"Sueño con serpientes", decía Silvio Rodríguez. Yo sueño con un gol heroico de Pepe Chatruc, o al menos con un beso. A veces soñamos tan de más que odiamos nuestros sueños, no sólo al punto de no querer soñarlos, sino que ni siquiera queremos realizarlos. Me parece que sueño un gol de Chatruc pero me parece que más sueño con una patria independizada de Racings y de Chatrucs y de excusas torpes. Me parece que sueño un beso, y sueño un beso. Malditas Micaelas elevadas a potencia, malditas ausencias. No soy nada de lo que fue Silvio Rodríguez, tampoco soy nada de lo que fui yo. Pero aún me acuesto cada noche. Y sueño.
(Texto que acompañaba a un archivo adjunto para Pablo con una nota sobre... futbolistas mexicanos. Mayo de 2008.)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario