... donde el reloj de arena apremia y la razón premia; donde la simpleza no es nada simple, y algo acaba con cifras repetidas; donde hay momentos gratos...
Te miro y no pienso, princesa del viento
Más que en abrazarte en todo momento
Tu mano en mi cara, tu boca en mi boca
Tus labios mojados que tanto provocan.
Te pienso y no puedo, princesa del cielo
Borrar tu recuerdo y tan sólo espero
Volver a tus brazos, que enciendas el fuego
Benditos tus besos, maldito el deseo.
Y tu sonrisa me puede, y tus ojos me llenan
De un brillo dorado que no puedo ver
Rodeado de luces, tu cuerpo seduce
Y sólo tus besos aplacan mi sed
Y como si nada, sos princesa y hada
De un cuento que sólo yo puedo leer
De amor voy tan lleno, resbalo en tu pelo
Mareado por el perfume de tu piel.
Aunque nadie escuche, alma de peluche
Te cuento en las noches que me haces perder
Lo poco que enhebro en mi pobre cerebro
Cuando tus besos logran enloquecer
Todos mis sentidos y sólo te pido
Que besarme nunca lo dejes de hacer
Y aunque se termina esa gloria divina
Quisiera decir por enésima vez:
No importa, mi cielo, tu color de pelo
Si es 4, si es 5 o si es fin de mes
No importa, no temas, si tienes problemas
Si todo tu mundo se pone al revés
No importa el pasado, si vives al lado
Si mucho por vos tengo que recorrer
No importa si encierras las más grandes guerras
La paz dentro tuyo yo la podré ver
Tan sólo quereme, extrañame, entendeme
Regálame un poco de todo tu ser
Y te lo prometo, pequeña princesa,
Que juntos muy felices vamos a ser.
(Navega todo el tiempo entre lo obvio y lo realmente lindo. Siempre quiso ser 'linda' esta poesía, sí, me acuerdo. Y es de esos mamarrachos que valen por una sola idea: "No importa si encierras las más grandes guerras, la paz dentro tuyo yo la podré ver")
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