domingo, 30 de marzo de 2008

Desde dos puntos distintos

A veces deberíamos mirar las cosas desde dos puntos distintos
Y no sentenciarnos a la frialdad de la lógica.
Lo bueno de ser pesimista es que sabés lo que va a pasar
Y lo bueno de ser optimista es que luchás para que eso no pase.
Un largo silencio puede ser indicio de soledad,
Un largo silencio puede parecer indicio de paz, de una gran paz.
A veces deberíamos mirar las cosas desde dos puntos distintos.
El ventilador está prendido y sigo sintiendo calor
Mis ojos están cerrados y sigo viendo el dolor
Mi corazón está abierto, esperando por tu amor
Y no me lo querés dar, y no me lo querés dar...
Si no creyéramos en nadie, nadie creería en nosotros
Si no buscáramos a nadie, nadie nos buscaría a nosotros
Si no pensáramos en nadie, nadie pensaría en nosotros.
Pero si no amáramos a nadie...
Si no amáramos a nadie, no seríamos nada, mi amor.
Amar un sol, amar un mar, amar un recuerdo que nunca se va
Amar la canción, amar la ilusión, amar un momento que no pasará.
Amar un café, un beso, un amor, amar la vida que yo mismo viví
Amar un lugar, amar no olvidar, amar el futuro que ya va a venir.
Sólo amar, y nada más, es lo que deberíamos hacer.
Y, a veces, no mirar las cosas desde dos puntos distintos.


(El mito: uno de los intentos adolescentes menos fallidos. Deseos tales como "amar la ilusión, amar un momento que no pasará" o "amar no olvidar, amar la vida que yo mismo viví" empiezan a dejar al descubierto un espíritu nostálgico, la búsqueda de lo real. Con algo de ingenuidad, sí, pero una ingenuidad tan bien dirigida que llega a ser querible).

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