noche en que fui violento<p><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK8vGAiUJewXIeswzZqI6hHNNcxOV3eSPuqkKTCLrPdaig_rWNox72gRDXsSl00qgxjYTu0Cjm9yNube96I6A8x2sCq04Xqfzh9aHqIn8YOfiqHQHdgLyzNpeWNfxdnLHviq4Yoywb5tq91gmfl8dR17BMJhXD30l-ej9yWBPDotDGbTGLCdpEUOZGQA/s5120/violento.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5120" data-original-width="5120" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK8vGAiUJewXIeswzZqI6hHNNcxOV3eSPuqkKTCLrPdaig_rWNox72gRDXsSl00qgxjYTu0Cjm9yNube96I6A8x2sCq04Xqfzh9aHqIn8YOfiqHQHdgLyzNpeWNfxdnLHviq4Yoywb5tq91gmfl8dR17BMJhXD30l-ej9yWBPDotDGbTGLCdpEUOZGQA/w400-h400/violento.jpg" width="400" /></a></b></span></div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><b><br />Por Martín Estévez</b></span><p></p><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Hace exactamente 12 años, el 30 de diciembre de 2010, hice lo peor que hice en mi vida: violenté a una mujer. Estábamos en una habitación y, en medio de una discusión, le di una piña a una puerta y la rompí. El texto debería terminar acá, porque todo lo demás va a sonar a justificación, pero nunca hay justificación para las violencias de género. Tampoco para la mía. Entonces, ¿por qué estoy contando esto? Por muchos motivos mezclados. Tal vez porque a la verdad está bien decirla aunque duela. Tal vez para aliviar un poco la culpa que, 12 años después, todavía siento. Pero quisiera pensar que el motivo principal es la esperanza de que le sirva a algún hombre para reconocer algún síntoma y no llegar al extremo violento al que llegué. </span><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Contar que escribo temblando y con dolor de panza sería una forma de buscar una compasión que la violencia de género nunca merece. Pero igual lo cuento: me escondo en esta angustia que siento ahora para que no me odien. Pero… ¿y yo no me odiaría? ¿Qué pensaría yo de un hombre que le pega una piña a una puerta mientras discute con una mujer? </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">No es la primera vez que lo cuento. Muchas mujeres de mi vida saben lo que hice: es justo advertirles que se relacionan con alguien que fue violento. ¿”Fue” violento o “es” violento? ¿“Fui” violento o “soy” violento? ¿Acaso tienen fecha de vencimiento las violencias? Si un hombre que mata a una mujer es un femicida para siempre… ¿alguien que violentó a una mujer no debería ser llamado violento para siempre? Me lo vengo preguntando, con muchísimo miedo, desde hace 12 años. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Este texto no va a tener prolijidad, ni detalles literarios, ni le voy a calcular caracteres para que entre bien en Instagram. Nomás quiero contar crudamente como un hombre que nunca (ni antes ni después) le pegó a nadie, que ni siquiera le había gritado a una mujer, pudo convertirse en un violento. Me lo recuerdo a mí mismo: no tengo que justificarme. Tengo que contar qué cosas me llevaron hasta lo peor de mí. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">El 30 de diciembre de 2010 había citado a mi papá para, por primera vez en la vida, hablar de temas tabú: por qué me había abandonado durante algún tiempo, por qué nunca pudimos tener una relación profunda, qué poco nos conocíamos el uno al otro. Yo (recién ahora lo entiendo) estaba haciendo un intento desesperado para salvar ese vínculo. Para no quedarme sin papá. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Esa charla fue triste y frustrante: mi papá y yo hablamos (como casi siempre) en distintos idiomas. Éramos personas demasiado diferentes. Hubo una barrera infranqueable en la conversación que me llenó de angustia, y también de mucho enojo. Mi papá no me pudo dar las respuestas que esperaba, o necesitaba, o deseaba. Pero yo estaba muy vulnerable para decírselo, para enojarme con él. Me guardé todo para adentro, salí del café y empecé a caminar. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Cometí el error de ir a una fiesta en la que estaba mi pareja. Le había contado que me iba a juntar con mi papá, pero (como solemos hacer los hombres, como suelo hacer yo) le resté importancia sentimental, nunca le conté todo lo que me jugaba en ese encuentro. Cuando llegué, la fiesta estaba avanzada y ella estaba un poco efusiva por el alcohol. Yo, para evadir mi angustia, intenté hacer lo mismo, pero no me sirvió. Entonces, al rato le empecé a pedir que nos fuéramos, sumando otro error: no le expliqué el motivo. Solo le pedía que nos fuéramos. Ella, en todo su derecho, no accedió a mi casi caprichoso pedido. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Pasé un rato largo sin saber qué hacer, hasta que me acerqué y le dije que me iría sin ella. Se enojó y decidió irse conmigo, probablemente para no tener que volverse sola. Caminamos en tenso silencio y llegamos a su casa. Nos sentamos en su cama, cada uno en una punta. Yo estaba furiosísimo y no sabía por qué. Ella me reprochó pensando que yo había tenido un ataque de celos: que porque hablaba con otros hombres yo sentí golpeada mi masculinidad. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Yo seguí mi cadena de errores y, en vez de explicarle que eso no era cierto, me enojé todavía más y me quedé callado. Ella siguió diciendo que no podía creer una reacción tan celosa e infantil de mi parte, y eso me hizo sentir humillado. No quiero justificarme: ella no me estaba humillando. Yo me estaba sintiendo humillado, que es diferente. Bastaron una mueca y algunas palabras más (que sin querer me tocaron una fibra íntima) para que yo cometiera la peor acción de mi vida: pegarle una piña a la puerta de su habitación hasta astillarla. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Ella me gritó: “¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Estás loco?!”. Yo me miré los nudillos ensangrentados, salí corriendo al comedor y me senté en el suelo a llorar. No siento compasión de mí: le había pegado a un objeto estando solo con una mujer. Eso, aunque no haya sido mi intención, siempre puede entenderse como “mirá qué fuerte te puedo pegar”. Es terrible, es gravísimo lo que hice. Fui culpable de un acto horroroso. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Mi pareja podría haber quedado traumada para siempre: podría haber arruinado parte de su vida. Pero tuve mucha, muchísima suerte: ella tenía una personalidad muy fuerte y no sintió miedo. Nos quedamos un rato en silencio, en habitaciones separadas. Imposible saber si fueron 5 minutos o una hora. Hasta que de pronto se acercó despacio, me levantó la cara y me dijo: </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">–Ay, Martín… ¡hoy te juntabas con tu papá! </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Y me abrazó fuerte. Y lloramos juntes. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Le pedí perdón millones de veces, ella me perdonó a la primera. Les dos entendimos que eso no alcanzaba, que el hecho era grave y que yo tenía que trabajar para que no volviera a ocurrir. Empecé a formarme en género y a repensar todas mis acciones como hombre. También acordamos algo: yo tendría que arreglar la puerta cuando ella no me viera porque el daño generado era únicamente mi responsabilidad. El trabajo recién estaría terminado cuando a ella le resultara imposible encontrar el lugar en el que yo la había roto. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Fuimos pareja durante un año y dos meses más. Luego nos separamos cariñosa y cordialmente por otros motivos. Pero en ese tiempo, y tras varios intentos, yo no había logrado ocultar perfectamente la marca. Así que incluso estando separades, nuestro acuerdo siguió: ella me dio copias de su llave y, cuando ella no estaba, yo intentaba reparar la marca de mi violencia en su puerta. Me fue difícil imitar el veteado de la madera, hasta que un día ella me mandó un mensaje diciéndome que ya era imposible ver dónde había sido el golpe. Que la puerta estaba sanada. Y que me quería. Le respondí que yo también. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Si piensan que terminé contando una historia de amor, o de aprendizaje, para tratar de atenuar que ejercí violencia de género, tal vez tengan razón. No voy a discutirlo, sería otra violencia más. Pero aunque es posible que este texto tenga el objetivo nefasto de lavar mi culpa, aun así les puede servir a otros hombres para no cometer las mismas violencias. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Yo tuve montones de chances de no llegar a eso. Podría haber caminado hacia otro lado después de hablar con mi papá. Podría haber descargado mi angustia contra él. Podría haberme ido de la fiesta al ver que no me sentía cómodo. Podría no haber tomado alcohol estando inestable emocionalmente. Podría haber entendido lo que me pasaba antes de pedirle a mi pareja que se fuera de un lugar donde la estaba pasando bien. Podría haberme ido de su casa cuando me sentí humillado. Pero no. Hice todo mal. Fui acumulando errores, tensiones, violencias dentro mío. Y, sin medir consecuencias, las liberé frente a alguien que no tenía nada que ver con todo eso. Violenté a la mujer que amaba. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Doce años después, sigo trabajando todos los días para nunca más cometer algo así. Y sigo agradeciendo que quien era mi pareja no haya sentido miedo y haya dejado atrás la situación rápidamente. Pero no alcanza con todo eso, tal vez no alcance con nada, y está bien: mientras haya patriarcado, mientras sigamos oprimiendo a mujeres y disidencias sexo-genéricas, estará bien que los hombres nos avergoncemos, nos lamentemos, nos arrepintamos y nos duela cada violencia de género que hayamos cometido. Que cualquiera de nosotros cometa. Ese infierno interno sigue siendo poco comparado con el infierno que resulta para cada mujer este mundo machista. </span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">No quiero terminar este texto con una frase grandilocuente o que intente lavar mi violencia. Ya bastante sospechoso de querer justificarme es todo esto que escribí. Lo que quiero es volver a ponerme en la cara y en la conciencia lo que hice, para que me impulse a disminuir cada vez más las posibilidades de volver a hacerlo. No quiero contar qué a partir de entonces mis formas cambiaron, que mis reacciones son más lentas y meditadas. Quiero asumir que todos los hombres somos (en mayor o menor medida) violentos, y que no es excusa ni argumento que así fuimos criados: es nuestra responsabilidad aprender, reflexionar y trabajar todos los días, en cada lugar y situación en la que estemos, para ser cada vez un poquito menos violentos de lo que yo fui aquella noche.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-74008412613009821012022-09-23T23:50:00.003-03:002022-09-23T23:55:07.299-03:00No me avergüenza decir que llegué a amarlo<p><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; font-family: inherit; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPByxNObFqWfU-JW6RYEOZBNXXTknfQNN4rL3yUWboF_sjuMngo8yyVDVzRd-0VdkkbIaM-XjZ_xdgcVXwqsnWqTiD3CKwNgfsH-Z-xhjSsgqts6cz6pozJ1A6G8o0fHQwWGY8d-lIrhapsgHsyE4t4s63TWLvn8EeDkDPTlC2LmXs6QhopoWZkkeolQ/s2360/UNLZ%2012%20ret.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1765" data-original-width="2360" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPByxNObFqWfU-JW6RYEOZBNXXTknfQNN4rL3yUWboF_sjuMngo8yyVDVzRd-0VdkkbIaM-XjZ_xdgcVXwqsnWqTiD3CKwNgfsH-Z-xhjSsgqts6cz6pozJ1A6G8o0fHQwWGY8d-lIrhapsgHsyE4t4s63TWLvn8EeDkDPTlC2LmXs6QhopoWZkkeolQ/w400-h299/UNLZ%2012%20ret.jpg" width="400" /></a></b></div><b><span style="font-family: georgia;">Por Martín Estévez</span></b><p></p><span style="font-family: georgia;">Está sentado solo en un rincón del aula, lee un libro de Lovecraft en inglés, jamás lo escuché hablar pero me gusta cómo esquiva los bancos de la universidad para sentarse en ese rincón. Siento que camino parecido. Me acerco como si no me diera nervios y le digo “¿Te molesta si te hablo?” sin intuir que está amaneciendo la amistad más importante de mi vida. </span><div><span style="font-family: georgia;"> </span></div><div><span style="font-family: georgia;">Es miércoles 8 de septiembre de 2010 y empiezo a querer a Leandro como me gustan los amores: progresivos y constantes y suaves y tranquilitos. Tengo 26 años, él 18, y todo lo demás que escriba no puede transmitir eso que tiene la amistad: sentir que no estamos tan solos en el mundo. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me sentía aislado en la universidad pero también en mi forma de existir. Y Leandro era un poco Borges, un poco palta y un poco jugar. Y era todo austeridad. Era lo que hubiera querido ser a los 18: una persona que sabía escuchar y que sabía, a secas. Había sentido y pensado cosas que yo todavía no. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">No me avergüenza decir que llegué a amarlo. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Después de 33 meses recorriendo ferias, libros, plazas y autogestiones, nos juntamos una noche larguísima y hermosa, y creamos con descaro una organización social a la que en los siguientes nueve años se sumarían más de 100 personas. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me llevó a andar en bicicleta y dormir en carpa, me presentó a mis siguientes amigos, me enseñó a jugar al ping-pong, me cocinó cosas riquísimas. Aunque el mundo cambia y nos cambia, y crecieron diferencias que nos dolían, las pudimos mirar con un poco de verdad y un poco de sarcasmo. Fuimos sobreviviendo a nuestras crisis de amor. Crecimos juntos. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Siguió pasando la vida, las amistades, el capitalismo y el mundo. Nos fuimos alejando, acercando y alejando otra vez. Hoy no sé si lo conozco, pero al Leandro que conocí no le gustaba que ventilara intimidades, así que escribo contenido: el amor es también (y esencialmente) respetar el deseo del otro. Ojalá él también entienda que no escribo esto por impúdico, sino por necesidad. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Y escribo sensible, porque la amistad es tal vez la más importante de las relaciones humanas, y nunca se habla lo suficiente sobre ella. ¡Cuántas cosas tengo para decir! Que para conocer amigues hay que andar con el alma un poco desabrigada, que cuando muere una amistad a veces necesitamos un tiempo de duelo, y que aunque la amistad es una magia tan pasajera como todas las magias y todos los sentimientos y todos los mundos, es también una de las pocas ilusiones que hacen que esta vida sin sentido tenga sentido al menos por un rato. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Gracias a vos, Leandro de mi alma, durante vaya a saber cuántos años mi vida tuvo sentidos y risas y palíndromos y amor, y Federer y asambleas y Etiopías y obsesión, y gracias a nuestra amistad hasta que me muera caminaré la vida con la esperanza de que, mágica, nazca otra amistad como la que nació ese 8 de septiembre de 2010.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-51436991496707049492022-09-16T17:53:00.000-03:002023-01-02T23:57:15.156-03:00¿Qué onda, che, cómo se lee este blog?<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b>► Cuento mi vida en orden cronológico en estos textos:</b></span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><br /></span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/10/burum-bum-bum.html" target="_blank">Burum bum bum</a> (1990)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/10/walter-castano.html" target="_blank">Walter Castaño</a> (1990)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/10/el-amigo-que-perdi.html" target="_blank">El amigo que perdí</a> (1990)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/11/el-peso-de-la-langosta.html" target="_blank">El peso de la langosta</a> (1991)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2011/01/violeta.html" target="_blank">Violeta</a> (1991)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• </span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2011/09/1992.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">1992</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (1992)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2011/10/la-edad-de-mis-preocupaciones.html" target="_blank">La edad de mis preocupaciones</a> (1992)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/02/apenas-algo-de-tavarez.html" target="_blank">Apenas algo de Tavárez</a> (1992)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/05/y-el-respondia-nada.html" target="_blank">Y él respondía "nada"</a> (1993)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/06/la-culpa-la-tiene-casciari.html" target="_blank">La culpa la tiene Casciari</a> (1993)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/07/el-mundial-93.html" target="_blank">El Mundial '93</a> (1993)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/09/terapia-infantil.html" target="_blank">Terapia infantil</a> (1994)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/10/rodolfito.html" target="_blank">Rodolfito</a> (1994)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/11/ir-la-cancha-es-una-mierda.html" target="_blank">I</a></span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/11/ir-la-cancha-es-una-mierda.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">r a la cancha es una mierda</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (1994)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2013/04/soy-varon-la-puta-madre.html" target="_blank">¡Soy varón, la puta madre!</a> (1995)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2013/06/martin-estevez-en-wikipedia.html" target="_blank">Martín Estévez en wikipedia</a> (1995)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2013/07/la-esperanza-no-desciende.html" target="_blank">La esperanza no desciende</a> (1995)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2013/12/duhalde-mi-buen-amigo.html" target="_blank">Duhalde, mi buen amigo</a> (1996)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2013/12/esquinas.html" target="_blank">Esquinas</a> (1996)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2014/07/hoy-mate-al-piojo-lopez.html" target="_blank">Hoy maté al Piojo López</a> (1996)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2014/09/el-doctor-moldes.html" target="_blank">El doctor Moldes</a> (1997)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2014/12/mis-desacuerdos-con-milito.html" target="_blank">Mi problema con Milito</a> (1997)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/01/los-chakales-1-borges-0.html" target="_blank">Los Chakales 1 - Borges 0</a> (1997)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/03/verano-del-98.html" target="_blank">Verano del '98</a> (1998)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/04/no-termine-el-colegio-en-serio.html" target="_blank">No terminé el colegio (en serio)</a> [1998]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/09/mi-mentira-tiene-patas-largas.html" target="_blank">Mi mentira tiene patas largas</a> (1998)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/12/el-dia-que-salvamos-racing.html" target="_blank">El día que salvamos a Racing</a> (1999)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/02/mi-papa-por-fin-me-animo.html" target="_blank">Mi papá (por fin me animo)</a> [1999]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/03/rencorito.html" target="_blank">Rencorito</a> (1999)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/04/me-cortaron-el-pene.html" target="_blank">Me cortaron el pene</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/04/lo-que-me-enseno-marisa.html" target="_blank">Lo que me enseñó Marisa</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/05/los-andes-es-solo-una-cordillera.html" target="_blank">Los Andes es sólo una cordillera</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/06/la-basquetbolista-mas-linda.html" target="_blank">La basquetbolista más linda</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/07/el-asesino-anonimo.html" target="_blank">El Asesino Anónimo</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/08/lo-que-aprendi-en-un-balcon.html" target="_blank">Lo que aprendí en un balcón</a> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/08/que-hacer-si-gustas-de-tu-amiga.html" target="_blank">Qué hacer si gustás de tu amiga</a> (2001)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/09/por-que-odio-bariloche.html" target="_blank">Por qué odio Bariloche</a> (2001)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/11/tan-cerca-del-dolor-y-de-la-fiesta.html" target="_blank">Tan cerca del dolor y de la fiesta</a> (2001)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/11/la-mentira-del-periodismo-deportivo.html" target="_blank">La mentira del periodismo deportivo</a> (2002)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/12/y-vos-de-que-trabajaste.html" target="_blank">¿Y vos de qué trabajaste?</a> (2002)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/12/yo-fui-eyaculador-precoz.html" target="_blank">Yo fui eyaculador precoz</a> (2002)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/12/la-revista-mas-pobre-del-mundo.html" target="_blank">La revista más pobre del mundo</a> (2003)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/02/la-agenda-de-la-verguenza.html" target="_blank">La agenda de la vergüenza</a> (2003)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/03/mi-primera-muerte-virtual.html" target="_blank">Mi primera muerte virtual</a> (2003)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/04/quien-es-el-presidente-de-tus-amigos.html" target="_blank">¿Quién es el presidente de tus amigos?</a> (2003)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/05/estoy-enfermo.html" target="_blank">Estoy enfermo</a> (2004)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/08/en-paz-descanses-e-mail.html" target="_blank">En paz descanses, e-mail</a> (2004)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/09/clarin-me-genera-orgullo.html" target="_blank">Clarín me genera orgullo</a> (2004)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2018/01/dejame-en-paz-lisandro.html" target="_blank">Dejame en paz, Lisandro</a> (2004)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2018/04/los-milagros-son-apenas-matematicas.html" target="_blank">Los milagros son apenas matemáticas</a> (2005)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2018/05/yo-fui-impotente.html" target="_blank">Yo fui impotente</a> (2005)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2018/06/choriplanero-tibio-y-globoludo.html" target="_blank">Choriplanero, tibio y globoludo</a> (2005)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2018/07/homenaje-en-vida.html" target="_blank">Homenaje en vida</a> (2005)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2018/08/me-cago-en-mis-promesas.html" target="_blank">Me cago en mis promesas</a> (2006)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2018/09/soy-rasca.html" target="_blank">Soy rasca</a> (2006)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/02/conoci-messi-de-chiquito.html" target="_blank">Conocí a Messi de chiquito</a> (2006)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/02/el-dia-del-fin-del-mundo.html" target="_blank">El Día del Fin del Mundo</a> (2007)<br />• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/05/del-0-al-37.html" target="_blank">Del 0 al 37</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/06/la-gira-del-desamor.html" target="_blank">La Gira del Desamor</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/01/flashear-amor.html" target="_blank">Flashear amor</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/04/mis-noches-en-el-infierno.html" target="_blank">Mis noches en el infierno</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/04/heroes-por-un-dia.html" target="_blank">Héroes por un día</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/04/la-psicologa-que-no-me-entendia.html" target="_blank">La psicóloga que no me entendía</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/07/abrazame-hasta-que-termine-la-pandemia.html" target="_blank">Abrazame hasta que termine la pandemia</a> (2008)</span><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/08/cuarentenas-eran-las-de-antes.html">Cuarentenas eran las de antes</a> (2008)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/08/vanina-parte-i.html" target="_blank">Vanina (parte 1)</a> [2008]</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/09/vanina-parte-2.html" target="_blank">Vanina (parte 2)</a> [2009]</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/08/mi-novia-flogger.html" target="_blank">Mi novia flogger</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/11/37.html" target="_blank">37</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/01/lo-que-aprendi-en-una-vereda.html" target="_blank">Lo que aprendí en una vereda</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/03/cita-en-un-patrullero.html" target="_blank">Cita en un patrullero</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/03/por-martin-estevez-vanina-no-me-am-y.html" target="_blank">Aunque la vi dos veces</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, times new roman, serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/04/ojala-te-pase.html" target="_blank">Ojalá te pase</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/08/tengo-que-abortar-me-dijo.html" target="_blank">"Tengo que abortar", me dijo</a> (2009)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/10/preguntar-en-terapia-intensiva.html" target="_blank">Preguntar en terapia intensiva</a> (2010)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2021/10/por-martin-estevez-siempre-quise-que-el.html" target="_blank">El título imperfecto</a> (2010)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2022/05/por-martin-estevez-hoy-se-cumplen-12.html" target="_blank">Primera película con mi abuelo</a> (2010)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2022/09/no-me-da-verguenza-decir-que-llegue.html">No me avergüenza decir que llegué a amarlo</a> (2010)</span></div><div><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2022/12/la-noche-en-que-fui-violento.html" target="_blank">La noche en que fui violento</a> (2010)<br /><br /><b>► Textos "personales" pero sin orden de tiempo:</b></span><br />
<br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/07/vanina.html" target="_blank">Vanina</a> (escrito en 2009)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/01/tamara.html" target="_blank">Tamara</a> (aunque ella prefiera otro título) [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/04/ultimos-dias-con-mi-abuelo.html" target="_blank">Últimos días con mi abuelo (I)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/05/ultimos-dias-con-mi-abuelo-ii.html" target="_blank">Últimos días con mi abuelo (II)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/06/ultimos-dias-con-mi-abuelo-iii.html" target="_blank">Últimos días con mi abuelo (III)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/07/primeras-tardes-sin-mi-abuelo.html" target="_blank">Primeras tardes sin mi abuelo (I)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/08/primeras-tardes-sin-mi-abuelo-ii.html" target="_blank">Primeras tardes sin mi abuelo (II)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/09/primeras-tardes-sin-mi-abuelo-iii.html" target="_blank">Primeras tardes sin mi abuelo (III)</a> [2010]</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/12/queria-llamarme-javier.html" target="_blank">Quería llamarme Javier</a> (2010)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2011/02/el-ultimo-clasico.html" target="_blank">El último clásico</a> (2011<span id="goog_1076404795"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_1076404796"></span>)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/03/vivir-solo.html" target="_blank">Vivir solo</a> (2012)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/03/cuadras-y-barquitos.html" target="_blank">Cuadras y barquitos</a> (2012)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/07/yo-tambien-soy-damian-toledo.html" target="_blank">Yo también soy Damián Toledo</a> (2012)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• </span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/08/el-que-no-arriesga-no-pierde.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">El que no arriesga, no pierde</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (2012)</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"></span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/05/perdio-racing-y-estoy-feliz.html" target="_blank">Perdió Racing y estoy feliz</a> (2015)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2015/12/primeros-anos-sin-mi-abuelo.html" target="_blank">Primeros años sin mi abuelo</a> (2015)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/05/el-pelotudo-de-la-mesa-51.html" target="_blank">El pelotudo de la mesa 51</a> (2016)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2016/05/los-orgasmos-de-mi-abuela.html" target="_blank">Los orgasmos de mi abuela</a> (2016)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2017/01/el-asesinato-de-mi-tia-abuela.html" target="_blank">El asesinato de mi tía-abuela</a> (2017)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://www.revistacitrica.com/el-cierre-de-el-grafico-desde-adentro.html" target="_blank">El cierre de El Gráfico, desde adentro</a> (2018)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://revistacitrica.com/ningun-pibe-nace-macrista.html" target="_blank">Ningún pibe nace macrista</a> (2018)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://www.revistacitrica.com/ellas.html" target="_blank">Ellas</a> (2018)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://www.revistacitrica.com/mentir-la-obligacion-docente.html" target="_blank">Mentir, la obligación docente</a> (2018)<br />• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/03/voy-ser-papa.html" target="_blank">Voy a ser papá</a> (2019)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com/2019/11/se-me-murio-una-vida.html" target="_blank">Se me murió una vida</a> (2019)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://revistacitrica.com/y-ahora-cual-es-el-enemigo.html" target="_blank">¿Y ahora cuál es el enemigo?</a> (2019)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://revistacitrica.com/hay-que-hablar-sobre-brian-toledo.html" target="_blank">¿Por qué hay que hablar sobre Braian Toledo?</a> (2020)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://www.revistacitrica.com/despues-de-la-pandemia.html" target="_blank">El día después de la pandemia</a> (2020)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b><br /></b></span>
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b>► Otros textos</b><b>:</b></span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><br /></span>
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/04/ausencias.html" target="_blank">Ausencias</a> (escrito en 2006)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/06/imposibles.html" target="_blank">Imposibles</a> (2006)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/01/primera-persona-soy-maestra.html" target="_blank">Soy maestra</a> (2009)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/02/primera-persona-soy-ladron.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">Soy ladrón</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (2009)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2010/03/primera-persona-soy-boliviano.html" target="_blank">Soy boliviano</a> (2010)</span></span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2011/01/los-cedros.html" target="_blank">Los cedros</a> (2011)</span></span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2012/07/historias-de-suenos.html" target="_blank">Historias de sueños</a> (2012)</span></span><br />
<br />
<div>
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b>► Poesías viejas que me avergüenzan pero las dejo porque perdí una apuesta: </b></span></div>
<div>
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><br /></span>
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/03/y-siempre.html" target="_blank">Y siempre</a> (escrita en 1998)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/03/historias-secretas.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">Historias secretas</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (1999)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/04/te-sigo-perdiendo.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">Te sigo perdiendo</a><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> (2000)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/04/acariciando-tus-manos.html" target="_blank">Acariciando tus manos</a> (2001)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/08/mes-18-sueo-de-una-noche-de-invierno.html" target="_blank">Sueño de una noche de invierno</a> (2002)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2008/12/mes-33-el-da-que-fui-silencio.html" target="_blank">El día que fui silencio</a> (2003)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/03/mes-55-56-una-fresia-por-cada-sonrisa.html" target="_blank">Una fresia por cada sonrisa</a> (2005)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/06/neuquen.html" target="_blank">Neuquén</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/07/tu-voz-sin-barniz.html" target="_blank">Tu voz sin barniz</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/07/la-peor-parte-de-arjona.html" target="_blank">La peor parte de Arjona</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/08/lo-que-queda-de-vos.html" target="_blank">Lo que queda de vos</a> (2007)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/08/el-vals-de-los-milagros.html" target="_blank">El vals de los milagros</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/09/el-secreto-que-ya-se.html" target="_blank">El secreto que ya sé</a> (2008)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="https://palabrasenreveradas.blogspot.com.ar/2009/10/micaela.html" target="_blank">Micaela</a> (2009)</span><br />
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2016/02/soneto-para-los-que-luchan.html" target="_blank">Soneto para los que luchan</a> (2016)</span><br />
<b style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><br /></b>
<b style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">► Textos que fingen ser sobre deportes pero hablan de otra cosa: </b><br />
<div style="color: black; font-style: normal; letter-spacing: normal; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; font-weight: normal; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b><br /></b></span></div>
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2008/11/mundo-messi.html" target="_blank">Mundo Messi</a> (2006)</span></div>
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2009/09/el-deporte-blanc-negro.html" target="_blank">El deporte blanc... ¡negro!</a> (2008)</span></div>
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2009/10/racing-esperando-el-milagro.html" target="_blank">Esperando el milagro</a> (2008)</span></div>
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2010/01/hasta-la-victoria-siempre.html" target="_blank">Hasta la victoria siempre</a> (2008)</span></div>
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2010/05/gimnasia-un-cachetazo-al-capitalismo.html" target="_blank">Un cachetazo al capitalismo</a> (2008)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2010/07/la-violencia-es-solo-una-moda-pasajera.html" target="_blank">La violencia es una moda pasajera</a> (2009)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2011/01/el-festejo-de-los-argentinos.html" target="_blank">El festejo de (los) Argentinos</a> (2010)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2011/04/el-pulpo-paul-las-vuvuzelas-y-los.html" target="_blank">El pulpo Paul, las vuvuzelas y los miedos argentinos</a> (2010)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2012/07/tenis-cuentos-asombrosos.html" target="_blank">Cuentos asombrosos</a> (2011)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2017/03/historias-que-pocos-cuentan.html" target="_blank">Historias que pocos cuentan</a> (2011)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2013/10/por-que-amo-federer.html" target="_blank">Por qué amo a Federer</a> (2012)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2014/06/una-que-pateemos-todos.html" target="_blank">¡Una que pateemos todos!</a> (2013)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2014/06/ricardo-centurion-la-gambeta.html" target="_blank">El wachiturro Centurión</a> (2013)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2015/10/racing-campeon-2014-racing-esta-de.html" target="_blank">Racing está de vuelta</a> (2014)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2015/12/froilan-padilla-no-le-demos-la-espalda.html" target="_blank">No le demos la espalda</a> (2015)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2016/03/el-dia-que-el-cricket-murio.html" target="_blank">El día que el cricket murió</a> (2015)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2016/04/racing-independiente-hernan-casciari-y.html" target="_blank">Racing, Independiente, Hernán Casciari y Finlandia</a> (2015)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2016/02/son-todos-bolivianos-paraguayos-romero.html" target="_blank">Son todos bolivianos, paraguayos: Romero también</a> (2016)</span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2016/06/extrana-epidemia-en-avellaneda-39800.html" target="_blank">Epidemia en Avellaneda: 39.800 afectados</a> (2016)</span></div>
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<div style="font-size: medium;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://martinestevez.blogspot.com.ar/2016/05/braian-toledo-al-infinito-y-mas-alla.html" target="_blank">Braian Toledo: al infinito y más allá</a> (2016)</span></div>
<div style="font-size: medium;">
<b style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><br /></b>
<b style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">► Textos que fingen ser sobre historia pero hablan de otra cosa: </b></div>
<div style="color: black; font-style: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="font-family: "times new roman"; font-size: medium; font-weight: normal; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><b><br /></b></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2011/08/diluvio-universal-5500-ac.html" target="_blank">Diluvio universal (5500 a.C.)</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2012/03/que-es-la-filosofia.html" target="_blank">¿Qué es la filosofía?</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2011/05/diogenes-412-ac-323-ac.html" target="_blank">Diógenes (412 a.C.)</a></span></div>
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">• <a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2014/05/los-plebeyos-serian-nuestros-amigos.html" target="_blank">Los plebeyos serían nuestros amigos (siglo V a.C.)</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2012/03/el-gran-error-de-alejandro-magno-328-ac.html" target="_blank">El gran error de Alejandro Magno (328 a.C.)</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2014/06/los-hermanos-graco-133-ac-121-ac.html" target="_blank">Los hermanos Graco (133 a.C.)</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2014/03/espartaco-113-71-ac.html" target="_blank">Espartaco (113 a.C.)</a> </span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2014/12/kama-sutra-siglo-iv.html" target="_blank">Kama sutra (siglo IV)</a></span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2015/09/francisco-de-asis-fue-justo-o-no-1181.html" target="_blank">Francisco de Asís, ¿fue justo? (1181)</a> </span></div>
<div style="font-size: medium; margin: 0px;">
<span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;">•</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2017/06/el-descubrimiento-de-america-fue-un.html" target="_blank">El descubrimiento de América fue un genocidio (1492</a></span><a href="http://lahistoriadeluniverso.blogspot.com.ar/2017/06/el-descubrimiento-de-america-fue-un.html" style="font-family: georgia, "times new roman", serif;" target="_blank">)</a></div>
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</div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-50055745356785664592022-05-31T12:23:00.007-03:002022-05-31T12:31:28.800-03:00Primera película con mi abuelo<span style="font-family: georgia;"><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2Ueiktf-KPuJmdhboKMEgeu1DPp5VhHG1NuDFUFxGqFvUtLSzLE0qdBNPdsPFE6jxcNMnMCaj0WnymyW4AetYrihUiMfTebWDtbZEDJVrtHQiV0a5kM82sY9DtxutH5KUABFeABJY9ihLzxgWI2LJBAbs8EzDNLVuE4OgVyVK2xOROj_8B8z_8IfBQA/s1600/Basilicia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1131" data-original-width="1600" height="283" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2Ueiktf-KPuJmdhboKMEgeu1DPp5VhHG1NuDFUFxGqFvUtLSzLE0qdBNPdsPFE6jxcNMnMCaj0WnymyW4AetYrihUiMfTebWDtbZEDJVrtHQiV0a5kM82sY9DtxutH5KUABFeABJY9ihLzxgWI2LJBAbs8EzDNLVuE4OgVyVK2xOROj_8B8z_8IfBQA/w400-h283/Basilicia.jpg" width="400" /></a></div><br />Por Martín Estévez </b></span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Hoy se cumplen 12 años desde la muerte de mi abuelo Víctor. El 31 de mayo de 2010 fue la primera (y única) vez en la que murió alguien que vivía conmigo, luego de atravesar en nuestra casa cinco meses de un cáncer brutal que lo fue apagando de a poco. Escribí un montón sobre él, sobre su enfermedad, sobre su vida y su muerte, y probablemente gracias a eso hoy puedo recordarlo con alegría y sin dolor. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Mi relación con Víctor no era la habitual entre abuelo y nieto: era la dificultosa de personas que conviven. Me molestaban cosas suyas. Hacía mucho ruido para comer, tomaba del pico de las botellas y no me dejaba insultar, pero cuando le daba comida a los perros se escuchaba siempre por la ventana: “¡Ayy! Me lastimaste, puta que te parió”. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Sin embargo (para qué mentir), lo quise desde siempre y sin muchos problemas: a los dos nos gustaba el fútbol, jugar en la pileta y estar en silencio sin que nos rompieran las guinditas. Tenía un oficio hermoso (carpintero) y cumplía mis caprichos de madera. Todavía guardo arcos que hizo para que mis muñequitos hicieran goles, y una vez me ayudó a tallar un pedacito de árbol para una chica que me gustaba. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Uno de mis primeros trabajos (y de los más lindos) lo hice con él: juntábamos papel y cartón, cargábamos la carretilla y los vendíamos cerca de casa. Esa plata (terrible año 2002) servía para pagarme los viajes a la facultad. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Le sostuve una oreja ensangrentada que le colgaba hasta que se la cosieron, lo acompañé en su única noche en un hospital, hice una biografía sobre su vida cuando cumplió 80 años, me enseñó palabras en ucraniano. Vivimos juntos durante 22 años. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Cuando le detectaron el cáncer cambió mi vida y también mi forma de escribir: de poemitas románticos o fríos cuentos de ficción, empecé a contar (por necesidad) lo que me pasaba. “Se está muriendo mi abuelo y me duele mucho”, decían mis textos, sin decirlo, una y otra vez. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">“Últimos días con mi abuelo”, “Primeras tardes sin mi abuelo”, “El último clásico”. Necesité montones de textos para liberar la angustia de haberlo visto morir de a poco durante cinco meses. Tal vez quienes me leían en ese momento se habrán fastidiado un poco: ¿taaanto por la muerte de un abuelo, Martín? </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Sí, tanto. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Gracias a Borges, siempre fui hincha de la muerte porque nos evita la peor de las torturas: una vida infinita. Pero a veces la muerte llega temprana, injusta, de formas imprevistas o demasiado filosas para soportarlas. Entonces hay que hacer lo que podamos, lo que nos salga, para ir sanándola de a poco. Los duelos son una enorme piñata dentro del cuerpo, que se infla y desinfla, y nos aprieta la garganta, el estómago, los ojos. Los duelos son piñatas imposibles de explotar: solo podemos sacarles el aire de a poco, muy de a poco, haciendo montones de cosas, hasta que un día ya no están más. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Hoy, al borde de la falta de respeto, pero lleno de amor por lo que mi abuelo hizo en mi vida, me animo a conmemorar su muerte con una buena noticia: gracias a Víctor participaré en una película sobre su hermana, Basilicia. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Cuando escribí su biografía, mi abuelo contó (por única vez) que a su hermana de 14 años la había asesinado la policía de Misiones en una manifestación de campesinas y campesinos. A mi abuelo, por miedo, le pidieron que nunca hablara de eso, pero él (70 años después) se animó. Y su testimonio fue importante para avanzar en la investigación y el pedido de memoria y justicia para ella. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En pocos días viajaré a Oberá, pueblo de Misiones en el que mi abuelo pasó su infancia, para ser parte de <i>Basilicia</i>, película que denunciará y exigirá memoria y justicia para la terrible Masacre de Oberá, ocurrida en 1936. No seré el único representante de la familia que estará ahí para honrar la lucha y valentía de Basilicia: estoy seguro de que mi abuelo Víctor también estará conmigo.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-22076027826224712652021-10-23T12:31:00.034-03:002021-11-18T12:39:26.356-03:00El título imperfecto<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI2RckCYn8xXEC5lJjtkHNe3HR44XkyZY-6xWqIn0lc-DO9JvLuqg_XxNtRZjPZD4njwVEbDgXRXtgRi0CbRu3KFMRXLNQJVZEeVG5wzK1XU3UCGbOvW-nQy2gQa6m0S2L9No5VhYzVWqQ/s1412/246148933_10226216638342938_2572602301311894758_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1412" data-original-width="1198" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI2RckCYn8xXEC5lJjtkHNe3HR44XkyZY-6xWqIn0lc-DO9JvLuqg_XxNtRZjPZD4njwVEbDgXRXtgRi0CbRu3KFMRXLNQJVZEeVG5wzK1XU3UCGbOvW-nQy2gQa6m0S2L9No5VhYzVWqQ/w340-h400/246148933_10226216638342938_2572602301311894758_n.jpg" width="340" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b><br />Por Martín Estévez</b></span><p></p><span style="font-family: georgia;">Siempre quise que el día en que terminara mi carrera hubiera montones de personas esperándome para abrazarme, tirarme de todo, celebrar eufóricamente conmigo. Ayer, después de 11 años de estudiar como un chancho, me recibí de profesor y licenciado en Letras. Elegí un lugar bien grande, la plaza de Lomas, para que me esperara la multitud. Pero fueron a saludarme solamente cinco personas. Cinco. A la noche, mientras miraba, vacías, las sillas que había preparado en mi casa para la multitudinaria fiesta, tomé una decisión importante para mi vida. Una decisión que quiero contarles. </span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">•••</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">•• </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el año 2010, cuando empecé la carrera, quería que mi abuelo me viera terminarla, pero ese año Víctor se murió. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2011 quería hacer la carrera en cinco años, pero la superposición de horarios de mi trabajo y las clases evidenció que serían muchos más. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2013 quería seguir haciendo la carrera con mi mejor amigo Leandro, pero mientras él avanzaba a lo bestia yo cursaba una materia por cuatrimestre. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2014 quería terminar la carrera sin desaprobar finales, pero me clavaron un 2 en Gramática Española. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2016 quería ser un escritor famoso en Latinoamérica, pero me hice famoso por mis fracasos y angustias para aprobar Latín. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2018 quería que mi abuela (que en el 2010 me acompañaba a esperar el colectivo a la mañana) me viera terminar la carrera, pero ese año Fanny se murió. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En el 2020 quería que mi último día de clases fuera rodeado de gente querida en la universidad, pero lo pasé solo, frente a una computadora, y en medio de una pandemia. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">••</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">•</span><span style="font-family: georgia;">••• </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En mi carrera me enseñaron casi nada que me sirva para ser profesor o para ser feliz, pero en pocos lugares aprendí tanto como en la universidad que el mundo casi nunca es como lo queremos, que a veces ni se parece a lo que esperábamos. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Que, hagamos lo que hagamos, aunque sea con constancia ordenada o con obsesiva dedicación, las cosas pueden salir muy mal. Que nos podemos hacer mierda contra el vacío, que el mundo vino fallado o tal vez nuestras expectativas son muy grandes, que todos los lugares a los que nos lleva el capitalismo son siempre limítrofes con la angustia más atroz. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La carrera no duró cinco años, hasta me saqué un 1 y muchas veces me sentí solo en un aula con 30 personas. Durante todo este tiempo me pasaron cosas hermosas y terribles. Ayer, como en los 11 años de carrera y como todos los días, el mundo no fue como hubiera querido: a veces me lastima de tan imperfecto, a veces siento que soy una versión fallada de lo que pude ser. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Pero ayer, pese a que mi plan no salió como esperaba, me sentí contento, acompañado. Sentí que había algo verdadero en ese festejo austero. Y pasó algo incluso mejor: me sentí cómodo en el mundo imperfecto que pude construir alrededor mío.
Ayer hubo cinco personas esperándome bajo la lluvia, pero otras me abrazaron más tarde hasta llenar mi casa, otras me saludaron a sus maneras, casi todas saben que recibirme no me importa, sino todas las magias que pasan hasta llegar hasta el final de un camino. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Ayer a la noche, mientras miraba las sillas que había preparado en mi casa, sillas que quedaron vacías luego de que las muchas personas que me visitaron se fueron, tomé una decisión importante en mi vida: empezar a aceptar la imperfección. No, aceptarla no: incorporarla, entenderla, abrazarla. Ayer entendí, por fin entendí, que la felicidad no necesita que ser como la planeamos: solo tiene que ser felicidad. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Ahora sí: díganme palabras de amor, que las estoy esperando. No importa que no escriban todes les que quiero, no importa que no digan lo que espero. Porque, después de 11 años, la universidad me enseñó que las cosas imperfectas también pueden ser felices.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-43890559024337024512021-10-02T23:55:00.046-03:002021-10-05T00:01:17.276-03:00Preguntar en terapia intensiva<p><span style="font-family: georgia;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3hXCRvj70C1ZB1Fxnik8h98sJ7ClqZ7uxUenK7k80ooy4luQ-tHCIIwHPHUeoT8pFTbrdVxsrktlf4BQG50OBBN61qNropAxvJc7_mdDG207oEPthJEF6zeC9G5Yf5rsQR9KidseP__a/s2048/preguntar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3hXCRvj70C1ZB1Fxnik8h98sJ7ClqZ7uxUenK7k80ooy4luQ-tHCIIwHPHUeoT8pFTbrdVxsrktlf4BQG50OBBN61qNropAxvJc7_mdDG207oEPthJEF6zeC9G5Yf5rsQR9KidseP__a/w400-h400/preguntar.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: georgia;"><br />“Me quiero ir a casa”, me dice Víctor y se le ponen llorosos sus ojos celestes. Víctor es mi abuelo, tiene 84 años y está acostado en la sala de terapia intensiva del hospital Gandulfo. Yo tengo 25, estoy sentado al lado suyo y le digo que no, que tenemos que pasar la noche ahí, juntos. Son las nueve y media. Mucho más que esta noche larga, me preocupa, me pone nervioso, me hace un monstruo en la panza una pregunta que da vueltas en mi cabeza y no sé si me animaré a preguntarle. </span><p></p><p><span style="font-family: georgia;">Nunca en su vida Víctor había pasado una noche en un hospital. Alrededor nuestro hay gemidos de dolor, ruidos de camillas, enfermeras que entran cada tanto. Cuando pasan las horas, las camillas y las enfermeras son menos, pero quedan, incómodos, tensos en el aire, los gemidos de dolor de una decena de personas que no sé si están mejorando, agonizando o muriéndose a centímetros de mí. No me animo a mirarlas. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Víctor está decidido a no dormir, se queja, amenaza con sacarse el suero y con irse aunque no lo dejen. No entiendo por qué me lo hace tan difícil, no sé qué decirle, le pido que trate de dormir. “No puedo”, me dice. Se quiere levantar al baño y le digo que espere, que le pregunto a una enfermera. No lo dejan. Tenemos que arreglarnos como podamos y con lo que hay. Está haciendo pis en una habitación en la que hay otras personas, tengo que ayudarlo, siente vergüenza. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Víctor casi se muere hace un rato, cuando estaba en nuestra casa: se desvaneció de pronto y se lo llevó la ambulancia. Nos avisaron que quedaría en terapia intensiva y que era necesario un acompañante. Por eso estoy acá. A Víctor yo le digo “Babu” porque, en Ucrania, abuela se dice Baba. Abuelo no se dice Babu, pero igual le decimos así. Vivo con él desde que tengo memoria y aun así tengo miedo de hacerle la pregunta. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">A eso de la una de la mañana insiste con lo mismo, pero más calmado, o más cansado: </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–No puedo dormir, me quiero ir. No sé qué hacer. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Y bueno... charlemos</i> –le respondo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿De qué? </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–No sé. De nosotros. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Por primera vez en nuestra vida, Víctor y yo nos miramos fijo. Sostenemos la mirada en silencio. Me parece una eternidad. A los dos se nos humedecen los ojos. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">–Te quiero mucho –le digo despacito para no molestar al resto–. No sé si te lo dije alguna vez, pero sos un buen abuelo para mí. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Le salió lo más parecido a una sonrisa que le vi esa noche. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Qué querés hacer cuando te vayas de acá, Babu? </i>–le pregunto. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Lo que hago siempre</i> –me responde, también con voz bajita–. <i>Ir al mercado tempranito y estar en casa. Yo quiero dormir en casa. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Babu… ¿Tenés miedo? </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Sí, Martín </i>–me dice–. <i>Menos mal que estás acá. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Por un rato, tal vez horas, la sala de terapia intensiva desaparece y quedamos él y yo, solos, contándonos nuestras cosas, como si fuéramos viejos amigos. Entiendo ahora que tal vez lo éramos. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Después de muchas verdades que nos dijimos por primera vez, a Víctor se le empezaron a cerrar los ojos. Por fin. Serían cerca de las cuatro de la mañana. Lo que tanto deseaba, que Babu durmiera un poco, estaba por pasar. Se sentía tan raro todo: estar ahí, hablar con él tan honestamente, el miedo a perderlo, la tranquilidad de estar haciendo todo lo posible. Pero ni siquiera todo eso podía tapar esa pregunta que tenía atragantada desde que empecé a darme cuenta de que Víctor no viviría para siempre.</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Babu, Babu… ¿Te dormiste?</i> –le susurré. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Todavía no, pero ya me estoy durmiendo</i> –me respondió. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Babu… Vos… </i>–dudé de nuevo, porque me daba miedo su respuesta–. <i>¿Vos… vos tuviste una buena vida? ¿Babu… vos sos feliz cuando estás en casa con nosotros? </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">No sé cuántos segundos duró el silencio, me acuerdo que me corrió un escalofrío por el cuerpo. Había mucho en juego para mí en esa respuesta. Mucho. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Sí. Sí, Martín. Me gusta mi vida. Soy feliz con ustedes</i> –me dijo, y se quedó dormido. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Esa noche de enero de 2010 fue la única que Víctor pasó en terapia intensiva. Cuatro meses después, mi abuelo murió durmiendo en su cama, muy cerca de todes les que lo amamos.</span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-43787381714247023902021-08-06T23:13:00.000-03:002021-08-06T23:13:12.797-03:00"Tengo que abortar", me dijo<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4kCRgx_kpcVcpgXyhTvJqoD3uHK0JyMJ_PiOwXPgg443RKTdEjigas7YfW9uYwMetkrqqj3sNk_4yCLjf_kmogDPRWzsJfoXlYRP4M3V35SZsgVsQkIfW_2kiGz8ztHD5VGmHpH_DTM_E/s2048/Collages4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4kCRgx_kpcVcpgXyhTvJqoD3uHK0JyMJ_PiOwXPgg443RKTdEjigas7YfW9uYwMetkrqqj3sNk_4yCLjf_kmogDPRWzsJfoXlYRP4M3V35SZsgVsQkIfW_2kiGz8ztHD5VGmHpH_DTM_E/w400-h400/Collages4.jpg" width="400" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b>Por Martín Estévez</b></span><p></p><span style="font-family: georgia;">Tardecita hermosa, miércoles de noviembre con tanto sol. Es una de mis primeras citas con Tamara, creo que ya somos novios. Nos sentamos en las sillas de afuera de un café. Acaba de aprobar Sociología y está contenta. Me encanta que esté contenta. Me encanta que estudie Trabajo social. Me encanta cómo le queda ese pañuelo en la cabeza. Me encanta esta tardecita, hasta que llega un mensaje: “Necesito verte lo antes posible”. </span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Veinticinco minutos después, no estoy con Tamara: estoy en la misma mesita con una de las personas más importantes de mi vida. “Tengo que abortar”, me dice. Aunque estamos en 2009, no tardo en opinar que está bien, que su cuerpo es suyo, que en algunos países es legal, que… “No lo estoy eligiendo, Martín: si no aborto me puedo morir”, me dice. Y se me queman los discursos. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Hay un embarazo no deseado, peligroso, que si sigue adelante puede matarla. Hay un médico (¿responsable, cómplice?) que le dijo que legalmente no puede inducir el aborto, pero que “conoce a alguien”. Hay un hombre que (oh, sorpresa) no se hace cargo de su responsabilidad. “No tengo plata –me dice ella– y tiene que ser urgente”. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Qué sé yo qué se siente. Nunca voy a poder saberlo. Sé que agradecí por dentro haberme animado a hablar tantas veces de aborto, eutanasia, piquetes, verdades. Lo supe rápido: ella no estaba ahí porque no tenía plata, sino porque sabía que no la juzgaría. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Pasan poquísimos días y estamos en una esquina que no conozco de Capital. No quiere que entre con ella. “Son solo unas horas”, me dice. Tengo que mirar todo el tiempo la puertita y esperarla en el café de la esquina. Si no sale en el tiempo estipulado, el plan es torpe: ir a tocar la puerta. Y no avisarle a nadie a menos que sea urgentemente necesario. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">¿Cuántas cosas podés pensar cuando una de las personas que más querés está encerrada con personas desconocidas en una clínica ilegal en la que le están practicando un aborto para salvarle la vida? ¿Cuántas cosas habrá pensado ella antes, durante, después? Nunca voy a poder saberlo. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La crueldad a la que la sociedad, a la que este sistema de mierda la somete no termina después de esas horas de angustia. El post-aborto exige ciertos cuidados que tendrá que soportar sin que nadie lo sepa, sin que nadie se dé cuenta. Se siente obligada a ocultarse, como si fuera una criminal. Pero es una víctima. Una víctima que podría haber aumentado el número de muertes por abortos clandestinos. Pero está acá, al lado mío. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Luego vinieron años en los que casi no tocamos el tema, en los que la vida nos acercó y alejó, en los que nuestras diferencias políticas continuaron, en los que los feminismos enseñaron cuan revolucionario puede ser un movimiento horizontal, organizado y apasionado. Ella decidió no sumarse a ese movimiento. Muchas veces me pregunté, con un poco de miedo, qué pensaba sobre esas luchas. ¿Y si creía que abortar estaba mal, si estaba en contra de la legalización, tenía derecho a juzgarla? Claro que no. Pero igual, dentro mío, pensaba que ojalá. Ojalá. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">El 30 de diciembre de 2020 se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina. Décadas de esfuerzo, estrategia y dolor de mujeres y disidencias sexuales, décadas transformando a la sociedad desde las entrañas para sacudirle ese putrefacto olor a hombre violento, meses eternos de pañuelos verdes multiplicándose por nuestros barrios tuvieron, por fin, impacto jurídico. Los papeles empezaron a decir lo que millones de cuerpos exigían.</span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Estaba solo en mi casa esa madrugada. Y pensé en tantas cosas. En las mujeres que amé, en las compañeras que celebraban en las calles, en las que murieron fuera de la ley. También pensé en ella. En qué estaría pensando. En que me parecía lógico y justo que mis argumentos jamás la hubieran convencido: después de todo, soy un hombre heterosexual. Lo que realmente me atravesaba (y nunca me hubiera animado a preguntarle) era qué pensaba ella sobre las millones de mujeres que se habían puesto en peligro para evitar que otras siguieran muriendo. Pensaba que ojalá ellas sí la hubieran podido conmover. Pensaba que ellas sí merecen ser escuchadas. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En medio de esas emociones, escribí un texto en el que recordé aquella tarde y aquella puertita de Capital. Quería, de alguna manera, acercarme también a ella. Abrí el Instagram para publicarlo y entonces vi, en su muro, en sus fotos, algo verde, todo verde: “Legal, seguro, gratuito”, celebraba ella y, seguramente, también lloraba. Y entonces yo también lloré. Y celebré que, esta vez, no estuviera obligada a llorar en silencio.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-41814729406126509602021-04-29T11:24:00.023-03:002021-12-01T12:07:17.993-03:00Ojalá te pase<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdke-6cynzR9Bg3hX3rmjV9rFZ8t4xL499qroxTxUQ0fjoyEAF7TQimW0Mgl4cu4xrAP2AdyuwHA9M8CxhrtWinABdqM1VNBd8zJjAg9kRrfK7zQtKHKpB5IMvB_OPLw7CNMLUQuMXJQQM/s577/24+Laura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="577" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdke-6cynzR9Bg3hX3rmjV9rFZ8t4xL499qroxTxUQ0fjoyEAF7TQimW0Mgl4cu4xrAP2AdyuwHA9M8CxhrtWinABdqM1VNBd8zJjAg9kRrfK7zQtKHKpB5IMvB_OPLw7CNMLUQuMXJQQM/w400-h291/24+Laura.jpg" width="400" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b><br />Por Martín Estévez</b></span><p></p><span style="font-family: georgia;">Ojalá a vos también te pase. Y que, cuando te pase, te animes a vivirlo con todo. Porque… ¿cuántas veces puede suceder en la vida? ¿Dos, tres con suerte? Hablo de esas etapas en las que no tenemos ni perra idea de qué mierda hacer con nuestra existencia. No tenemos trabajo fijo, ni pareja, ni demasiadas responsabilidades, ni angustia terrible, ni proyectos cercanos. Somos personas sin rumbo. Somos pluma. Y cualquier vientito nos lleva de acá para allá, porque ¿total? no tenemos nada mejor que hacer. </span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">A mí, la primera vez que me pasó algo así fue entre julio y noviembre de 2009. Ay, qué épocas. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">•••••••• </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me quedé sin trabajo pero la indemnización me sostendrá varios meses. Asumí que Vanina no me ama y no me gusta nadie más. Tengo un título terciario y no seguí estudiando. Nadie está por morir, no me duele nada, tampoco tengo metas que perseguir. Soy una persona de 25 años que no sabe en qué mierda ocupar su tiempo. “Problemas de hombre blanco”, me dirán en 2021. Pero estamos en julio de 2009. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">De repente estoy comprándome una guitarra, yendo a un taller literario, me veo seguido con casi todas las personas que conozco, soy niñero de Mica y Joaco, voy de un lado para el otro, no tengo horarios. Acepto todos los trabajos que me pasan cerca: corrijo revistas sobre vino, evito que en partidos de fútbol 5 se caguen a piñas, soy extra en publicidades absurdas. Nada me duele pero nada me llena. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Tengo citas raras, citas interesantes, citas horribles, llego a tener tres citas el mismo día (¡un lunes!) y, en el medio, sesión de terapia. Termino a la madrugada, perdido y solo, en la puerta de un hotel alojamiento en Flores. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">De repente empezamos a ser amigos con Vanina, de repente fumo marihuana en un departamento de Avellaneda, de repente estoy trabajando para ESPN, para una revista de Wilde, para Campana Noticias, para el libro del club Viamonte, todo junto, todo a la vez, mientras finjo fotografiar a Martín Palermo en una publicidad y me cagan a piñas en las canchitas de fútbol 5. Llego a tener nueve trabajos a la vez. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">No puedo estar quieto, me da vergüenza quedarme en mi casa a los 25 años. Desde temprano, entonces, me invento actividades frenéticamente, me pongo horarios estrictos sin necesidad, y viajo a Campana, a Palermo, a ver a Racing, hasta sigo la campaña de futbolista amateur de mi primo Matías. Voy adonde sea. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La mayor parte de los momentos son un fiasco absoluto, pero experimento, pruebo, me animo, intento. El taller literario fue malísimo, la guitarra no la usé nunca más, me sentí humillado por mujeres desconocidas, sí; pero ¡cuántas anécdotas gané para siempre! ¡cuántas cosas descubrí de mí mismo! </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Dos de las frutadas que inventé por no saber qué hacer marcarían a recontra fuego mi siguiente década. En esos cuatro meses de descalabro y desorientación decidí estudiar Letras en la Universidad de Lomas, sin saber que ahí me nacerían amistades, comprensiones, movimientos sociales que me cambiarían para siempre. Y, lo más raro de todo, en ese cuatrimestre me anoté en un taller de teatro. Me chupaba un huevo hacer teatro, pero me anoté en tantas cosas, y las primeras clases eran gratis, entonces probé. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">¡Mentira que nada me dolía pero nada me llenaba! Me llenaba ir a teatro. ¡A teatro! ¿Quién lo hubiera pensado, no? Desde la primera clase, cuando en un ejercicio una chica llamada Tamara confesó sus discusiones sobre trotskismo con su psicóloga, cuando vi a ese montón de gente tan sin rumbo como yo jugando a ser otras personas, empecé a esperar los viernes con una sensación rara en el cuerpo: la sensación de estar siendo feliz. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">¡Esa ridiculez tan pequeñita, el momento en el que abrí un diario y encontré un anuncio del Banfield Teatro Ensamble! No una guerra, no un accidente, no una fiesta ni un viaje: el momento más decisivo para mi vida actual fue ver un anuncio en el Clarín zonal. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me es imposible imaginar qué sería hoy de mi vida si no hubiera ido a teatro. Todas las historias que escriba a partir de ahora están atravesadas por ese tallercito en el que duré menos de dos años. Incluso afectó esta misma historia que estoy contando, porque con el taller de teatro terminó también esa etapa en la que no tenía ni perra idea de qué hacer con mi existencia. Porque aunque todavía no tenía trabajo fijo, ni responsabilidades, ni angustia, ni proyectos, algo sí cambió: en noviembre del 2009, en el medio de un cine, la chica que discutía con su psicóloga sobre trotskismo y yo nos besamos. Y esa noche, gracias a teatro y aunque todavía no lo sabíamos, estábamos empezando a construir una pareja.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-927969301225291752021-03-29T23:48:00.005-03:002021-03-30T00:18:53.402-03:00Aunque la vi dos veces<p><b><span style="font-family: georgia;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-fyv3jq1sgrGOve2z7S5LWvSxFbnV9SjXF4ua5xFAmELeUSRskHAA8I4xORc-55MXiognK-CVIQLspcwglZvPs4w0-LjVEB_I8SxS-iO2iDU1U5bvaDi1oWbIiIhNZNoOJNedXiSV5YI3/s2048/Collages3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-fyv3jq1sgrGOve2z7S5LWvSxFbnV9SjXF4ua5xFAmELeUSRskHAA8I4xORc-55MXiognK-CVIQLspcwglZvPs4w0-LjVEB_I8SxS-iO2iDU1U5bvaDi1oWbIiIhNZNoOJNedXiSV5YI3/w400-h400/Collages3.jpg" width="400" /></a></b></div><b>Por Martín Estévez</b><p></p><p><span style="font-family: georgia;">Vanina no me am</span><span style="font-family: georgia;">a y lloro, con un té en la mano, mientras mi mamá me mira. “Pero ¿cuántas veces se vieron?”, me pregunta Tati. “Dos”, respondo, y lloro mirando la taza, un poco más fuerte. Me chupa un huevo la humillación de este momento, que Tati no me entienda, en este puto momento de mierda no me importa nada, excepto que Vanina no me ama. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Dos años sufriendo como un pelotudo por Rosana y, cuando la supero, en cuatro meses me hacen concha el corazón de nuevo. No puedo creer estar otra vez en la misma inmundicia, en la misma sensación de desconsuelo sórdido, me parece una mierda la palabra “sórdido”, me parecen una mierda todas las palabras que no consiguen que Vanina me ame. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Después de que nos robaron los celulares la segunda vez que nos vimos, le mandé uno, dos, tres mails. “Puedo callarme diecisiete veces, pero sólo si las tristezas valiosas, el futuro intimidante, y la maldita y bendita forma en la que te acurrucaste en mi vida siguen existiendo en algún lugar, en cualquier lugar, en el que seamos primos, inocentes, cómplices, culpables o eternos denunciantes denunciando que nunca podremos ser lo que deseamos juntos, pero siempre podemos desear juntos lo que queremos ser”, le escribí primero. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">“Ganaste: si prometo no seguir diciéndote enana, ¿voy a volver a saber de vos algún día?”, después. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">“Mi yo tan perfectito, tan lustrado, sabe (porque siempre lo sabe todo) que sos una persona, y que hay otras personas, y que está lleno de personas. Matt sabe que sos única. Ellos son dos y me hablan y se pelean y se hablan y se van. No sé si alguno tiene razón. Sí sé que si alguien tiene que estar cerca tuyo, es ese algo que estaba adentro de algún lugar que estaba adentro de algún lugar que estaba adentro mío. Ese tengo que ser yo”, decía el tercer mail. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">No hubo respuesta. Durante 24 días, no supe nada de Vanina. Un 9 de mayo me mandó el mail más dolorosamente hermoso que me mandaron en la vida. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">“Ella pensó que la vida era como una foto en movimiento, cuya escena variaba ligeramente mientras los personajes de la composición seguían estáticos, presos del rol bajo el cual habían nacido. Pensó, pensó pensando sin pensar. Podía seguir mutando, pero había una situación que jamás cambiaba: siempre estaba sola. En sus temores, en la tormenta, sola en un cuarto donde Vani lloraba en un rincón, mientras Vani se reía de ella. Sola. S – o – l –a. Y estaba bien. Sea como sea, ‘cada hombre es una isla’, y las islas no están destinadas a formar continentes. Sea como sea, tu día empieza con vos abriendo los ojos, y termina cuando vos los cerrás. Entonces, ¿porqué se sentía tan triste?”, decía apenas una parte de ese mail que leí cientillones de veces, en el que Vanina me susurraba que ya no quería besarme para siempre, pero yo (claro) no quise entenderlo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">“Le habían dicho que la vida era una línea recta y que a veces, solo a veces, hay líneas que te chocan y ¡PAF! te cambian de dirección. Le vino a la mente una línea sacándola de su hermosamente triste soledad. Un día entendió que la otra línea era importante, y que por eso necesitaba irse. Ahora la extraña, pero no es nadie para ir y volver cuando lo desea, y espera en silencio una respuesta. Alguien nos dio libre albedrío. Hay que usarlo, entonces”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">¡Ay, Vanina, cómo te amo! “Alguien nos libre albedrío. Hay que usarlo, entonces”. Googleé esa magia para ver quién la había dicho, ¡y fuiste vos! Seguís siendo un escritor de ochenta años que finge ser una enana adolescente. Seguís siendo mi creencia tan atea, mi fe tan materialista.</span></p><p><span style="font-family: georgia;">“En algún momento me cansé de ser una nada sencillita y almidonada –le respondí–, y preferí ser un algo revuelto y destripado. Boceto, sombra, maullido amorfo, un intento. Pero nunca, nunca más la nada. Alguien nos dio la esperanza. Hay que abrazarla, entonces”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Volvimos a escribirnos, a intentar intentarnos hasta que, después de tres meses esperando verla, me dijo por MSN que no, que lo que hubo ya no existía, que no quería besarme ni mirarme ni dejarnos robar en cualquier plaza de cualquier lugar del mundo. Vanina sabía a años luz de distancia que yo la amaba y entendía (demasiado bien) que ya no podríamos ser felices juntos. Que el amor desparejo es tan cruel y sádico como el no-amor. Las ideas de Vanina, como casi siempre, estaban seis pasos adelante de todas mis corridas apuradas. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Ahora estoy sentado frente a la computadora y empiezo a decir, para arrancarme un poco de muerte: “<a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2009/07/vanina.html" target="_blank">Escribo en directo, la noche del 12 de julio de 2009</a>, que ya se acerca a 13. Sin cronologías, ni correcciones, ni poesía. Escribo triste, y desgarrado, y solo. Solo, porque tu día empieza cuando vos abrís los ojos y termina cuando vos los cerrás…”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Vanina no me ama. Yo la amo aunque la vi dos veces, y escribo un texto sin sospechar que lo recitaré 11 años después, en algo llamado Instagram, cuando mi corazón esté roto otra y otra y otra vez. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Vanina no me ama y yo ya no sé en qué tiempo estoy viviendo, cuánto de esto que escribo es pasado y cuánto es ahora, cuánto es verdad y cuánto es Vanina, cuántas Vaninas inventé para destrozarme y reconstruirme, cuántas culpas dibujé afuera para no mirarme allá adentro, pero ¡ay, Vanina! cuánto y cómo daría para me ames y para que la vida tenga mucho más que un libre albedrío que nos dieron sin preguntarnos. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">¡Ay, Vanina!, qué no arriesgaría yo para dejar de escribir “ay” en lugar de ese sonido que no se puede escribir: el de un mundo absurdísimo, impúdico y desalmado que se nos desarma bajo los pies, el de una vida en la que vivimos muriendo, el sonido silencioso de mis ojos mirando la taza de té, mientras Tati me mira, y vos no me amás.</span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-3491117076240562582021-03-03T22:25:00.023-03:002021-03-04T16:22:56.090-03:00Cita en un patrullero<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMG_8U5NxT0cGdCxd44MaHfNJdZXIod7FD78ugalATvRtUmiKes2AFrUEwtmKXzMKPKA1HQe3yq9z_OlIYq1Thpbt40WTdSLVlV1yeOUpnXoz7C15oAgrZ7RKCV0Y6ThfcncJs_zMYqdbW/s796/Salida+15+de+abril+B.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="532" data-original-width="796" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMG_8U5NxT0cGdCxd44MaHfNJdZXIod7FD78ugalATvRtUmiKes2AFrUEwtmKXzMKPKA1HQe3yq9z_OlIYq1Thpbt40WTdSLVlV1yeOUpnXoz7C15oAgrZ7RKCV0Y6ThfcncJs_zMYqdbW/w400-h268/Salida+15+de+abril+B.jpg" width="400" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b>Por Martín Estévez</b></span><p></p><span style="font-family: georgia;">Estoy en un patrullero, atravesando un barrio raro, con dos policías adelante y dos personas desconocidas al costado. Es de noche y nos llevan a una comisaría. No puedo creer que esto me esté pasando. En serio. Jamás, pero jamás de los jamases, hubiera pensado que iba a terminar así mi segunda cita con Vanina. </span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">• • • • • • • • • • • • • </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Vanina ya es una magia que me atraviesa la respiración. Si durante seis meses de chat me maravilló, después de verla y besarla, hace tres semanas, ya no sé cómo aguantarme tanto amor. Mi vida parece un pegajoso cuento romántico. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Hoy nos veremos de nuevo. Quiero decir: me escaparé de nuevo del trabajo para pasear con ella por el Centro Cultural Recoleta. No tengo la menor idea de qué es el Centro Cultural Recoleta: solo quiero escucharla contarme de qué se trata el mundo. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Vanina hace que todo sea curioso y nuevo, me empuja a su cosmos inquieto. De repente también parezco audaz y de colores, suspicaz y austeramente épico. ¡Ay, ni se entiende lo que escribo cuando pienso en ella! </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La cosa tiene ritmo de segunda cita: nos saludamos con un abracito, nos charlamos muchos minutos desde cerca y, sin darnos cuenta, nos estamos besando. Vanina es la tercera persona que beso en la vida pero cada beso con ella es como el primero. Siento en el cuerpo la certeza de estar siendo feliz. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Nos sentamos en un banquito de Plaza Francia, empieza a anochecer, el universo está bien. Nos besamos con paciencia y dedicación, como si no existiera el tiempo, con los ojos cerrados durante larguísimos segundos. De pronto, siento un golpe en la cabeza. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—¡Dame todo, guacho, dame todo, guacho, dale, dale, rápido! </i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">En la oscuridad, tres personas nos arrancan su bolso y mi mochila. Tienen una pistola. Cruzo el cuerpo adelante del de Vanina y, antes de que pueda decir algo heroico, me meten una piña en la frente que me sacude. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Quince segundos después, ellos ya no están, pero tampoco mi buzo rojo y negro, mi celular ni mi plata. Peor: tampoco el celular, las llaves ni el documento de Vanina. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Entra en shock, llora, trato de calmarla: cosas que pasan después de un robo. Vamos a la parte de seguridad del negocio más cercano (el Buenos Aires Design) para avisarle a su familia. Marca el número de su casa y, de pronto, me pasa el teléfono. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—Emmm, hola, sí. Qué tal. Soy Martín, estoy con Vanina, por favor no se preocupe. Ella está bien, está al lado mío, ya le paso con ella. Está un poco asustada porque nos robaron, pero no le hicieron nada, ella está bien, ahora se la paso. Ella quería avisarle por las dudas, ahí le paso. </i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Vanina habla como puede, corta y un rato después, cuando en vez de llorar se está riendo, aparecen en la oficina de seguridad su mamá y su hermano. Miro la escena con un silencio que jura inocencia. No sé dónde meterme. No sé cuanto pasa hasta que aparece la policía, llamada por la gente de seguridad, y sugiere denunciar el robo de documentos y llaves. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">• • • • • • • • • • • • • </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Estoy adentro de un patrullero, atravesando un barrio raro, con policías adelante y la mamá y el hermano de Vanina a mis costados. Somos cuatro atrás, apretados como hojitas de lechuga. Me pellizco para asegurarme de no estar soñando. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Poco después estamos declarando frente a un policía y una máquina de escribir, con su mamá y su hermano atrás nuestro. “Siendo las 22:25 del miércoles 15 de abril de 2009…”, comienza a tipear el policía en voz alta, y nos hace preguntas sencillas hasta que… </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—¿Relación de los denunciantes?
</i><br /><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—¡Amigos!</i> —decimos a coro, sin tiempo a que termine la pregunta.
<br /><br /><i>—¿Qué se encontraban haciendo al momento del robo?
</i><br /><br />Los ojos de la familia de Vanina se nos clavan en la nuca. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—Charlando </i>—dice ella. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—Sí, sí, estábamos sentados charlando </i>—confirmo con seguridad. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—¿Por dónde vinieron los responsables del robo?</i> </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—Emmm… No pudimos ver bien </i>—dice Vanina. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>—Estábamos distraídos y aparecieron de golpe </i>—digo, ya no tan seguro. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">El oficial nos mira raro. Toma otros datos y nos entrega una copia de la denuncia. Uff. Zafamos. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;">• • • • • • • • • • • • • • </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Ya estamos fuera de la comisaría. Caminamos a no sé dónde. Vanina y su hermano se ríen a un costado. La mamá de Vanina es un amor: me dice por dónde pasa un colectivo que me acerca a Lomas y me da monedas para tomarlo. Su hermano me dice “gracias, Vani me contó lo que hiciste”, y le creo su sonrisa. El universo vuelve a estar bien. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me despido en remerita, muerto de frío, pero feliz. Vanina me abraza fuerte. “Te quiero”, me dice despacito, al oído. Nunca hubiera imaginado lo que pasaría en mi segunda cita con ella. Y mucho, muchísimo menos, podía imaginar que ese 15 de abril de 2009, antes de que me golpearan la cabeza, la había besado por última vez.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-8188588006033472882021-01-08T20:15:00.030-03:002021-01-14T12:21:54.058-03:00Lo que aprendí en una vereda<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8e20EmfA1k8L9nhHBJmrlKYQzF1SmN4f5aYlyBGxRJ89GeB1Vi9nqL7gGuIy4lFYeUooqnYKgCuM_A7sx13SsBNczv5fejVPcKHxRkbZ_oqkuH_G07NyLHYwX7e4Ll8Q96-hiZIKpNYEB/s604/rosana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="604" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8e20EmfA1k8L9nhHBJmrlKYQzF1SmN4f5aYlyBGxRJ89GeB1Vi9nqL7gGuIy4lFYeUooqnYKgCuM_A7sx13SsBNczv5fejVPcKHxRkbZ_oqkuH_G07NyLHYwX7e4Ll8Q96-hiZIKpNYEB/w400-h300/rosana.jpg" width="400" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b><br />Por Martín Estévez</b></span><p></p><div><span style="font-family: georgia;">Esta noche vuelvo a ver a Rosana después de dos años. Después de tanta vida, de seis años de novios, de nunca haber podido dejar de amarla. Rosana, Rosana, Rosana llenando mi vida desde hace tanto, dejándola vacía desde hace no tan poco. Rosana, a la que nunca más vi aunque creí verla en tantos lugares, en tantas esquinas, en tantas tristezas. Rosana, hoy te vuelvo a ver. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Rosana está en pareja, tal vez es feliz, pero tengo decidido decirle que la amo para siempre, que no pude ni supe vivir sin ella, que me perdone, que no puedo más de tanto amor y tan poco olvido. Rosana, hace dos años sueño con vos y con decirte que te sigo amando como la tarde del primer beso. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La voy a ver en una reunión inventada diez años después de que empezamos el secundario, reunión que te trae de vuelta a mi vida, de donde te arrancaste una noche que me sangra recordar. No iría a esa estúpida reunión si no fuera porque también vas vos. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Viajo directo desde el trabajo, en el tren me parece que tiemblo un poco. Cuando llego hay solamente cuatro personas en las mesitas de la vereda del bar, pero una sos vos. “Después necesito decirte algo, los dos solos”, te pido. Me preguntás por mis anteojos. Cierto que no sabés que ahora uso lentes de contacto. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Desde el principio de la reunión solo espero que llegue el final. Solo quiero contarte todo. Débora pregunta si alguien quiere cerveza y digo que sí. Veo tu sorpresa: tal vez te había jurado jamás tomar alcohol. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Éramos como veinte y solo vinimos cinco. Pasan minutos incómodos y no llega nadie más, así que pedimos la comida. “¿Cinco hamburguesas completas?”, pregunta Lucía. “Para mí de soja, por favor”, respondo, y me decís: “Al final te hiciste vegetariano…”. Y ya no estás tan sorprendida. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Nunca más vino nadie. Nos contamos cosas, corre un vientito raro en la vereda. Casi podría decir que estoy alegre. Tardo en darme cuenta que es por la cerveza. Débora se va temprano y pide nuestros celulares. Cuando le paso el mío vuelve tu desorientación: jamás me imaginaste con uno. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La reunión es casi una burla macabra de mi vida. Estás vos; está Lucía, una de las pocas mujeres que supe que me quiso; y está Violeta, a quien amé durante años. Cuando pasó su novio (¡Martín!) le dijimos que se quedara: me gusta tanto verla feliz. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Todos decimos cosas y vos también. Ya son más de las 12 y no sé si es la cerveza o si la reunión no era tan mala idea, pero nos estamos riendo todos. Mucho. No entiendo por qué, pero estoy relajado. Tal vez relajado por primera vez después de una larguísima contractura de dos años. Somos cuatro desconocidos contándonos nuestras vidas nuevas y recordando una vieja que compartimos y ya no existe. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Violeta y Lucía se van al baño y me decís: “Mar, en un ratito me tengo que ir, ¿qué me querías decir?”. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Llegó el momento. Te miro y se me aparecen en tus ojos la vereda de la escuela 29, tu mamá, una Navidad, lo que aprendí en un balcón, un beso, vacaciones, otros mil besos, cien llantos, diez noches, dos verdades. Se me aparece, Rosana, la noche en la que me dijiste “ya no te amo”, te acompañé muerto hasta la puerta de tu casa y nos separamos para siempre. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Me mirás esperando una respuesta, no sé si es un segundo o cien, te lo juro, pero me veo caminando hacia ninguna parte, llorando cada día 5, proclamándole mi desamor a un mundo en el que solo me importabas vos, veo a mi familia, a Pablo ayudándome a sufrirte, veo a mi vida hecha mierda para siempre, me veo viajar, curarme, renacer, reconstruir. La veo a Vanina, sentada en el jardín botánico, y también me veo a mí, mirándote ahora. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–El otro día encontré tu boletín del Instituto en unas cajas</i> –te digo– . <i>No sé si te sirve, pero por las dudas te lo traje. </i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–Ay, ni sabía que lo tenías vos</i> –me decís–. <i>¿Era eso solo, seguro? </i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–Sí, sí. Era eso solo</i> –digo y te sonrío con un amor diferente. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Rosana se va y nos quedamos con Lucía, Violeta y su novio dos horas más. Nos reímos de haber protagonizado la reunión de egresados menos concurrida del mundo. Por momentos se nos escapan carcajadas que ni siquiera me parecen exageradas. A las cuatro, Violeta y Martín se ofrecen a alcanzarme hasta mi casa. Pienso decir que no, pero no puedo resistirme a un final tan memorable. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Media hora después me dejan en la vereda de la calle Oliden y los veo irse. Me acuerdo de algo gracioso, sonrío un poco ebrio. Cierro las rejas, entro al patio, miro hacia el cielo, todavía oscuro. Inspiro esta madrugada y expiro dos años de dolor. Es 28 de marzo de 2009 y aunque te juro que no lo creo, por fin y después de tanto, esta noche y para siempre, Rosana querida, dejé de amarte.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-7682743781470725422020-11-16T22:40:00.032-03:002020-12-31T13:49:01.222-03:0037<p><b><span style="font-family: georgia;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="font-family: georgia;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEius8iw7NRaau5PkQj-waJ5Ef0vMEEUMfVo5KSNIdEdavLDMhxkwLVhR-2GM7vdsErvEoin6T2Qh1BbYLV9zNXjLGQfgDQw4OQu9T_k4hw0h6J9MXFLh-kf1a9fGtEpVQfocKg1vs2B5jtU/s589/Salida+25+de+marzo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="455" data-original-width="589" height="309" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEius8iw7NRaau5PkQj-waJ5Ef0vMEEUMfVo5KSNIdEdavLDMhxkwLVhR-2GM7vdsErvEoin6T2Qh1BbYLV9zNXjLGQfgDQw4OQu9T_k4hw0h6J9MXFLh-kf1a9fGtEpVQfocKg1vs2B5jtU/w400-h309/Salida+25+de+marzo.jpg" width="400" /></a></span></b></div><b><span style="font-family: georgia;"><br />Por Martín Estévez</span></b><p></p><span style="font-family: georgia;">A ver cuándo mierda asumo la verdad y reconozco que no existe esa felicidad que nos explota en la cara y le da sentido al universo. A ver cuándo me escapo de mi propio encierro, de esa pretensión que no sé de dónde me crece, a ver cuándo me libro del deseo doloroso de que arriesgando y cambiando y amando y sufriendo a lo bestia se pueda llegar a felicidades más intensas que esas chiquitas que nos pasan todos los días. A ver cuándo aprendo, de una vez y para siempre, que no existe el maldito 37. </span><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Ah, por ahí ustedes no saben qué es el 37. Les cuento. Hace ya dos años, cuando me separé y sentí la tristeza más honda que supe sentir, inventé una escala de 0 a 37 para medir mi estado de ánimo. Tenía reglas: el 0 solo lo generaban tragedias terribles, 19 era mejor que 20, la felicidad empezaba en el 25. Hoy sé que inventé esa escala para entender que, aunque la felicidad estaba lejísimos (yo estaba 2 puntos), de a poquito podía acercarme. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Pero, sin darme cuenta, también estaba creando una idea peligrosa: existía algo más allá de la alegría rutinaria, de la estabilidad emocional agradable, de la tardecita en el patio con seres queridos, de un 28 o un 32. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Había en mi escala un 37, un momento imposible de sostener mucho tiempo, pero tangible y real, fugaz e inolvidable, magia científica del universo. Solo siete veces en la vida se podía llegar al 37, pero algunas personas no lo sentían jamás. Y si alguien aseguraba haber llegado más de siete veces era porque nunca había conocido al épico e inimitable 37, y lo confundía con torpes 35 o 36. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Lo peor de toda esta mierda es que nunca pude salirme de ahí. Sé que inventé la escala para aliviarme, pero la internalicé tanto que me la creí. Corrijo: que me la creo. No puedo parar de sentir que existe la chance de que algún día llegue un 37 a mi vida. Martín: sos un imbécil. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Estoy por conocer a Vanina, eso es lo que pasa, por eso pienso en esto. Hace cinco meses chateo con ella. Hace cinco meses la vida me parece mejor porque Vanina existe. Pero me doy cuenta de que exagero, como con todo. A Vanina nunca la vi, apenas hablamos un par de veces por teléfono, pero no puedo parar de sentir una cosa en el medio del mundo cada vez que ella desarrolla una idea que me cambia la forma de vivir. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Estoy por conocer a Vanina, eso es lo que pasa. Estoy nervioso, parado en el Jardín Botánico de Palermo. Me escapé del trabajo y me hubiera escapado de mi piel si hubiera sido necesario para verla, para comprobar que sus ideas son también un ser humano con nariz. Le prometí a Vanina que no intentaría besarla, que no me portaría como un idiota, que solo quería escucharle los ojos contarme las magias que siempre me escribía. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Soy un tipo de 24 años esperando a una chica de 18 como si la vida fuera un cuento de hadas, me detesto, detesto mi concepción romántica de la vida, me la quiero sacar de todos lados, pero hay tanto sol y hay tanto verde y Vanina está ahí, sentada en la fuente, escuchando música como si no se fuera a encontrar por primera vez con un tipo de 24 años con el que no para de conversar desde hace cinco meses. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–Nunca tiraría una moneda en una fuente </i>–dice Vanina–<i>. ¿Cómo creen que por tirar una moneda se les va a cumplir un sueño?</i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">La tarde es preciosa y confusa, intensa y de miel, y yo tengo que hacer fuerza para no enamorarme nunca de Vanina aunque me parece que hace mucho que estoy enamorado de ella, yo sé que enamorarse es un engaño psicológico pero Vanina me sonríe y habla de paradojas temporales, de árboles que opinan soltando frutos o de cómo trasladar los paréntesis a una conversación oral, y yo siento que me despierto por primera vez. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–No tiran monedas a una fuente para que sus sueños se cumplan</i> –le digo–<i> , tiran monedas para recordar qué es lo que sueñan. </i></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Entonces, Vanina tira una moneda. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><i>–Las personas cambiamos </i>–nos jura. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Yo pensé que Vanina era un escritor de 80 años que se había burlado de mí durante meses pero está acá y habla como nunca pensé que nadie podía hablar, quiero dejar de pensar así pero no puedo, yo tendría que estar tipeando en una oficina pero estoy en un café acompañando una tristeza que me cuenta ahora, porque las horas pasan y yo me angustio porque sé que voy a terminar amándola y exponiéndome otra vez a la tristeza existencial del desamor. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Y más angustiado estoy porque yo solo quería verla y charlar y saber si ella además de con las letras me quería con los ojos, y eso está pasando, pero no lo siento. No siento esa felicidad incontrolable, la explicación a cada dolor, resulta que no existe el 37. Es fantasía, como tantas otras cosas que me creí. No sé que esperás de la vida, Martín, pero mucho más que esto no creo que haya. Tal vez tenés que aprender a conformarte. Basta, Martín, por favor. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Mientras la acompaño hasta su casa, en el subte, soy todo silencio. Siento que me voy apagando. Que mi día mágico se acaba y estuvo bien y no sé si estuvo bien, porque Vanina está acá y yo soy un cagón que promete cosas porque no se anima a asumir que por ahí nomás a veces no podemos prometer nada, que estoy queriendo vivir el amor, o el enamoramiento, o lo que mierda sea con el freno de mano, y que así no se viven las cosas. Que ya no sé por qué sufro, ni por quién sufro. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Vanina me apoya la cabeza en el hombro mientras viajamos en la línea A y yo por fin, por fin me conformo. Por fin entiendo. Este 25 de marzo de 2009, lo sé, lo voy a recordar para siempre como el día en que asumí que no necesito treinta y sietes en mi vida, que la respiración de Vanina a centímetros de la mía, aunque ella nunca me ame, aunque siempre haya cosas sin resolver dentro mío, aunque a veces haya que renunciar a una verdad, es suficiente. Que sería terriblemente injusto no disfrutar de este 31 o 32 que tantos años me costó conseguir solo porque me queda algo atragantado en el mundo. </span></div><div><span style="font-family: georgia;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia;">Es de noche y la fiesta terminó. Llegamos a su vereda, y nos miramos un rato, y nos abrazamos, y la veo abriendo la puerta del edificio que es su casa. Intento dejar de pensar tanto de una vez, y de pronto Vanina se da media vuelta, corre rápido hacia mí y me da un beso larguísimo y hermoso, inesperado y real, un beso que me explota en la cara y le da sentido al universo. Descubro, en ese mismísimo momento, que el 37 existe.</span></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-70520089612985234722020-09-14T22:57:00.003-03:002020-09-14T22:57:49.511-03:00Vanina (parte 2)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf7W4HU5HXhqKdSTvEhyphenhyphenbjDWyS515mFSIR_l2i22oCyDpEfeDe3fxi3qIGA34Q21uIHnd_vRPUPPglejjemCIulD7o90PEXGl4JmvQWJQ6E1DzO_sVeQTFVJ6siUUTgbrBTh1d_W0RD3Rb/s915/vaniiii+II+ret.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="914" data-original-width="915" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf7W4HU5HXhqKdSTvEhyphenhyphenbjDWyS515mFSIR_l2i22oCyDpEfeDe3fxi3qIGA34Q21uIHnd_vRPUPPglejjemCIulD7o90PEXGl4JmvQWJQ6E1DzO_sVeQTFVJ6siUUTgbrBTh1d_W0RD3Rb/w400-h400/vaniiii+II+ret.JPG" width="400" /></a></div><p><span style="font-family: georgia;"><b>Por Martín Estévez </b></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Corro el riesgo de hacer el ridículo, pero me importa un carajo. Vanina (más bien la historia que creo haber construido con Vanina) merece riesgos. <a href="http://palabrasenreveradas.blogspot.com/2020/08/vanina-parte-i.html" target="_blank">Intenté contar el inicio (conversaciones por MSN de 2008)</a>, ¡pero es tan difícil! </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Me cuesta un montón leer estos chats con objetividad. No sé si son gloriosos o una porquería. Intuyo que así recortados, sin sentirlos en carne viva, no transmiten nada de lo que pasaba en madrugadas interminables, tardecitas a las apuradas, en esas ventanitas llenas de letras. Lo confieso: tengo miedo de estar convirtiendo mi historia con Vanina en romanticismo berreta.
</span></p><p><span style="font-family: georgia;">Ayudaría que hagan un esfuerzo: imaginen los 200 diálogos que faltan por cada partecita que elegí, las horas de espera entre una conversación y la siguiente. Imaginen a un tipo de 24 años con una vida insípida al que unas letras rojas que no sabe desde dónde llegan le generan una cosa en las tripas que todavía hoy no puedo describir sin que me salga una oración cursi, horrible, ingenua, una oración melosa que yo mismo odiaría si escribiera. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Por ahí me tengo que dejar de romper las pelotas con las explicaciones. ¿Cómo puedo pensar que a las ideas de Vanina, aun en su etapa de adolescente conflictuada, hay que adornarlas? Me siento un traidor al no confiar en lo que valen. Me consuela saber lo que me hubiera escrito ella: “tranquiloo, Matt! Al menos te sentís”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Bienvenides a Vanina, parte 2. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>6 de enero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>Vanina:</b> Dame una M, dame una A, dame una R y dame todas las demás letras. Qué se formó? MARTIIIIN Qué se formó? MAAARTIIIIIN. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>Martín:</b> Hoy, después de bastante tiempo, no estoy bien. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>* Las porristas bajan de inmediato las porras, y escuchan con atención lo que Martín les dice * </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Es sólo un dragón en la garganta. Moviéndose, rasgando, endemoniado. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Pero los dragones no nacen en las gargantas. Se mudan ahí cuando se dan cuenta de que la persona está tan fría, oscura y húmeda como las cuevas donde pasan años y años. Algo tiene que haber puesto en ese estado a Martín. Y sea lo que sea, todo va a salir bien. Porque sos bueno, genial, inteligente y divertido. Y eso te va a llevar a la victoria. Tiene que ser así, si no en este mundo no hay justicia. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> El problema es cuando lo que ya salió mal te persigue con su forma de dragón y se aprovecha de tu alma cavernosa. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> El destino te está probando, y si ve que te comportás como espera, te va a dar la dulce recompensa! Es algo así como Jesús cuando probó al tipo ese de la montaña, que lo hizo matar al hijo. Segundos antes de que lo mate, le dijo: <i>naah, pará… era JO DI TA</i>. Y lo llenó de cosas buenas. Claro, tuvo cien campos y mil mujeres fértiles, pero lo que es su hijo, JAMÁS LE VOLVIÓ A HABLAR. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Dijimos que no ibas a ser más brillante. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Viendo que tenías tanta oscuridad alrededor, quería prenderte una vela. Aunque sea una chiquita. De un metro cincuenta y ocho… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> ¿Sabés que tengo una bolsa llena de ganas de verte, no? No importa cuándo, solo quiero que sepas que la bolsa existe, está tan repleta que paga boleto en el 37 que va de Ciudad Universitaria a Lanús. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>hfdhgkfhj … puff… si te gusta mi versión flogger conflictuada tendrías que verla ahora: está trepada por las paredes, literalmente. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>10 de enero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> ¡Dame una V! ¡Dame una A! ¡Dame una N!... </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> aaaa, las porristaas. Cuánto te cobraron a vos? Me parece que me estafaron el otro día… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>43 pesos cada una, y 100 por llevarlas y traerlas. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> te das cuenta? se abusaron de que no soy ni de lejos tan elástica como ellas. Fuee, que sacudan sus pompones y sean felices. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Hoy me junté con un amigo a hablar de Racing y terminé hablando de vos. Estoy preocupado. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Martín, perdón si lo malentendiste, pero… yo no juego en Racing, ee </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Por eso estoy preocupado: no sé si estaría bueno. Te falta altura para el cabezazo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Sí, me lo han dicho ya. eii, puse Martin Estevez en el facebook. HAY QUINIENTOS. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Te agregaría, pero tengo que chequear las fotos en las que estoy etiquetado. A ver si un momento poco fotogénico me tacha de tu cuadernito “un millar de chicos con chances”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> por favor, chica modelo anorexia y preocupada por la imagen, me podés llamar a Matin de nuevo? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>15 de enero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Ojalá todos se pudieran mimetizar en un mismo sentimiento. De esa manera, el mundo pararía cuando alguien muere. O cuando te lastiman, o te traicionan. No se siente ridículo salir a la calle y ver que todos siguen tan iguales? Que el mundo acaba de ROMPERSE, literalmente, y nadie lo nota? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Fue más hermoso lo que escribiste que tu raya al costado en la foto. Tenés que compartir tu don. En serio. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(...)</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Me gusta prometerte porque es un modo de creer que, hasta que no cumpla mis promesas, no te voy a perder. Conversar con vos es… no sé explicarlo. Sé que los hombres nos hemos ganado por nuestra propia culpa muchos prejuicios. Pero yo disfruto de vos de la manera que sea y sin demasiado pensamiento. Disfruto de vos así como venís, despeinada y sin maquillaje, y sin promesas de futuro. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Matin… prometo que no me voy a ir. De eso podés estar tranquilo. Que esa preocupación se vaya y deje lugar a las otras, que espero algún día me compartas. Mientras, Vani sigue acá, con la velita en la costa, esperando tu barco. Va a estar por mucho tiempo más, lista para el abrazo cuando sea necesario. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(...)</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> ¿Dijiste María Elena Walsh? No estoy a su favor. En Manuelita, atenta contra la producción nacional. ¿Por qué cree que solo la podrán embellecer en París? Y ni hablar del Mono Liso, capaz de levantar cualquier alimento sucio y lastrárselo, incluso de la orilla de una zanja. ¿Qué clase de higiene quiere imponer en nuestros hijos, señora Walsh? ¡Dé la cara! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Ahora me vas a decir que ‘Estamos invitados a tomar el té’ tiene mensajes subliminales! “La tetera es de porcelana pero no se ve” es un claro mensaje a favor de los alucinógenos, ee… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¡Subliminales no, son muy directos! “La leche tiene frío, YO la abrigaré, le pondré un sobretodo MÍO”. ¡Cuánto egocentrismo! Es evidente que la leche es de familia humilde, no tiene abrigo, y María Elena trata de evidenciar su “bondad” prestándole un sobretodo, que además le queda largo (“hasta los pies”). ¿Por qué no lucha por una sociedad donde la leche no tenga frío en vez de hacerse la madre Teresa? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> JAJAJAJAJAA DONDE LA LECHE NO TENGA FRIO JAJAJAJAJAJ
</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>22 de enero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Está usted disponible, licenciado? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> ¿Para la protagonista de mi próximo libro? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> aaaa, va a ser una novela épica, con ladrones solitarios y agradables, monjas ninjas, dragones que bailan y espadas brillantes? Si es así, quiero ser la protagonista a toda costa! </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(…) </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Te estoy creyendo con toda la fuerza de mi corazón. Sos la única persona a la que le creo en este preciso momento. Si dejás de hablar, agarro un fusil sentimental y hago un desparramo. Pero yo leo, leo y me aferro a esas palabras azules con toda el alma. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Ahora no estás viendo tu ficha en el tablero desde afuera. Estás atoradísima en el lugar de la ficha, con poca visión global. En estos momentos, cualquier movida rápida es mala. Hasta ahora no hiciste nada malo. No lo arruines. No te desesperes. Apelo a tu enorme sensibilidad para entender que a veces está bien comerse una piña en honor a la justicia. “Nadie nos prometió un jardín de rosas: hablamos del peligro de estar vivos”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Va a sonar re cursi esto. O sea, mal. Pero no sé qué habría hecho sin vos en este momento. No lo puedo creer, que de un día para otro entraras en mi vida y me ayudaras tanto, pero tanto. Sos único, Martín. Que pese a no conocernos face to face, me ayudes de verdad. Porque consuelo dan todos… pero ese consuelo así nomás, cusi cusa. El tuyo es un consuelo de alguien a quien de verdad le importa. Aaaaaai, no me van a alcanzar los caracteres para agradecértelo, nuncaa. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Si la única forma de estar con vos fuera escribirnos cartas con lápiz verde con poca punta, lo haría hasta el fin de los tiempos. Te quiero, flogger adolescente ninja con vestido a lunares.
</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Yo también te quiero, mi reportero, filósofo, ladrón inocente y futuro flogger. Gracias por ser así. Por dejarme ser así con vos. Por aaaai, por conocernos. Gracias a vos, al universo, a tooodos. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(…) </span></p><p><b style="font-family: georgia;">M:</b><span style="font-family: georgia;"> Si reviviera Belgrano y te viera, se moriría de nuevo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Paraa, Belgrano creó la bandera, no? Podría haberle puesto más ondaa… o seaa, un poquito más de contraste! un fucsia, un verde loro. Esos son colores! eso grita: SOMOS LIBRES, SOMOS RE GLAAM. effeame, mundo! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> jajajajajajajajjajaja. No podés existiiiiiiiir! Al menos le puso un emoticon en el medio. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> un emoticon, me morii, jajajjajajjajaj </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>27 de enero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> La eterna lucha entre nueve dedos manejados por mi cabeza que aceptan un “no hagas nada” y mi meñique, solitario, heroico, apuntalado por mi alma, que se escurre entre las grietas de la realidad para acercarse a la irreal, imposible, adictiva Vanina. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> El mundo es de aquellos que se arriesgan, que siguen a su corazón (si es que los meñiques tienen uno) y que apuestan por llegar a ese tan ansiado 37 en escala de perfección. El mundo, señores, es de los dedos que jamás humillan a su deseo, en pos de la racionalidad. El mundo, en este momento, es de tu querido meñique. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Cada intento de comenzar una conversación normalita, simpática y pasajera se termina convirtiendo en un momento quirúrgico que (lo sé, lo tengo claro, lo asumo) me va a doler alguna vez, quizá mañana, quizá en una década. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"><b>5 de febrero de 2009</b> </span><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b><span style="font-family: georgia;"> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Hoy le contaba a Pablo sobre el casamiento de mi hermana, que será en septiembre. Y lo primero que me dice es “vas a ir con Vanina, ¿no?”. Y no pude qué decirle que no. Así que andá eligiendo vestido. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> jkfhgjkfjkdghjfhgfkfhgjk . oh no! esas letras floggers no son suficientes! Bueno, sabés qué? Voy a hacer algo que no esperabas. DALE. TOMAAAA! Te acepto la propuesta. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> jkfhgjkfjkdghjfhgfkfhgjk . ¿Esta es una promesa de esas que no se cumplen o es de meñique? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> ES
<br />DE
<br />MEÑIQUE </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Estoy 25 de 37. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(…) </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Sos como un guerrillero que en medio de la batalla se agacha al lado de su compañero y le dice: bueno, decime… tus papás se separaron? es por eso que le tenés miedo al abandono? Si algún día, en otra vida, vamos a la guerra, haceme saber que vos sos Matt, el de la vida pasada. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Me gusta cuando estás contenta. Es como si el rojo de las letras brillara más lindo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Es porque las escribo con sangre fresca de mis víctimas. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">(…) </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> A veces parece que Liniers nos espió en nuestras conversaciones y se puso a dibujar las cosas que decimos. Son tan colgadas, tan colgadas, y a veces te dejan algo tan profundo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Tengo que confesarte una adicción. ¿Estás asustada? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Un poco sí. Pero puedo manejarlo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Algo parecido a lo que hace Liniers, pero con gente como Clark Kent. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> para para para. me vas a decir que tu adicción son los comics? NAAH, TE DAS CUENTA…? ESTO YA ES… NAA. DEMASIADO. NANANANANANANA. NANANANANANANANANANANA. Te acordás que te dije que tenía algo para recomendarte hoy? Era Watchmen. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> NANANANANANANANAANA. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> AHORA ME ENTENDES? ESTO YA ES DEMASIADO. ¿Tenés Sandman? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Sueño, Delirio, Desespero, Muerte, Destrucción, Destino y Deseo. Los siete hermanos Endless. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> AAAAIAIIII SIIIII Sos el mejooooor! Es poético, te das cuenta? como hablo de esto con mis amigas floggers? Nos quedan años y años para frekear! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> ¡ESTOY 26 DE 37! El mundo, hoy, es maravilloso.</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>(Continuará)</b></span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-13295014742520831392020-08-31T20:26:00.003-03:002020-08-31T20:26:41.359-03:00Mi novia flogger<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg3yjV7vRNfxXWG4G9ewxlIE8wSiuJLuuOZxI8Vrh7kywrgl-NyApyMqh446LVkGa3A0vXnxz25VapAyw5I3XFr3ajxHtEjuvalFn4NDaXDMmtnc0ytJ2y5Kehyphenhyphen6r8HX6UJE_7t6eCBwOS/s1868/Mi+novia+flogger+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1714" data-original-width="1868" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg3yjV7vRNfxXWG4G9ewxlIE8wSiuJLuuOZxI8Vrh7kywrgl-NyApyMqh446LVkGa3A0vXnxz25VapAyw5I3XFr3ajxHtEjuvalFn4NDaXDMmtnc0ytJ2y5Kehyphenhyphen6r8HX6UJE_7t6eCBwOS/w328-h301/Mi+novia+flogger+2.jpg" width="328" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b>Por Martín Estévez </b></span><p></p><p><span style="font-family: georgia;">Existió una novia que nadie supo que tuve. Ni mis amigues, ni mi familia, nadie la conoció. No es un chiste, un truco, ni una mentira: oculté mi segundo noviazgo al mundo entero. No por olvido ni por discreción: la vergüenza me llevó a negar esa historia hasta esta noche en que la pandemia y el vino, o tal vez el amor por la verdad, me impulsan a contarla: la historia de mi novia flogger. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Estamos en febrero de 2009 e invaden Buenos Aires chicas y chicos con flequillos extraños, colores estridentes, chupines ajustados: los floggers. Adolescentes que se comunican a través de una cosa rara llamada Fotolog, en la que pueden subir una foto por día. El sueño de todo flogger es tener miles de personas que los pongan en “Favoritos” (“¡Effeameee!”, rogaban) para llegar a la gloria: ser “Flogger Gold” (o sea, publicar seis fotos por día en lugar de una). </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Yo tengo 24 años, quince días de vacaciones y no sé qué hacer con mi vida. No quiero pasar dos semanas solo y triste, así que decido darle una última oportunidad a la relación con mi papá, y una de las primeras oportunidades a la relación con mis hermanes, y viajo a la costa a pasar mis vacaciones con elles. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Enseguida entiendo que con Juanca la cosa saldrá mal, y con Vicky y Fede, muy bien. Pero elles tienen 13 y 10 años, y yo tengo 24 y estoy desesperado por sentir emoción en mi vida. Desesperado en serio: una noche agarro una botella de Frizze, un libro de mil páginas llamado Los Miserables y me dispongo a pasar la noche en una plaza desconocida. No tengo idea de por qué: nomás me siento en una hamaca y leo, entonado por el alcohol, un libro francés de 1862. Para peor, mientras tanto me saco selfies, también sin saber por qué. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Estoy en pose, eso sí lo sé. Quiero fingir algo que no soy. Quiero que pase algo en esta vida infame que es una meseta absurda en la que extraño a alguien a quien ya casi no recuerdo: a mi primera novia. En la que extraño, en realidad, una vida emocionante que tal vez nunca tuve y que ni siquiera sé si existe. Estoy sentado en una plaza con un libro terriblemente cruel en la mano, sin saber por qué. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">A las 4 de la mañana veo una mancha fucsia en la oscuridad. Alguien se acerca muy rápido, como si me conociera. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Qué divertido que estés con ese libro grandote. ¿No sos de acá, no? ¿Qué estás haciendo?</i> –me dice. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–No… No sé… Yo… </i>–balbuceo, porque no sé qué estoy haciendo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¡Daleeeee, reinaaaa! </i>–le gritan desde la esquina. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Me tengo que ir, vení conmigo </i>–me dice, y me arranca de la hamaca. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Caminamos cinco cuadras en las que no digo ni una palabra. Ella no para de hablar de cualquier cosa. De golpe frena y me dice: </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Vivo ahí, ¿ves? En esa casita. Vení mañana a la tarde y charlamos. A las cinco. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Estoy por decirle que mejor no, pero no me da tiempo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Antes saquémonos una foto para el flog</i> –me dice. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Y en menos de dos segundos quedo retratado para siempre en esa esquina, en esa noche, en esa vida. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Al otro día, a las cinco, estoy ahí. No sé por qué. Entro a su casa. Me siento en un sillón. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿En serio te llamás Reina?</i> –le digo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–No </i>–responde–, <i>es mi fotolog: reinadelflog. Cuando puedas effeame. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Quince minutos después, estamos besándonos. Tengo 24 años y ella es la segunda persona en la vida a la que le doy un beso en la boca. No sé por qué. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Veintiséis minutos después, estamos en una cama. El sexo para mí es un trauma. Ella no lo sabe, pero se da cuenta enseguida. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Qué pasa?</i> –me dice. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Pienso en inventar una mentira, pero digo una oración larguísima de golpe. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">–No me sale coger, no tengo ganas de molestarte, me dijiste que venga y vine, perdoname, no sé qué hago acá y tampoco sé qué hago con mi vida. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">La imagen es patética. Yo estoy desnudo, desprotegido y frágil. Hablo sin fuerzas. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Vestite </i>–me dice, y se va a la cocina. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Tengo una nebulosa en el cerebro. No estoy triste: estoy extraviado. Me visto mecánicamente y agarro el buzo antes de irme. Ella me frena. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Querés ser mi novio? </i>–me dice. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Qué? </i>–respondo atontado–. <i>En 6 días me voy. A Lomas. Vivo en Lomas. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Seamos novios seis días. Mañana pasá a buscarme a las tres </i>–dice, y me empuja hasta la puerta–. <i>Si vas a ser mi novio, te tengo que presentar a mi mamá. ¡No llegues tarde! </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">No sé por qué, pero al otro día, a las 3, estoy ahí. Me agarra del brazo y empezamos a caminar. A las personas que la conocen les dice “él es Martín, mi novio”, y todes me saludan como si nada. Vamos por una peatonal, se frena y le pide una papa frita a alguien que come un paquete. El chico la mira extrañado, le ofrece una papa, y de golpe, lo juro, ella le saca todo el paquete de la mano y le dice “mejor dame todas”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">En una mano se lleva el paquete enorme de papas fritas y en la otra me lleva a mí. Siento que me van a cagar a piñas por su culpa. Miro para atrás para pedir perdón y el pibe, tres veces más grandote que yo, mira con cara de sorpresa. Tampoco sabe qué hacer. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Qué hacés? </i>–le digo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Lo que me da la gana. No te conozco, pero es obvio que a vos te falta esto: hacer lo que te da la gana. Así que te enseño. Ah: dame un beso. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿Qué? </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Que me des un beso. Si vas a ser mi novio, nos tenemos que besar. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">Y nos ponemos a transar enfrente de un vendedor de churros. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">En los siguientes seis días, no solo me lleva a conocer a su mamá, sino que me muestra los secretos de su vida: su infancia, el rincón donde va cuando quiere estar sola, la angustia de una ciudad tan llena en verano y tan vacía en invierno. Me cuenta que ella tampoco sabe qué hacer con su vida, pero que mientras tanto hace lo que quiere. Me dice que eso tengo que hacer yo.
</span></p><p><span style="font-family: georgia;">Lo peor, lo mejor, o lo más inolvidable sucede cuando me lleva a un cyber. Un cyber es el lugar donde podés usar internet en 2009. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Tengo que revisar el flog </i>–me dice. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Lo que veo en los siguientes 30 minutos no lo voy a olvidar jamás. Ella sube una foto y de golpe empieza a abrir ventanitas. Una, dos, tres. Diez, quince, treinta. De pronto hay alrededor de cincuenta chats simultáneos en los que intercambia diálogos absurdos con cincuenta personas a la vez. Cincuenta personas no: cincuenta floggers.
</span></p><p><i><span style="font-family: georgia;">–Gracsssss, gooooorrrr…… <br /></span><span style="font-family: georgia;">–Lindoo vosssssssss
<br />–que haces santiiiii!!!!!
<br />–amigaaaaa
<br />–ay k divinoooo
<br />–¡effeame de reverseeeeeeeeeeeee! </span></i></p><p><span style="font-family: georgia;">Escribe así, en velocidad infinita, abriendo y cerrando ventanitas, el teclado parece una ametralladora, es imposible que realmente esté leyendo lo que esas personas dicen, que esté entendiendo algo de lo que está pasando. Por momentos siento que no puede ser real que ella esté sentada sosteniendo cincuenta conversaciones simultáneas durante 30 minutos con gente que se llama [[[€r®®®iiiiiii ]]] o {{rayitodesooooool :) }}. Que no puede ser real que un hombre serio de 24 años esté parado en un cyber de la costa, una tarde de febrero, siendo novio de una verdadera e hiperquinética flogger. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">En el quinto atardecer de nuestro noviazgo, nos sentamos en un edificio abandonado a medio construir. La vista es hermosa. Por primera vez, hay silencio: ella no habla. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Por ahí no es que no me animo, sino que no sé lo que quiero hacer</i> –le digo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–Sos lindo</i> –dice ella sin hablar tan rápido–. <i>Decís cosas lindas. Yo soy rara, tengo un montón de problemas, pero vos estás acá conmigo. Todo el tiempo estás tratando de ayudarme. Por ahí lo que querés hacer es esto: estar acá, pensando qué querés hacer algún día. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–¿No te molesta que no hayamos podido coger? </i>–le digo con culpa. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><i>–No, prefiero estar acá hablando con vos. Vos hablás de verdad. </i></span></p><p><span style="font-family: georgia;">El sexto y último día nos dedicamos a caminar durante horas. Nos contamos cosas de verdad. Cerca de las 8 me llaman desde mi trabajo, ella me saca el celular y dice: “Soy la novia de Martín, no puede hablar ahora, está de vacaciones”. Y corta. Le sonrío. Nos abrazamos. Tengo ganas de llorar, no sé por qué, pero me aguanto el nudo en la garganta. Al otro día, nos separamos para siempre. La historia termina ahí. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Mentiría si digo que la recuerdo seguido, pero sí cada vez que escucho Mil Horas, de los Abuelos de la Nada. Como era una de las dos o tres canciones que tenía en su celular, cuando estábamos juntes sonaba mil veces. Me hace acordar de lo raro de aquel viaje, de mí, sentado en una hamaca leyendo Los Miserables, de lo lejos y cerca que estaba de saber qué demonios quería en la vida. Pero me acuerdo, más que nada y especialmente, de la risa espontánea que le salía cada vez que cantaba la versión que había inventado para ella:</span></p><p><span style="font-family: georgia;">“La otra noche estuve devolviendo firmas dos horas… Mil firmas por posteo…
<br />Y cuando firmaste, vos posteaste y me dijiste: flogger, vos effeame, y yo te effeo…”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">Me hace recordar con cariño esa risa que se le escapaba sin querer y que, en un mundo superficial, mezclado y enfermo, me gritaba que ella, y todes les floggers, eran inocentes de todas las catástrofes del universo.</span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-49984543803905000202020-08-23T01:08:00.003-03:002020-09-14T16:52:53.915-03:00Vanina (parte I)<p><span style="font-family: georgia;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuIJUmiTpe7nKMScIBjr9xjWG-RVIxebLDc_MDvzzC-8yCJqXuxsXl5YnL6XJz7ffpgmzbFJm-EwU27w7H258gtPthGOuYvbhajEsIg5lzgIYr2sygoR0mSgqwx-UBveEB9FKRcJSy6O1a/s2048/ret+ret+ret.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1456" data-original-width="2048" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuIJUmiTpe7nKMScIBjr9xjWG-RVIxebLDc_MDvzzC-8yCJqXuxsXl5YnL6XJz7ffpgmzbFJm-EwU27w7H258gtPthGOuYvbhajEsIg5lzgIYr2sygoR0mSgqwx-UBveEB9FKRcJSy6O1a/w328-h233/ret+ret+ret.jpg" width="328" /></a></b></span></div><span style="font-family: georgia;"><b>Por Martín Estévez</b></span><p></p><p><span style="font-family: georgia;">Si algo le faltaba a mi vida el sábado 18 de octubre de 2008 era magia. Yo escribía en una revista que se publicaba en Puerto Rico y extrañaba a una ex novia que había dejado de amarme hacía muchísimo. Había llegado la internet a casa y los fines de semana chateaba de madrugada, mientras Tati dormía a mis espaldas. Trataba de no hacer ruido con el teclado para no molestarla. Respiraba gris. </span></p><p><span style="font-family: georgia;">En salas de chat o páginas ridículas como “¿Sexy o no?” conocía decenas de personas que agregaba al MSN y con las que no conversaba nunca más. Ese 18 de octubre, apareció conectada una foto pixelada en la que se veía una cara acostada sobre un almohadón (igual a la mía) y una frase de Fito Páez: “El tiempo a mí me puso en otro lado”. Cuando le pregunté “vos también acostada?” empezó una de las mejores historias de amor de mi vida. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"> Tal vez tendría que explicar muchas cosas para que entiendan por qué, con Vanina, volvió a mi vida la magia (no magia de creo-en-los-unicornios, magia de siento-algo-que-la-ciencia-no-explica), pero yo no les subestimo a ustedes: entiendo que pueden reconstruir las infinitas horas que faltan en estos pedacitos arbitrarios de chat, insulsos sin contexto, disecados sin vivirlos de madrugada, con creatividad, con empatía, con sus propias historias. Y si sale mal el intento, no importa, qué va a importar: lo único que quiero es hablarles de Vanina. Bienvenides a la primera parte de la historia. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> 18 de octubre de 2008 • </b><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b style="font-family: georgia;"> </b></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>
Martín:</b> El tiempo te puso en otro lado. ¿En dónde? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>Vanina: </b>El muy jodido me trajo de Capital a Pinamar. Mala pasada me jugó. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¿Qué tu mail sea “tan.ilógica” me tiene que preocupar? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>La lógica es el camino, lo ilógico es meterte en medio de los yuyos. Cuando es cuestión de vida o muerte, andá por el camino. Pero cuando tenés tiempo, ¿a quién no le gusta perderlo entre árboles y yuyos? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Qué profundo para alguien de 17 años. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Es culpa (o dicha) de la noche. Durante el día, sale de mí una parte que preferiría asesinar, y dice cosas como “o seaa, tipo, re copado mal, gordita, arree…”. Pero en los domingos nublados, ¿qué más placentero que ir al Parque Rivadavia, revolver libros viejos y dejarse estafar un rato por los vendedores de los puestos? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¡No podés existir! Odio estas cosas: uno anda por su vida gris, haciendo cosas grises, pensando en mundos grises, sin emociones violentas, sin opresiones en el alma, sin ilusiones enormes. Entonces aparece una chica que dice “arreee” todo el tiempo, y tu noche de sábado gris se convierte en lluvia de fibras fosforescentes. ¡Te odio! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Por eso siempre hay que llevar paraguas, o pasear bajo la lluvia y disfrutarla. Después de todo, uno nunca sabe cuánto puede durar… pero lo seguro es que es pasajera. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Pero las chicas fluorescentes son difíciles de lavar del alma: tienen esa tinta en la mirada…</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Entonces solo queda disfrutar del agua. Mojarte la ropa y llevarte un poquito de esa agua a casa. Así, cuando la lluvia pase, vas a tener algo que conservar. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¿En el país de las mujeres imposibles, hoy adelantan una hora el reloj o no?
V: Aaa, estoy en contra de eso. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¿De las mujeres imposibles? ¡Yo también! Te enseñan que son todas iguales, ¡y después aparece una que está contra el cambio de hora! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> ¡Es que es indignante! La hora es una de las pocas cosas libres, que vienen de la nada y a la nada van. ¡Y estos señores la quieren modificar! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Es tan terrible como talar un árbol. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Se me acaba de ocurrir una paradoja: si una persona llora por la tala de árboles, ¡se tiene que secar con pañuelitos de papel! Porque no es humano secarse con otra cosa que no sean pañuelitos Elite doble hoja. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>A mí se me ocurrió una solución: si alguien llora por la tala de árboles tiene que dejar caer sus lágrimas, para regar la tierra y ayudar a que crezcan nuevos árboles. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Bueno, me desconecto. Me gusta prolongar esto lo más posible, porque cumplo un ciclo con las personas: “conocerlos – pasarla bien – pasarla re bien – distanciamiento – olvido”. O sea que cuanto más tardemos en quemar etapas, más te voy a tener. Prometo cuidarte mientras seas mío. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Ahí te vas, dejando la lluvia de fibras. Supongo que saldré a caminar sin paraguas, para ver si te encuentro caminando entre los yuyos. Total, tenemos tiempo, ¿no? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Muchísimo. Solo espero que la lluvia que ahora te gusta, no te termine molestando. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Si deja de gustarme la lluvia, me gustará la nostalgia del gusto perdido. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Y al menos sé que vas a guardar un poquito de agua en un frasquito… así no siento que lloví en vano. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b><b> 25 de octubre de 2008 </b><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> La amistad es siempre mejor que el amor. Los amigos son para siempre. Los novios, para un para siempre más corto… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Con tanto chiste sobre ser flogger, ya me pregunto en serio si tenés fotolog… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Emm… TENGO.</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Jajaja, ¡flogger! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Vos? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Bueno… emmm… de una manera extraña… no muy tradicional… SÍ. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> ¡Sos un farsanteeeee! Criticás a los floggers: TENÉS FLOG. ¿Dios míoo, cuántas mentiras más voy a tener que soportar? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Jajajaja. Te quiero. No puedo evitar decirlo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> aaaaaaa, ¡este momento es momento Kodak! Es la primera vez que me decís “te quiero”. Espero que no sea la última. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Esto va demasiado rápido. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>El tiempo que me rige no es el mismo que rige a la humanidad, Martincito. De modo que no te preocupes, dejate llevar y disfrutá del viaje. Otra cosa: eeeu, me gusta muucho lo que escribís. Tu nivel de flasheo, de pasar de un tema a otro relacionándolos así. Me suelo aburrir de la gente vana, tonta y superficial que solo me habla para invitarme a algún lado algún día y sacarse meses de calentura virtual. Y vos no sos así. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Sos ácida, eh. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Eso depende de la persona con la que trate. Sé que vos lo resistís y lo usás como material para una futura bomba de limón. Si trato así, a mis amigas se me ponen a llorar. Con ellas soy una dulzura caminante. Vos sos sarcástico, y eso está muy bien. La persona que no es sarcástica es porque no puede serlo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¿De dónde sale todo lo que tenés en la cabeza? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> No sé, está ahí. A veces hace ruido, y molesta. A veces trato de ignorarlo para divertirme más. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Es hora de encontrarte defectos. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Te puedo ayudar. Soy posesiva. Soy histérica. Hoy quiero a Dios, mañana al Diablo. Vivo en una suerte de existencia que me pasea entre un pasado idealizado y un presente a veces bueno, a veces horrible. Tengo un problemita respecto a la constancia. Cada determinado periodo de tiempo desaparezco del mapa. Me canso de todos y necesito irme sola al medio de la nada para pensar todo lo que pasa. Después extraño, necesito, me termino sintiendo humana otra vez. Eso termina enojando a todos mis proyectos (de amigos más que amigos, claro) (…) Quiero decirte algo que todavía no te dije: tenés un don especial para hacer que todo suene a realidades salidas de las páginas de Dolina. Es algo verdaderamente mágico. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>No lo digas, me pongo a lagrimear, este es un verdadero momento Kodak… </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Sí, leo a Dolina a los 17 años. Te faxeo los pañuelos. Mirá si te pasa como la historia de la primera novia, pero en tiempo presente: me buscás, me encontrás y ¡PUF! Desilusión. Toda esta conversación me parece increíble. No me podés caer más bien, porque a esta altura del viaje sería imposible. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Me hacés sentir raro. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Es el mejor elogio que me podés llegar a hacer. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>“Los que recuerdan están rescatando cosas de la muerte. A su manera, son salvadores”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> “No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasión”. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Muy raro, me siento. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Al menos te sentís. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Gracias por eso. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> aaaaa, yo me siento feliz. Sonrío y sé por qué: porque me alegraste. Me permitís ser un YO que no ejercito casi nunca. Un YO que me gusta más que el YO que generalmente represento.</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Sos hermosa y no se diga más nada en este planeta. Que se callen todos y escuchen el eco de esa frase. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> No puede estar tan llena de momentos Kodak esta conversación. Ya es épica. Gracias por ser el primero que me dice eso sin conocerme, solo por como pienso. Vale más para mí que los “hermosa” de todos los demás. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b><b> 27 de octubre de 2018 </b><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>¡Oh, my fucking god! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>¿Cómo blasfemás en nombre de Dios? ¿No te dijeron que algo malo puede pasar? </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Todavía estoy esperando lo malo, para así jamás volver a blasfemar. Que baje, me golpee y me diga: MALEDUCADA. Voy a ser su sierva toda la vida. Hace dos años soy una niña del Instituto María Auxiliadora, pero mis ideas no pueden ser uniformadas ni obligadas a adaptarse a un régimen impuesto, que solo busca anular la individualidad de los adolescentes.</span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Sos un rompecabezas de 5.000 piezas, tengo solo 3 y lo peor es que se me perdió la caja. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b><span style="font-family: georgia;"> 2 de noviembre de 2008 </span></b><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b style="font-family: georgia;">• </b><b style="font-family: georgia;">•</b><b><span style="font-family: georgia;"> </span></b></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Nosotros somos piezas de la misma caja de rompecabezas, y eso es difícil, considerando que cada persona es una pieza ¡y hay millones, billones de cajas a las que podrías pertenecer! Y más raro aun es que encuentres a las cuatro piezas que van enganchadas con vos. Nosotros estamos en la misma caja, Martín. Eso es seguro. ¡Nos reconocimos en cuanto nos vimos! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M:</b> Te creo. No sé por qué, pero te creo casi como si fueras solo una verdad que va por la vida gritando. Mucho cuidado con dejarme colgar de barriletes que no soportarían el peso de mis miserias. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Tenés la facilidad de decirme cosas que me halagan de una manera completamente distinta de todas las maneras en las cuales me halagaron alguna vez. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b><b> 10 de diciembre de 2008 </b><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>Si seguís metiendo elogios en mi cabeza, voy a terminar explotando. La gente no va a entender qué me pasó hasta que los forenses lleguen a mi computadora. Y ahí van a querer perseguirte, pero vos tenés que correr mucho y muy rápido. De esa manera, podés iniciar una vida de fugitivo hasta que, en algún desierto de México, dentro de algunos años, encuentres a una nena chiquita que usa chupines violetas y habla con metáforas constantes. Vas a darte cuenta que se trata de mí de inmediato, y la reencarnación se te va a presentar como un hecho. ¡Volví a la vida y nos reencontramos! ¡Alabado sea Alá! </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b><b> 12 de diciembre de 2008 </b><span style="font-family: georgia;"><b>• </b></span><b>• </b><b>•</b> </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V: </b>¿Viste qué linda la sensación de escuchar canciones que fueron muy importantes para vos hace algunos años? Te da como un “no sé qué”. Como tomar sopa y agua fría, una después de la otra. Escalofríos en la panza. Te quiero, Matín. Definitivamente te quiero. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Me pareció escuchar algo, como si me hubieran explicado para qué venimos al mundo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>V:</b> Antes que sea más tarde, antes que se me olvide, o antes de que se te desconecte la PC, te quiero decir gracias. Por preocuparte, tomarte el tiempo de hablarme, por todo. </span></p><p><span style="font-family: georgia;"><b>M: </b>Me gusta leerte. Mucho. Hablo de eso con algunas personas. De una chica a la que me gusta leer. Aunque no me lo creas, aunque yo no me lo crea, no necesito otra cosa.</span></p>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-65895413687021923162020-08-02T00:25:00.000-03:002020-08-02T00:25:04.555-03:00Cuarentenas eran las de antes<font face="georgia"><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimOXB0OJsVMDqR9eWG9cR0ne4xQK5AJEPut5aQFwdORH4j8GeIKvF01q5pCYyBCb8oIkhcZDdGVmfXhTRSjGTGHHhEGD4mL_d5xBrnB_gj6Y94W6j1XgiO7Nxe0vQ85nHcME3VkLwiBHyc/s2048/Varicela+3+%25282008%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimOXB0OJsVMDqR9eWG9cR0ne4xQK5AJEPut5aQFwdORH4j8GeIKvF01q5pCYyBCb8oIkhcZDdGVmfXhTRSjGTGHHhEGD4mL_d5xBrnB_gj6Y94W6j1XgiO7Nxe0vQ85nHcME3VkLwiBHyc/w328-h246/Varicela+3+%25282008%2529.jpg" width="328" /></a></div>Por Martín Estévez</b></font><div><font face="georgia"><br />Ustedes, que creen que esto es aislamiento social, no entienden nada. ¿De qué cuarentena me hablan? Videollamadas, historias de Instagram, convivir con parientes, dar una vuelta manzana para comprar… ¡Esto no es aislamiento, señoras y señores! Aislamiento, lo juro por les donantes de plasma, es lo que viví hace exactamente 12 años. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Todo arrancó a fines de julio de 2008. Tres manchitas en el cuerpo, llamada y rapidísimo diagnóstico: varicela. ¡Varicela a los 24 años! Me había contagiado de mi abuelo Víctor (tuvo culebrilla) y el médico fue terminante: </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia"><i>–La carga del virus es grande. Si no lo aíslan, van a terminar todos enfermos. Y para personas adultas, contagiarse puede ser muy peligroso. </i></font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">No hubo anuncio presidencial ni tiempo para comprar víveres: diez minutos después cerraron la puerta de mi pieza durante tres semanas. No recuerdo si era todo tan distinto, si éramos medio pobres o si yo era anti-tecnología, pero no tenía teléfono celular ni computadora. Ni siquiera televisión. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Pensalo en serio: que te encierren 21 días con un equipo de música, libros que ya leíste y Caladryl para ponerte cada ocho horas. Nada más. Te pica el cuerpo, mucho, todo. Si te rascás, la mancha queda para siempre. ¿Empezás a sentir lo que es aislamiento social en serio? </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Ni avisé al trabajo: no podía tocar el teléfono. Tati llamó a la revista Fox Sports y explicó que cualquier pregunta tenían que hacérsela a ella, y yo gritaría a través de la puerta si la fiebre lo permitía. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">La puerta se abría cuatro veces al día, en las cuales me dejaban, a distancia, agua y comida. En realidad, cinco veces: a las cuatro de la tarde la entornaba un poquito, ilegalmente, para escuchar a Fanny y Víctor hablar sobre los precios del supermercado <i>Norte</i>. Me emocionaba oír voces humanas tan cerca. Llegué a llorar mientras discutían si convenía comprar fideos moñitos o tapas de empanada para una cena. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Encontré una malísima colección de rock nacional de la revista Noticias y la escuché completa: ni las canciones de Los Ratones Paranoicos me salteaba. El resto del día sonaba radio Metro como cortina de una vida en la que no pasaba nada. Solo mis pensamientos. A las 12 de la noche, cuando empezaba Dolina, las drogas ya me hacían delirar. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Después, otro día igual. Y otro. Y otro. 21 veces. Sin historias para contar. Agosto de 2008: mi verdadero aislamiento. El primer mano a mano con mi cabeza, sin nada alrededor. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Lo que más recuerdo es que no tenía vida social pero sí un plan: ser para siempre periodista deportivo, no perder a mis únicos dos amigos, que mi ex pareja volviera a amarme, vivir con ella y escribirnos cartas de amor en cada aniversario. Intuía que en 2009 o 2010, a más tardar, mi vida iba a tener rumbo definido. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Jamás hubiera creído que llegaría otro virus, otro aislamiento, otra habitación solitaria. Pero mucho menos hubiera creído que a mi vida, 12 años después, solo le quedarían el cariño de Tati y el vegetarianismo. Que no habría ninguna otra coincidencia. ¿Qué pensarías si te dijeran que, dentro de 12 años, en tu vida no habrá nada de lo que existe hoy? </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Yo hubiera enloquecido, literalmente, si en 2008 me contaban que Rosana dejaría de doler, que el periodismo deportivo me sería indiferente, que mi abuelo moriría tan cerca de mis manos y mi abuela, tan lejos. Que Vanina me rompería el corazón, que yo se lo rompería a Tamara, que me iría a vivir solo a un departamento sin pasto ni balcón. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Que practicaría esa locura del “amor libre”. Que Milito y Lisandro volverían y serían campeones, pero que en ese momento Racing me importaría menos que cambiar el mundo. Que estudiaría Letras durante 11 años, que todos mis amigues serían más jóvenes que yo, que mi familia se disolvería, que aprendería a vivir con ese vacío. Que en Argentina volvería a gobernar la ultraderecha, que la revolución feminista me haría repensar el mundo, que sería feliz durante años en ese departamento sin pasto ni balcón. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Que por fin aprendería qué hacer cuando viera a alguien durmiendo en la calle. Que empezaría a escribir verdades en un blog, después en Facebook, después en un libro y después en todos lados. Que le rompería el corazón a Luz, que después ella me lo rompería a mí, que al final descubriría que nadie le rompe el corazón a nadie, que al final descubriría que nunca se sabe cuándo es el final. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Que me dispararía la policía, que amaría las plazas y las confesiones bajo la lluvia, que sería un desocupado durante años, que una noche de 2020 lloraría agarrado a un teléfono y diría, lleno de honestidad: “Siento mucha vergüenza de esto que soy”. </font></div><div><font face="georgia"><br /></font></div><div><font face="georgia">Que aprendería que darlo todo en cada ratito me permitiría dormir bien. Que a los 36 años no sería nada de lo que esperaba ser a los 36 años, pero que a los 36 años me querría más fuerte que nunca. Que aprendería que no es posible saber cuándo vamos a estar obligadamente solos durante muchos días. Y que nunca, pero nunca, podemos saber ni planificar ni suponer, ni advertir ni anticipar ni adivinar, cómo diablos será nuestra vida 12 años después. Ah, eso sí: estoy seguro que en 2032…
</font></div>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-92087168787921538132020-07-20T23:22:00.000-03:002020-07-21T00:30:28.967-03:00Abrazame hasta que termine la pandemia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd0yYeN6WP98o_5f325lwRnHCXaDF1l2Dex6MdFI8O1C0hpmhu9ZAsm_sNG6-BS7inSIJU_drcJf9PT92Z77yqVFG6iOXS-Dne-R8uEMxjd25tArLXjQ_Mj4AIS3s_hL5HiYMeO9XFEUqe/s1600/Casciari+98.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="616" data-original-width="540" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd0yYeN6WP98o_5f325lwRnHCXaDF1l2Dex6MdFI8O1C0hpmhu9ZAsm_sNG6-BS7inSIJU_drcJf9PT92Z77yqVFG6iOXS-Dne-R8uEMxjd25tArLXjQ_Mj4AIS3s_hL5HiYMeO9XFEUqe/s400/Casciari+98.jpg" width="350" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>Por Martín Estévez</b> </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Me rompe soberanamente los huevos andar ocultando por qué me preocupa tanto la pandemia. Estoy harto de caretearla todo el tiempo, de inventar que no quiero seguir encerrado o que tengo miedo de que muera la humanidad entera. A mí lo que me tiene angustiadísimo desde que empezó esta mierda del coronavirus, lo que realmente me mortifica, es recuperar un libro de Hernán Casciari. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La clave del asunto es Florencia Leva. Pongo su nombre y apellido porque, si algo me pasa, ella será responsable. A mi (por ahora) adorada Florencia la vi por primera vez en 2012, no me acuerdo la fecha. El día en que conocí a Hernán Casciari, en cambio, no me lo olvido más: fue el 16 de julio de 2008. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Meses antes, con Pablo fingíamos hacer periodismo para la revista Fox Sports pero nos la pasábamos boludeando. Una tarde señaló en su computadora un texto que se llama “Borges, desde el tablón” y me dijo: “Este tipo sería tu amigo”. Y desde que lo leí, ay, Hernán, te amo.
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hernán Casciari vivía en España, acá lo conocía poca gente. Aquel 16 de julio de 2008 volvió a la Argentina después de ocho años para presentar un libro. Con Pablo dijimos que entrevistaríamos a un tenista y nos escapamos del trabajo para verlo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Gracias al (o por culpa del) gordo Casciari cambié para siempre mi forma de escribir: supe que si no arriesgo un poco la vida, si no hay violentas verdades escondidas cada dos líneas, ningún texto vale nada. Lo imité descaradamente y con orgullo. Con orgullo, también, recuerdo que en el primer número de su revista <i>Orsai</i> aparece mi nombre, porque compré 10 ejemplares para las personas que más quería. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Comenté casi todos los 353 textos de su blog publicados hasta el 2013. Lo fui a ver hasta en la Universidad de La Matanza. En 12 años jamás pude evitar la amorosa envidia, o el envidioso amor, de decir “qué gordo hijo de puta” cada vez que escribe algo que yo hubiera amado escribir. Después siento culpa, porque “hijo de puta” es un insulto machista, pero igual no puedo evitarlo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al principio, cuando se fue haciendo famoso, me sentí como alguien que sigue a una banda desde que toca para 10 personas y sufre cuando, de golpe, la escucha hasta su peor enemigo. Enseguida se me pasó y entendí que si sus textos escritos con las tripas llegan a más lugares, el mundo puede ser un lugar mejor. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En 2011, el gordo abrió un bar en San Telmo, que como su blog y su revista se llamó <i>Orsai</i>. Todavía guardo una servilleta con el logo. Una noche estaba ahí y de pronto aparecieron Casciari (todavía vivía en España) y otras personas a recitar. Como siempre, el gordo me hizo hervir la pasión por lo que más me gusta en la vida después de la distribución de las riquezas: escribir. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hubo musiquita, paz. Hubo magia. Se hizo de madrugada y se me iba el último 74 a Lomas. Me acerqué a una mesita donde se reía con sus amigues. Lo interrumpí para contarle una pavada que había escrito sobre él en la revista <i>El Gráfico</i>. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cualquier reacción era esperable, menos la que tuvo: se alejó de la mesa, hizo fuerza para mantener la atención en lo que le contaba, agradeció con una sonrisa y me dedicó un libro suyo que, como siempre, yo llevaba en la mochila. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Qué tienen que ver Florencia Leva y la pandemia con todo esto? Ya les explico. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hernán dice que la vida está grabada en surcos de un longplay, y que uno es la púa ciega que rasguña el vinilo. “<i>Lo difícil</i> –afirma– <i>no es que suene la música (siempre suena), sino dar con el surco que a cada cual le corresponde. Una crisis es un salto antiestético en la canción. Encontrar otra vez la música correcta puede resultar muy complicado. A veces no ocurre nunca y enloquecemos. La locura es un disco rayado, es la desesperación que le hace repetir al desequilibrado la misma historia triste siempre”. </i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Una de esas crisis, el gordo la resolvió en un viaje. Por eso, desde que empecé mi segunda gran crisis, en 2018, planeé un viaje desquiciado: presentí que en una placita de Ucrania volvería a sonar la música correcta. (Si alguien pensó que se trataba de un sensato viaje para conocer mis raíces, acaba de descubrir que gasté mis ahorros en una corazonada inspirada por Casciari). </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>–¿¡ Pero qué tiene que ver esa tal Florencia Leva, hombre?! </i>–ya escucho los gritos de ustedes. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Para explicarlo, cito otra idea del gordo, la Teoría de los Guiños: <i>“Funciona cuando la vida nos brinda una posibilidad, o nos ofrece un riesgo. En esos momentos, el mundo que nos rodea comienza a emitir gestos de complicidad”. </i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ojo: no está diciendo esa pavada de “cuando queremos algo el mundo conspira a nuestro favor”, sino que hay que descubrir 'cuándo' conspira a nuestro favor, porque una mala lectura nos puede cagar la existencia. <i>“Las pequeñas desgracias cotidianas son productos de una mala decisión muy anterior, tan anterior que nos resulta imposible relacionar una cosa con la otra”</i>, agrega el gordito lindo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La cuestión es que Florencia vive en España y la última vez que vino a Argentina me pidió algo para leer. En ese momento sentí el guiño, oí a Casciari susurrándome en los oídos, intuí que para que sonara la música correcta, mi viaje necesitaba algo más que la placita ucraniana. Le di a Florencia un libro del gordo y le dije que de regreso de Ucrania pasaría a buscarlo por España, donde ella vive, donde Hernán vivió, donde el libro había sido escrito.
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Enseguida saqué los pasajes. La placita ucraniana, el reencuentro con Florencia y con el libro de Casciari, el fin de mi crisis y el advenimiento de mi felicidad tenían fecha: 14 de abril de 2020. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Entienden ahora? Estoy desesperado. Volver a tener ese libro en mis manos significaba que Ucrania, la placita, España, la música sonando en el surco que le corresponde, mi felicidad: todo había sido un presentimiento correcto. Significaba que la Teoría de los Guiños de mi gordo precioso no me iba a fallar. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El viaje se canceló indefinidamente y nadie sabe qué pasará con el mundo. Cada noche le mando a Florencia audios como este:</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>–Che, vi que en España hay un rebrote del virus y otra vez vas a pasar semanas encerrada, qué bajón. Ah, otra cosita: ¿el libro está bien? </i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hasta que hace poco, entre medio de muchas otras cosas, Florencia deslizó: </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>–A esta altura ni siquiera sé si voy a estar en España para cuando viajes, jajaja. </i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Yo no me reí. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ahora resulta que el instante en que recupero el libro y suena la música correcta, el momento exacto de mi felicidad, no depende solamente de la pandemia, de la reprogramación del viaje, de que las aerolíneas no quiebren, de que en la placita ucraniana un rayo cósmico me sane el corazón. Ahora mi felicidad depende también de que Florencia no se mude a Francia, a Australia o a Corea del Norte. Ay, Florencia. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Igual me parece que ustedes siguen sin entender. ¡No es la pandemia, la crisis ni mi felicidad lo que me tiene repleto de angustia, imposibilitado de dormir, vacío de hambre! Lo realmente terrible, doloroso, devastador si todo sale mal, ¿saben qué sería? Sería no haber sabido aplicar la Teoría de los Guiños, no haber reconocido las señales del destino. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lo fatalmente imperdonable, para mí, sería fallarle al gordo hermoso que me enseñó que si en ningún momento de un texto (atrás de los chistes, Florencia, Ucrania y la felicidad, atrás de los guiños, las teorías, el amor y respirar, atrás de mis palabras, tus ojos, los virus y el infinito) desnudamos que necesitamos un abrazo para soportar la angustia de existir sin saber por qué, entonces hay que borrar todo. Y, claro, empezar a escribir de nuevo.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-57498721187662260662020-04-17T21:55:00.000-03:002020-04-18T22:08:26.225-03:00La psicóloga que no me entendía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijAWBa9xfin-PH5tbU2rjqwNYnOc2tp5kV27fCZ0EjACRDhfYEppuk6LdpJG-c3UTt2wTxIPvqY8Lbcq2LPiouQk0CCqdkz0Va3oTJfNLSaIe52PkCnIpN-NKxqEJe-oEZfpRObfAXWfvi/s1600/Mart%25C3%25ADn+13.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1403" data-original-width="1600" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijAWBa9xfin-PH5tbU2rjqwNYnOc2tp5kV27fCZ0EjACRDhfYEppuk6LdpJG-c3UTt2wTxIPvqY8Lbcq2LPiouQk0CCqdkz0Va3oTJfNLSaIe52PkCnIpN-NKxqEJe-oEZfpRObfAXWfvi/s400/Mart%25C3%25ADn+13.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>Por Martín Estévez</b></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Mi psicóloga me mira, casi con bronca, y me dice: “Martín, te angustia tu sexualidad, casi no tenés amigos, extrañás a tu ex novia, sentís que no hacés nada por el mundo… ¡¿Cómo podés sufrir por Racing?!”. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Es lunes 21 de abril de 2008, y como cada dos lunes, a las 9 de la mañana estoy en el consultorio de Griselda, una señora grandota que fuma mucho aunque una vez me preguntó si me molestaba que fumara y le dije que sí.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Le juro que antes pienso todo: que es solo fútbol, que nadie va a morir, que no puedo ser tan estúpido. Lo único que pido es un partido normal. Ganar 3 a 1, o perder 2 a 0, pero que no pase nada raro. Pero empezamos ganando 3-0 y Lanús nos empata 3-3 sobre la hora con dos goles en offside. Yo sé que para usted es difícil de entender que me ponga así... </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> –Sí, es difícil de entender. A veces se gana y otras se pierde… </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Nosotros no ganamos nunca. Es la tercera vez este año que empezamos 3-0 y no ganamos. Estamos por irnos al descenso. Y el juez avisó que si Racing desciende, no puede pagar la quiebra y el club desaparece. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Te soy sincera, el fútbol no me interesa, pero voy a tratar de enterarme los resultados, al menos. Para saber cómo esperarte. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lunes 5 de mayo, 9:22. Un día antes, Racing perdió 3-2 en Rosario.
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Cuando ganábamos 1-0, me dije “no te ilusiones” –le explico a Griselda–. Nos hicieron dos goles y estaba lo más tranquilo. Cuando empatamos sobre la hora no sabe cómo grité. Pero al minuto 49, ¡cuarenta y nueve!, el Kily González tiró mal un centro y nadie sabe cómo entró la pelota. Me paré, dije “buenas noches” y me fui a caminar por el barrio, me cagué de frío, lloraba y temblaba, fue horrible. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Decís que te preocupa que Racing desaparezca. ¿Qué pasa si deja de existir, Martín? ¿Qué pasaría con vos? </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Es lo que hago, de lo que trabajo, voy a la cancha con mi primo y mi tío, recorto diarios. Es lo que me hace gritar y enojar y me hace sentir vivo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–¿Sabés que vi el partido con mi marido? Él también dijo que no pueden tener tanta mala suerte, que siempre les pasa lo mismo.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lunes 19 de mayo, 9:14. Griselda me mira seria y fuma. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Hago todo lo que puedo. El fin de semana fui a Campana para no sentirme solo, para estar con mi único amigo. Decidí ver el partido con su familia. Me preparé, le juro que me preparé, hasta para perder 6 a 0 y no ponerme mal. Empezamos ganando y traté de no ilusionarme. Pero pasaban los minutos y pasaban y pasaban. Seguíamos ganando. Se me pusieron los ojos llorosos. El papá de Pablo, que es de Boca, me dijo: “Ya termina, hoy ganan, se lo merecen”. Y sobre el final nos empataron con un gol con la mano y en offside. ¡Con la mano y en offside! Y encima después…
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Les hicieron otro gol en el minuto 49 –completa Griselda–. Sí, lo vi. Les pasó lo mismo que en el otro partido. Hasta a mí me resulta inexplicable. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Y me la aguanté calladito, hasta acepté un café, disimulé, pero después volví llorando tres horas y media desde Campana hasta mi casa. No puedo entender por qué me pongo así.
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Martín, ¿sabés qué pensaba mientras miraba el partido? Que hablás de Racing usando el “nosotros”. Tenés que romper esa simbiosis. Si Racing desaparece no desaparecés vos ni las cosas que hacés. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lunes 2 de junio, 9:36. Racing empató 0-0 con Independiente y sigue en serio peligro. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Hoy que estuviste más tranquilo pudimos terminar el rompecabezas –dice Griselda, satisfecha–. Ser de Racing con fuerza fue tu respuesta inconsciente después de esa noche en que tu papá gritaba desde la reja que vos tenías que ser de River. Y durante tu infancia, y tal vez también ahora, fue tu único lugar, tu refugio, tu identidad, de alguna forma esas 30.000 personas que sufren en la cancha son tu grupo de pertenencia. Y por eso tenés miedo de que desaparezca: para no quedarte solo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Y lo otro que dijo también tiene sentido: que le haya ido siempre mal aumentó mi identificación con Racing, porque a mí también siempre me iba mal. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Exacto. Entender te puede ayudar, Martín: vos necesitás ser otra cosa además de Racing. Necesitás otros espacios, otros refugios. Vos no sos Racing y Racing no es vos. No hay un “nosotros”: son Racing y vos. Por separado. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lunes 23 de junio, 9:26. Racing perdió 1-0 contra Colón y jugará la Promoción contra Belgrano para saber si desciende o se salva. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–No sé ni qué decir –le digo–. No tengo ganas de hablar. Cambiamos la fecha de esta sesión por si pasaba esto. Y pasó. Y no sé qué decir.
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Es increíble, otra vez en el minuto 49 –reniega Griselda–. ¡Y mirá que tuvieron chances! Toda esa gente que fue a Santa Fe, y estuvieron tan cerquita de ganar y salvarse… </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Hace años que estamos yendo a todos lados, que estamos cerquita de algo, y siempre termina igual. Todo el dolor que me llevó entender por qué sufro por Racing y ahora lo único que pido es que no se vaya al descenso, que no desaparezca. Nunca pido la gran cosa: algunos amigos, algunos ratos felices, algo que no me haga sentir tan solo. Me siento un pelotudo por llorar por esto, acá, ahora, con usted, pero es como un símbolo de mi vida esta mierda: tanto esfuerzo para que todo termine mal. Pensé en no venir, estuve una hora y media viajando como el orto, el tren, el subte, tratando de no enojarme, y ni sé qué decirle ahora. A usted le debe parecer una pelotudez con tanta gente muriéndose de hambre, y a mí también, pero nomás quisiera que una vez algo salga bien, abrazar a mi familia contento en vez de pasarme el domingo llorando. Me doy vergüenza, y lástima, y ya no sé. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Griselda me mira con frialdad y, aunque es temprano, da por terminada la sesión. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Te espero el lunes a las 9 –me dice. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El 29 de junio de 2008, Racing le ganó con sufrimiento a Belgrano y se salvó del descenso. Lloré, canté, grité y me abracé en la cancha y en mi casa, me teñí el pelo de celeste. Pero lo que nunca voy a olvidar pasó un día después: el lunes a las 9, en el consultorio de Griselda. Entré, apagó el cigarrillo, me miró con cara rara. Se me acercó, me abrazó fuerte y me dijo:
</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">–Nos salvamos, Martín. Nos salvamos.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-61882127911302493232020-04-09T18:31:00.001-03:002020-04-09T18:32:26.913-03:00Héroes por un día<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhamVGZzYyLapl3pIWt29kt0CMJ4HjEbZMvdxm0GFI73UAmFrqFZ9vfB0IZgF03DuUXM-AAkFB6Obid2y69MnxFlkSGIsR88aeVQ5M4eriWgx2WmpkoYrZI9sCnyolkhPvnOfEj1QvXprz4/s1600/Fran+y+Datzi+%25282008%2529.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1031" data-original-width="1360" height="302" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhamVGZzYyLapl3pIWt29kt0CMJ4HjEbZMvdxm0GFI73UAmFrqFZ9vfB0IZgF03DuUXM-AAkFB6Obid2y69MnxFlkSGIsR88aeVQ5M4eriWgx2WmpkoYrZI9sCnyolkhPvnOfEj1QvXprz4/s400/Fran+y+Datzi+%25282008%2529.JPG" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b>Por Martín Estévez</b></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">El 10 de abril de 2008 cumplía 24 años y buscaba amor desesperadamente. Mi familia me quería, pero necesitaba amigues: tenía uno solo y vivía en Campana. Entonces agarré mi sueldo, compré cerveza, chizitos y sánguches de miga, y mandé un mail a 32 personas invitándolas a mi cumpleaños. Me angustiaba seguir sintiéndome solo, estar solo para siempre. Y extrañaba a Rosana. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sin embargo, las cosas no… No, no. Esperen, esperen en serio: freno acá. Ahora mismo, mientras empiezo el segundo párrafo, me doy cuenta de que me estoy por mandar una cagada. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No por haber dicho Rosana (pobre santa, pronto dejo de nombrarla) sino porque estoy a punto de contar otra historia de fracaso. Y no lo voy a hacer: les juro que estoy cambiando ahora mismo la idea del texto. Iba a exagerar mis expectativas de ese día, transformarlas en decepción y contar que después estuve una semana comiendo sánguches rancios que sobraron, porque no fue nadie. Pero es mentira. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y si freno acá es porque Miguelito, mi psicólogo, me viene rompiendo las bolas con la “lectura” que hago de mi vida. Dice que siempre cuento la verdad, pero solo una parte, la que más duele, la que no me deja ni siquiera una piecita para rearmar algo mejor. No se lo pienso admitir, pero puede que tenga razón. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Es verdad que sería muy forro si me quedara solamente en la burla a mí mismo, en decir que era un muñecote aburrido y melancólico, en que 30 potenciales amigues ni me saludaron. Sería muy forro con tres personas. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sería muy forro con Fran y con Christian porque estuvieron ahí, brindando conmigo. No se convirtieron en mis amigos, de hecho nunca más los vi, pero qué carajo importa. Lo que importa es que esa tarde, si no hubieran ido, habría estado ocho horas esperando que por favor alguien tocara el timbre, y nadie lo hubiera tocado. La angustia habría sido fulera: me hubiera sentido humillado ante mi familia y ante mí mismo. Pero no: ellos leyeron el mail, se lavaron los dientes y fueron a mi casa a darme un abrazo. No merecen un texto lleno de desdén: esa tarde se convirtieron en héroes. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y también sería muy forro conmigo, porque esas “lecturas” que hago de mi vida muchas veces me hacen mierda: soy siempre el que nunca se sale de sus estructuras, el soberbio, extremista y rencoroso, el miope abandonado, el que se queda solo en las organizaciones, el sexualmente incomprensible, el que no tiene profesión, familia propia ni trabajo estable, el que no escapa jamás de sus obsesiones. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¡Y es mentira, la concha del pato! ¡Es mentira! Todo lo que nombré tiene mucho de cierto, pero no todo. Ahora mismo, cambiando este texto, escribiendo lo que se me canta, lo demuestro. Aunque persigo la fantasía de un día cambiar todo junto, puedo pensar que estoy cambiando todo de a poco, todos los días, todo el tiempo, ahora mismo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Si no hubiera cambiado… ¿por qué no me parezco en nada al de 2008? Para empezar, tengo amigues. Agusita, Leandrín, Cami, Andreycito de mi alma, Lujanita… ¡Ay, cuántos audios de mierda les mando cuando estoy triste! Y elles ya saben que, como siempre, quiero usar una fecha de excusa para perseguir la fantasía de cambiar todo. ¡Ya sé que no se puede!, pero voy a seguir intentando milagros hasta que alguno se rinda por cansancio. Y mi nueva fecha para cambiarme el mundo está acá nomás. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Mañana, 10 de abril de 2020, vuelvo a cumplir años. Esta vez sí que nadie va a tocar timbre, porque vivo solo y estoy aislado por una pandemia mundial. Pero no importa: no hay momento ideal para avanzar salvajemente hacia la felicidad, hacia lo imprevisible, o al menos hacia lo que nos permita escribir buenas historias en el futuro. Lo importante del cumpleaños de 2008 tal vez no fue quién fue y quién no, sino haber mandado esos 32 mails para que pasara algo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Así que les pido por el amor de lo que más quieran, ayúdenme a hacer de este cumpleaños algo memorable: sean heroínas y héroes por un día y comenten algo que haya hecho por ustedes, un día en que les haya sorprendido, lo que sea, pero cuéntenme algo. Ayúdenme (porque también tengo que aprender a pedir ayuda) a pensar que en estos 36 años de vida pude construir historias, muchas historias, que nos hagan sonreír.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-4860002440427041432020-04-06T21:25:00.000-03:002020-04-07T21:35:09.241-03:00Mis noches en el infierno<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigYy2J2xSOC9DuRaIpWlmoopsHMIwWHH-QZIbukCUF7tP63QvpG-UT5bcrOuHF_CZP6lI3289Os0jiOTCQru9Y04WFez_ieATV8Qwfd5Agi6oF4J5Qk1G39ef2z_dfZrJdZFpp0IL_oMml/s1600/Chattttt.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="942" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigYy2J2xSOC9DuRaIpWlmoopsHMIwWHH-QZIbukCUF7tP63QvpG-UT5bcrOuHF_CZP6lI3289Os0jiOTCQru9Y04WFez_ieATV8Qwfd5Agi6oF4J5Qk1G39ef2z_dfZrJdZFpp0IL_oMml/s400/Chattttt.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>Por Martín Estévez</b></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">A principios de 2008 acumulaba un año sin besos, trabajaba 11 horas de lunes a viernes, Pablo era mi único amigo, Racing era siempre tormenta y extrañaba a mi ex novia. Mi vida era una lastimadura llena de sangre y de tierra, muy a punto de infectarse. Tenía 23 años y viernes y sábados, a la noche, no sabía qué mierda hacer. Entonces caía en mi droga de esos tiempos: las salas de chat. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Intuyo que poc@s de ustedes han estado en ese infierno. Les cuento: entrabas a una página (en mi caso, <i>tuchat.com</i>) y había salas con distintos nombres, como “Argentina 1”, “Argentina 2”, “México 1”, “Menos de 20 años”, “Solo solteros”, “Infieles”, etcétera. El cupo era limitado: tenías que buscar una con poca gente o esperar a que alguien saliera para entrar. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Solía meterme en alguna de Argentina. Sólo veía nombrecitos inventados y un diálogo entre 30 personas que avanzaba rapidísimo. Casi siempre eran varias conversaciones a la vez. La mayor parte, supuestos hombres intentando levantarse supuestas mujeres. “Levantarse” era pasar al chat privado. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Había en esos chats algo que todavía me aterra. Personas (hoy les llamarían “trolls”) que, apenas entrabas, se ponían un nombre parecido al tuyo y, a lo que decías, lo transformaban en una grosería perversa. Si yo aparecía como “Martín” y respondía: “Acá, comiendo una pizza”, enseguida (muy muy enseguida) aparecía alguien con nombre <i>Mar.tín</i> y decía: “Acá, comiendo una pija”. Perdonen, pero así de grotesco era el asunto: una y otra y otra frase era replicada (muchas veces con sorprendente creatividad) con un detalle sexual o escatológico.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Era monstruoso: ¿por qué miles de personas hacían eso todas las noches en todas las salas? Sigo queriendo saberlo: es de las cosas más raras que viví. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La lucha era feroz. Había que ignorar a los trolls durante una horita y empezaban a aflojar. Tipo 2 de la mañana, entonces, quedábamos l@s 6 o 7 que habíamos sobrevivido, cansad@s tras la batalla, y sin saber bien qué hacíamos ahí. Entonces aparecía mi magia: ponía sobre la mesa del chat una verdad. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Empezaba contando mi fracaso y les decía a todes que, si estábamos en esa sala infernal un sábado a la madrugada, era porque nuestra vida era incluso peor. Pero que no tuvieran miedo, que había que tener paciencia y valentía para salir de ese pozo negro que nos hacía buscar cariño u olvido en nombrecitos desconocidos de <i>tuchat.com</i>. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">De a poco, todes admitían su dolor y cerca de las 4 de la mañana ya éramos casi familia, los cuatro que quedábamos nos jurábamos querernos para siempre y, a veces, nos pasábamos los mails para escribirnos si nos sentíamos tristes. Era un final épico y mentiroso, humillante y esperanzador. Casi nunca volvíamos a escribirnos, pero las horas habían pasado y era más fácil dormirnos llenos de confusión o mentira que vacíos. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Llegué a conversar por MSN con algunas personas y las perdí en el camino: la bibliotecaria mendocina que quería conocerme, el pibe que agradecía mis palabras de aliento, la mexicana que nunca supe si me gustaba o si me gustaba conversar con alguien desconocido de otro país. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero la historia que más recuerdo es la de “verdecita”: una chica que estaba siempre en la misma sala hasta que un día nos pasamos los MSN. Atravesaba una situación llena de violencia, y espero haberle dado cariño en medio de su dolor. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ella (me decía “viejito” porque mis 23 años le parecían muchos y no creo que recuerde casi nada de esto) fue la única que atravesó redes sociales: todavía la tengo en Facebook. Cada tanto entro a su cuenta para recordar esos infiernos, para adivinar su presente, para saber si es feliz. Siempre le deseo el bien: cómo no, si fuimos amigues en el infierno. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Doce años después, intuyo que todes tenemos un infierno artificial que reemplaza al peor de los infiernos: a una soledad triste, a la angustia de no saber para qué vivimos, a las noches con gusto a nada. Imagino que los infiernos de mentira de hoy son las historias de Instagram, las biografías de Tinder, las charlas vacías de WhatsApp. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Y yo qué hago sin mi chat infernal? Cuando me acechan fantasmas de mi vida, canciones del pasado, ausencias del futuro, prendo la computadora y en este chat gigante que son las redes sociales, hago mi magia: ahora enfrente de todes y rodeado de caras conocidas, empiezo a contar una verdad.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-40714785961656158882020-01-08T19:42:00.000-03:002020-01-08T21:32:11.743-03:00Flashear amor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnm2DeFsCTEsNS9_DrAywZqXwvPBrkvcPQMDHSLO6GqNK_HCGjRNdq_HKUoaLFT5lu8X2XXhH8aUykDRQBp2bue_QfYKNm9vU-Wiq2jRwIiqCH-_a5951fXHSg0pIjRwrVmBQqukUsamQQ/s1600/Flashear+amor.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="849" data-original-width="883" height="383" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnm2DeFsCTEsNS9_DrAywZqXwvPBrkvcPQMDHSLO6GqNK_HCGjRNdq_HKUoaLFT5lu8X2XXhH8aUykDRQBp2bue_QfYKNm9vU-Wiq2jRwIiqCH-_a5951fXHSg0pIjRwrVmBQqukUsamQQ/s400/Flashear+amor.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b>Por Martín Estévez </b></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Me muero de vergüenza si Micaela lee este texto. Sé que pasaron 12 años y ella apenas se debe acordar de mí: eso lo hace peor. ¿Cómo pude flashear amor de la nada, inventar tanta mentira, falsear la realidad? ¿Cómo pude haber estado nueve meses pensando en alguien a quien casi no conocí, en alguien a quien (ahora me resulta más ridículo todavía) vi apenas una vez en la vida? </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">En realidad, la había visto sin verla: Mica y yo trabajamos un año (entre 2004 y 2005) en el mismo edificio. Cuando bajaba a saludar a amigues periodistas, ella a veces estaba, pero me pasó desapercibida. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">La única vez que la vi en serio fue el 27 de abril de 2008, en el casamiento de una periodista. No sé cuánto habremos estado en la fiesta, tal vez tres horas, pero yo la adoré. Mica me pareció divertida, inteligente, agradable, humilde, ingeniosa y no sé cuántos adjetivos más, que hoy me resulta sospechoso se descubran en tres horas. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No pasó nada de nada. Solo conversamos durante algunos ratos, quejándonos de algo o burlándonos de alguien. Recuerdo un diálogo:
</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>–Mica, ¿viste la pelícu…? </i></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>–¡No, no la vi! </i></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>–Pero si ni siquiera… </i></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>–¡Es que, siempre que me preguntan eso, nunca pero nunca la vi! </i></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">A mí me encantó enseguida. Aunque no hubo ninguna señal que indicara que Mica estuviera interesada en amarme por toda la eternidad, me agarré de sus sonrisas cómplices para ilusionarme. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Le pedí su mail a una amiga en común y 19 días después le escribí. Pongo todos estos datos insípidos porque, si no, este texto sería cortísimo: con Mica no pasó casi nada, o todo pasó en mi cabeza. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Del mail pasamos al MSN, y conversamos con bastantes interrupciones entre mayo y diciembre de 2008. En septiembre me agarró varicela (¡varicela a los 24 años!) y, como no podía chatear (estaba encerrado para no contagiar), hablamos algunas veces por teléfono. Ahí terminó de encandilarme. Poco después le escribí uno de esos poemas supermelosos que solía escribir, que nunca le mostré y que tampoco pienso mostrar ahora. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">A principios de 2009, todo terminó de golpe. Se suponía que alguna vez íbamos a vernos (o yo había entendido eso), pero de un día para el otro Mica dejó de hablarme. No entendí bien qué pasó; probablemente notó que yo la adoraba y que a ella no le pasaba lo mismo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y así como vino, mi amor por Mica se fue. Algunos meses después, dejé de pensar en ella.
</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hoy, doce años después, pienso que ese fue un amor inacabado, unilateral, un amor cobarde. Un amor que me inventé para pensar fuerte en otra persona que no fuera Rosana, esa primera novia que un año antes me había roto el corazón. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No le estoy quitando méritos a Mica (seguro era tan genial como yo la imaginaba), sino dejando en claro que más del 80% de mis ideas sobre ella eran fantasías. Hoy entiendo que si durante nueve meses una persona no te dice que quiere verte, es sencillamente porque no tiene ganas de verte: le alcanza un mail, un mensaje por MSN, un llamado. En 2008, yo no lo entendía: yo flasheaba amor donde no lo había. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Me aterra recordarme a los 24 años con una visión torpemente romántica, con tantos meses que perder esperando cosas que no pasarían, ¡escribiendo un poema para alguien que había visto una sola vez! Pero entiendo también que Micaela fue un espejismo que inventó mi cerebro para que dejar de hundirse por el pasado e inventar algo nuevo, lo que fuera. Deseaba tanto que las conversaciones con Mica no terminaran que no había lugar para desear que Rosana volviera. Y eso, para el Martín de 2008, era un montón. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hablar de Mica con Pablo, hablar de Mica en el trabajo, hablar de Mica conmigo mismo. Una buena parte de mi 2008 fue eso. Y ya no me avergüenza tanto. Durante mucho tiempo no viví amores reales, sino dolores disfrazados. En esos más de dos años sin un solo beso apasionado, sin un solo abrazo intenso, sin nadie que quisiera amarme para siempre, en esos más de dos años llenos de marea, desamor, vacío y reconstrucción, Mica fue una esperancita voladora, una idea que nadie concretó, un colectivo fuera de línea que no paró en la madrugada. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sin embargo, amigarme con ese mamarracho que fui a los 24, siento, me va a amigar un poco con el mamarracho que soy a los 35. Para salir de aquel pozo, flashear amor fue parte del recorrido. Para salir del cráter enorme en el que estoy, tendré que equivocarme también. Equivocarse, Martín, es parte del camino; reconocer los errores, parte de la solución. Me homanajeo a mí mismo, a mis errores y a todes les que ahora mismo están flasheando amores que no existen, compartiendo aquella poesía que le escribí en 2008 a Mica, el amor más irreal de mi vida. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Extracto del mundo </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">caligrafía exacta </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">mi perdición sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Futuro ansioso </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">efervescencia </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">tu halo sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Herida eterna </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">abierta </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">espontánea sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Adoro la maldición de tus ojos </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">infinitos, diáfanos, vívidos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Adoro tu infancia incompleta </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">un hilito de tu vida, tu voz. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Mi contradicción </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">tu historia </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">ventanales sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Una exageración </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">tres gestos </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">cinco flores sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El mejor error del mundo </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">navega en tus piernas, </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">pero me fiaste un cuento. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Ignoro el secreto </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">que ya sé: </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">dolés tanto... </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Profunda </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">absoluta </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">la inmensidad sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">El pasado de un abrazo </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">la foto de un espejo </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">lo imposible sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Felicidad a cuerda </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">casa de muñecas </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">mil libros sos. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No sé leer tus dedos. Todavía. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Te regalo ideas, comprensión y cien vidas. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No me masacraste. Todavía. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Bendigo en silencio esa tarde de abril. </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Ay, no: qué vergüenza. Ojalá Mica nunca lo lea.
</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-65278558564244836642019-11-17T23:25:00.000-03:002019-11-18T01:55:35.972-03:00Se me murió una vida<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b>Por Martín Estévez</b></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">El día que presenté mi libro, “Lo hago para que me quieran”, fue uno de los más felices de mi vida. Yo no lo sabía, pero aquel 25 de marzo de 2018, también, empezó el fin de mi felicidad. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">“Lo hago para que me quieran”, qué curioso todo, se había convertido en mi forma de ser, de actuar, de pensar, de amar. Todavía no sé si fue una forma de vida buena o mala, porque entre 2013 y 2018 generó mis felicidades más largas; pero terminó hundiéndome en esta tristeza tan inmensa. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Fui feliz en 2000, 2003, 2005 y 2009, tengo bien identificados los momentos. Semanas, a veces meses enteros. Pero nunca como sucedió entre 2013 y 2018: bloques gigantes de felicidades intensas, construcciones llenas de sinceridad, tal vez algún año entero (¡un año entero!) sin que la angustia existencial le ganara a las formas del amor. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Yo “lo hice para que me quieran” otras personas, pude poner a un Martín social sobre mis deseos individuales, porque tenía amores asegurados, dónde ser abrazado, dónde descansar: mi familia, mi pareja, un trabajo estable, los viajes a la nada, los partidos de Racing, mis amigues, Etiopía. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hasta el 25 de marzo de 2018, con temblores, el modelo “Lo hago para que me quieran” aguantó bien. Nueve meses después, el edificio se destruyó y todavía duermo entre escombros. Son muchos, y difíciles, y me duelen. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Las 7 patas de mi estructura, en apenas nueve meses, fueron atacadas. Algunas directamente estallaron en mil pedazos; otras tratan de rearmarse con las partes que quedaron. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Me hice bastante el pelotudo, es verdad. Tardé nueve meses en asumir lo que no había podido ver durante la tristeza ni durante la felicidad, tal vez casi nunca en mi vida: que necesitaba ayuda. Que necesito ayuda. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">En medio de la catástrofe, llené los huecos que dejaron las cosas que me daban alivio con presiones: espacios y actividades en las que mi función era (es) colaborar, mediar, coordinar, ser paciente, respirar hondo, resolver, insistir, enseñar, construir, perseverar, esforzarme, respirar hondo de nuevo, insistir más fuerte, no aflojar la vena del cuello hasta que algo en este mundo de mierda sea más justo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Desde que me despertaba hasta que me acostaba, desde que me despierto hasta que me acuesto, durante nueve meses fui enterrando al Martín que sufre en Año Nuevo, que imita a Fito Páez, que necesita matecito los domingos, que quiere que alguien lea con las tripas lo que le sale de este llanto desgarrado. Lo silencié, con todo el dolor que siempre me generaron los silencios. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Un lunes de hace dos meses, el Martín individual que tengo adentro se rebeló contra la opresión del otro, el Martín social que tiene que seguir siendo y haciendo aunque ya no haya alivios ni refugio ni nada que haga soportable el renacimiento del monstruo que me despertaba a los 10 años: el terror a que nadie pueda entenderme, a la soledad intelectual y, muchísimo más, a la soledad emocional. Siento el terror en la nuca, un escalofrío en estos dedos que tipean. Lo tengo acá al monstruo, mientras escribo, y me hace doler la panza. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Necesité pedir ayuda. Yo (el hombre blanco que tuvo agua potable y comió todos los días, el heterosexual obligado a cuestionar sus privilegios y sin derecho a ningún derecho) tuve que humillarme y reconocer que no puedo solo, caer en el ejercicio más individual y burgués que se me ocurre: ir a un psicólogo. Pagarle a un señor desconocido porque ya no sé para dónde salir corriendo, o si dejar de correr, o si volver hacia ningún lado. Tuve que sentir esa aguja en la médula espinal que significa para mi ego asumir que no soy omnipotente. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y, enseguida, descubrir que esa omnipotencia del orto también estaba tirando a la mierda mi edificio. Metidita adentro, qué sé yo si era bondad, soberbia, confusión, presión social, estigma, vocación, estupidez, un poco de todo, no sé, y puedo no saber porque no siempre puedo saber todo, ni siquiera de mí. Por eso pedí ayuda en estos últimos 13 días: porque ya no pude más. Porque ya no puedo más.
</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Habrá que volver a escuchar al nenito asustado que siempre fui por dentro: todavía me asustan la noche, las ratas, que se vayan a vivir lejos, la mesa larga del pasado. Me aterra la imperfección de mi cuerpo, que alguien me vea totalmente desnudo, me paraliza de miedo llegar a los 50 años sin familia y cenar solo, en una mesa chiquita, todos los domingos a la noche. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">La concha del mundo, Martín: hace seis meses no usás la excusa de escribir sobre el pasado para sanarte el presente. Ni siquiera eso hacés, cabezón. Te estás lastimando profundo. Me estás lastimando profundo. Me estoy lastimando profundo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Les estoy pidiendo ayuda. Que me tengan paciencia, que me digan cosas lindas, que no me exijan nada mientras hago el duelo de la vida que murió. Por ahí estoy siendo extremista, por ahí haber sido extremista fue parte de esa muerte, pero igual déjenme, déjenme ser lo que pueda ser, lo pido por favor y tapando mi cuerpo que ni siquiera yo puedo ver desnudo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Confieso mi derrota y mi tristeza, por fin y después de tanto. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lo hago porque hoy no me importa una mierda nada que no sea la verdad fuerte de adentro que nos hace tirar los objetos que nos torturan, nada que no sea escuchar a eso que fuimos durante el primer beso feliz, durante la primera valentía bajo la lluvia, eso que somos cuando tomamos la decisión que nos mata de miedo y nos hace llorar y nos hace abrazar a la persona que nos ayuda a tomar esa decisión. Lo hago porque no siempre podemos sol@s. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lo hago porque no voy a poder luchar por otres si no lucho ya mismo por mí. Lo hago por el nenito de 8 años que miraba su cuerpo desnudo con miedo a que esa deformidad lo convirtiera en un monstruo, o lo matara. Lo hago por el adolescente de 15 años que pidió un turno en un urólogo y con voz temblorosa le dijo a un desconocido: no sé qué tengo, necesito ayuda. Lo hago por el adulto de 35 años que pidió turno en un psicólogo y con voz temblorosa le dijo a un desconocido: no sé qué tengo, necesito ayuda. Lo hago para volver a jugar, lo hago para escribirlo después, lo hago porque lo merezco, lo hago para dejar de acariciarme una mano con la otra cada noche de angustia. A partir de esta vida, no lo hago para que me quieran: lo hago para quererme.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6964440726251868764.post-48968379082956293212019-06-10T22:04:00.003-03:002019-06-10T22:04:43.515-03:00La Gira del Desamor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis3kr9gl7FVj_Gdra4yppbCxjWaUZftsGqtUnIVxi6S5bBdtxmAnxhXHuvLftLiCJwNuVDzIjjWd5RwL4OprrL7p2rR_Q66JZMAX6ZpUYfUFrkTwzSS7eDaNOS1eVPPPLOeMlY5ijGhkKq/s1600/La+gira+del+desamor+ok.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="802" data-original-width="567" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis3kr9gl7FVj_Gdra4yppbCxjWaUZftsGqtUnIVxi6S5bBdtxmAnxhXHuvLftLiCJwNuVDzIjjWd5RwL4OprrL7p2rR_Q66JZMAX6ZpUYfUFrkTwzSS7eDaNOS1eVPPPLOeMlY5ijGhkKq/s400/La+gira+del+desamor+ok.JPG" width="282" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>Por Martín Estévez</b></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En el 2007 yo era un potus. Tenía 23 años y perseguía un rígido plan en el que sería siempre prolijo, amaría siempre a la misma mujer y me convertiría poco a poco en el as del periodismo deportivo. Recién cuando Rosana me dejó, me di cuenta de que mi vida era una poronga. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lo primero que recuerdo después de la catástrofe es que me escapé a Neuquén con Tati, pero su recuerdo estaba en cada lago Huechulafquen. Después dejé de comer vacas y gallinas. ¿Cómo pensar en carne cuando te sangran las tripas? Todo fue apenas la previa de la verdadera fumata: <i>la Gira del Desamor</i>. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Como no sabía qué hacer, decidí que durante seis meses, entre el 1° de julio y el 31 de diciembre de 2007, debía hablar sobre mi tristeza en todos lados, todo el tiempo, y hacer algo nuevo cada día. Lo que fuera: tragarme un chicle, viajar a Villa Bosch, subirme a un dromedario. Algo que jamás hubiera hecho. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Compilaría todo en un libro cuya tapa arrancaría siendo la cara gigante de Rosana; se sumarían caritas pequeñas de quienes participaran de alguna manera. La tapa quedó horrible pero me parece una gran metáfora: los ojos de Rosana espiando y todes les demás ocultando un poco su recuerdo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Como no había hecho casi nada, fue fácil probar cosas nuevas: tomé vino y cerveza, fui solo a un boliche, vi a Les Luthiers con mis primos y mi tío, a Gabriel Rolón (el psicólogo) con Chuna, a Alejandro Dolina, a Fito Páez, leí a Hernán Casciari por primera vez, volví a terapia después de 13 años. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“También está nevando sobre tu nariz” pensé el 9 de julio, durante la única nevada en Buenos Aires en cien años. “Nos deja embarrados en el silencio, olvidados de Dios. Indisoluble, inmodificable, estúpidamente lógica”, escribí sobre la muerte tras un funeral. “Qué día el de hoy, cuando mis abuelos sonreían por la mañana y todavía soñaba con que ella volvería”. Esa paradoja barata, esa nostalgia adelantada, evidencia la forma melosa en la que escribía en 2007. ¡Ay, qué pesado era! </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Algunas “cosas nuevas” fueron más osadas: una muestra artística ¡en una iglesia de Temperley!, la primera cita con alguien que conocí en Internet (qué mal la pasé), la exitosa rebelión de empleados contra un jefe corrupto, mi primer blog, votar a Pino Solanas, ser modelo publicitario. También empecé a gustar de mi amiga Julia y fuimos juntes al cine.</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“¿Dónde te veré la próxima vez? ¿Creeré que sos la misma, creerás que soy el mismo?”, me pregunté mientras viajaba a Campana con mis únicos amigos, llamados Pablo. Pronto supe que Rosana estaba en pareja, entonces huí del país y me fui a sufrir a Uruguay. Racing supo acompañar ese momento de mi vida: perdió 4-3 un partido que iba ganando 3 a 0. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“Aun apagada, tu voz está más encendida que toda mi furia”, dice el <i>Diario del Desamor</i> que todavía guardo. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Una noche volví caminando a las tres de la mañana bajo una tormenta imposible. En la última parte de la gira, inventé la “recorrida laboral” (visité a seis personas en sus trabajos el mismo día), acompañé a mi abuelo Víctor a cobrar su jubilación y, a fuerza de speed con vodka, me emborraché por primera vez, en una fiesta de disfraces y con mis primos alrededor. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En la escala anímica que ya usaba, la del 0 al 37, empecé la gira en 13 y la terminé en 22. Lo sé porque el diario va marcando los cambios: “Un 21 que se parece mucho a un 20 y mi vida que se parece mucho a tu sombra”. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Si la separación se pareció a morir, <i>la Gira del Desamor</i> fue como renacer. La angustia no me tiró en la cama, me sacó a la calle, a la lluvia, al riesgo, a vivir. Al principio quería algo para contarle a Rosana cuando volviéramos; después asumí que tenía que hacerlo por mí. Durante <i>la Gira del Desamor</i> no fui feliz, pero empecé a construir el Martín que soy ahora.
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El otro día alguien me acusó de escribir siempre con moraleja, Y sí, tiene razón. Cuento esto para que las que están angustiadas, los que odian su vida, empiecen a romper sus estructuras como les salga. Oblíguense, como me obligué durante 184 días a no ser un potus. Inventen sus giras, sus propias excusas para animarse a lo nuevo. Descubran que vivir da miedo pero está buenísimo. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“Soy tu voz cuando censuró mi sonrisa y la palabra que me la devolvió –escribí en la última página del <i>Diario del Desamor</i>–. Soy cada demente que se subió a mi tren descarrilado y le cambió el recorrido. Soy nostalgia gigante, nervios encriptados, imágenes de regalo que me atragantan. Soy este conteo final en el que mi familia, como símbolo de todos los ellos que acariciaron mis heridas durante seis meses, abraza un final que invita a nuevos comienzos. La Gira del Desamor ya nació, ya me sonrió y ya se fue. Como ella. Como todo”.</span>Martín Estévezhttp://www.blogger.com/profile/18188144250437809537noreply@blogger.com0