"... Me enseñaste a fijarme más seguido
en el valor de las sonrisas que en el valor de los billetes.
Aprendí a ser mejor –o al menos intentarlo— sólo por enorgullecerte.
Aprendí a besarte de cien maneras, y a acariciarte de mil.
Me enseñaste a recibir cada abrazo como un premio único,
y a darlos sólo por convicción.
Me enseñaste a disfrutar de cosas que antes ni siquiera veía.
Intentaste entenderme siempre, cuando muchos hubieran abandonado.
Y cuando no pudiste hacerlo, no me dejaste solo.
Me enseñaste a pensar mi vida siempre pensando en la tuya.
Me enseñaste que los malos chistes pueden ser divertidos
si los cuenta la persona justa...
Aprendí que la primera respuesta no siempre es definitiva.
Aprendí a soportar esa angustia tan amarga al extrañarte.
Me enseñaste a seguir de pie aún tirado en el suelo.
Aprendí el valor de los días 5, y lo mojados que son los 4.
Me enseñaste a dejar lo malo en el pasado, y lo bueno en el recuerdo.
Aprendí a no creer en el futuro, sino a crear el futuro.
Me enseñaste que lo ideal es imposible, pero que su búsqueda es hermosa".
("Me enseñaste", 2004)
"... Me quedé con la lluvia que alguna vez nos regó
Me quedé triste cuando partías
Me quedé con la noche que nos fusionó
Me quede con fantasías.
Me quedé con una semana tuya
Con tu nariz, y tu pelo
Con tu sabor, tus preferencias
Me quedé con tu historia..."
("Mes 45-46: Pertenencias", 2005)
"... Quise darte el mundo entero, sólo mi mundo llegué a juntar
Lo envolví en papel de calcar para que sepas que allí te espero
Y simulé dejarte un te quiero cuando sólo te supe amar..."
("Mes 51-52: Quise", 2005)
en el valor de las sonrisas que en el valor de los billetes.
Aprendí a ser mejor –o al menos intentarlo— sólo por enorgullecerte.
Aprendí a besarte de cien maneras, y a acariciarte de mil.
Me enseñaste a recibir cada abrazo como un premio único,
y a darlos sólo por convicción.
Me enseñaste a disfrutar de cosas que antes ni siquiera veía.
Intentaste entenderme siempre, cuando muchos hubieran abandonado.
Y cuando no pudiste hacerlo, no me dejaste solo.
Me enseñaste a pensar mi vida siempre pensando en la tuya.
Me enseñaste que los malos chistes pueden ser divertidos
si los cuenta la persona justa...
Aprendí que la primera respuesta no siempre es definitiva.
Aprendí a soportar esa angustia tan amarga al extrañarte.
Me enseñaste a seguir de pie aún tirado en el suelo.
Aprendí el valor de los días 5, y lo mojados que son los 4.
Me enseñaste a dejar lo malo en el pasado, y lo bueno en el recuerdo.
Aprendí a no creer en el futuro, sino a crear el futuro.
Me enseñaste que lo ideal es imposible, pero que su búsqueda es hermosa".
("Me enseñaste", 2004)
"... Me quedé con la lluvia que alguna vez nos regó
Me quedé triste cuando partías
Me quedé con la noche que nos fusionó
Me quede con fantasías.
Me quedé con una semana tuya
Con tu nariz, y tu pelo
Con tu sabor, tus preferencias
Me quedé con tu historia..."
("Mes 45-46: Pertenencias", 2005)
"... Quise darte el mundo entero, sólo mi mundo llegué a juntar
Lo envolví en papel de calcar para que sepas que allí te espero
Y simulé dejarte un te quiero cuando sólo te supe amar..."
("Mes 51-52: Quise", 2005)
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