sábado, 27 de diciembre de 2008

Mes 33: El día que fui silencio

... Donde el límite lo marca el dolor; la cotidianeidad como catástrofe; imposibilidad de avanzar; y donde los puntos suspensivos se extienden...

Quizás no supe dirigir una orquesta
Que cante contigo de madrugada
Que acune tus sueños en cada siesta
Y entone una canción que ya fue olvidada.

Quizás me reclame un imperfecto día,
O una mancha gris en el centro del cielo,
La tarde importante que no tuvo vuelo
O no haberte dicho cuánto te quería.

¿Qué soy si me busco en un tiempo pasado?
¿Habré abandonado alguna primavera?
¿Será que es inútil la sala de espera?
¿O soy la nostalgia de un enamorado?

Me siento un instante y observo tu foto
Inconscientemente se pierde la rima
Prefiero sentir a mi corazón roto
Que ver tu dulzura morir en la esquina.

Me siento un error intentando ser arte
También un hereje intentando explicarte
Destellos que de irrelevancia murieron
Quizá solo deba callarme y amarte.

El cielo vuelve.
El gris se extinguió.
El mundo grita.
Eres sol.
Y sólo callo.


(La herida seguía, pero ella seguía siendo sol. Al final pude ver a mi corazón roto y, quizás, a su dulzura morir en la esquina. No hubo preferencia, no hubo elección. El cielo se fue. El gris se expandió. El mundo calla. Ella es sol. Y sólo grito).

No hay comentarios: