martes, 29 de abril de 2008

Acariciando tus manos

Era cenizas y me hiciste fuego
Por vos aprendí a resistir el dolor
Estoy tan perdido cuando no te veo
No encuentro alegría si no estás, mi amor.
Pensaba ver todo con ojos cerrados
Pero sin intentarlo los abrí por vos
Para ver tu mirada sentada a mi lado
Para ver, encantado, lo hermosa que sos.
Y nunca intenté demostrar mi cordura
Mucha no tengo, bien lo sabés
Sólo intenté ser feliz con locura
Con vos lo consigo, ¿tan fácil es?
Es fácil quererte y mirarte a los ojos
Es fácil perderme escuchando tu voz
Difícil, en cambio, es no ver tu ternura
Difícil , en cambio, es la vida sin vos.
Te cambio, princesa, mi amor por un beso
Te cambio mi vida por una canción
Que grite muy fuerte que no me arrepiento
De haberte entregado mi corazón.
Y no es tan difícil, reconozcamos:
Sonrisas gigantes, problemas enanos
Y el mundo perdido que juntos buscamos
Lo encuentro tan sólo tomando tus manos.
¡Volemos juntos, sin mirar nuestras alas!
¡Si estamos unidos el tiempo es eterno!
¡Volemos juntos, sin miedo a las balas!
¡El cielo de todo podrá defendernos!
Y vivir acariciando tus manos yo quiero
Y si me arrancan el alma y no puedo vivir
Acariciando tus manos yo me quedaría
Sería una hermosa forma de morir.


(El mito: y sí, el tipo se enamoró de nuevo. Pero esta vez su utopía personal no era una imagen, no era inalcanzable. Ahí estaban sus manos, las de ella, las de él, ahí estaba el primer contacto intenso. Ahí sucumbió mi alma a sus encantos, ahí sucumbió mi vida a su lealtad. Me vuelvo, espío una uña del pasado, y respiro sus manos. Bendito el comienzo de mi derrumbe. Bendito el día en que la conocí).

Te sigo perdiendo

Pasa la vida y te sigo perdiendo
Aunque ahora no llore, todavía me importás
No pretendo tener tus ojos
Tan sólo tu vida y muy poco más.
El amor se aleja, es raro y lo siento
Pierde la oscuridad poco a poco tu forma
No digo que esa estrella no siga siendo la tuya
Sólo que tal vez ya no sea la más brillante.
¿Vale que llore un par de lágrimas sin sentirlas?
Serían las últimas, sería el final
No quiero hacerlo y nadie me obliga
Sólo tu ausencia y algo de allá
Algo tan fuerte que me hace pensar
Que toda esta rueda vuelve a girar
No puedo frenarla, lo siento, no llego
No vas a ayudarme y no te lo pienso pedir.
Necesito un poco de aire y un poco de mar
Y sueños nuevos que remontar
¿Es mucho pedir un poco de paz
si lleno de guerras no puedo pelear?
Herido o no, pateo esperanzas
Hacia un final que no llega más
Si caminando sonrío, solo, espontáneo
Habré conseguido una estrella bajar.


( El mito: el final de la primera gran historia, el enlace con la segunda, la conciencia de que si todo se termina todo vuelve a empezar. Una noche del año 2000 alguien descubre que ya no camina los mismos caminos, que otros ojos desviaron su rumbo. La primera poesía casi de desamor, la primera poesía que, en vez de adorar la esperanza, la elimina, la desplaza, la transforma. No serás vos, pese a que te soñé. No serás vos pese a que te voy a querer toda mi vida. No serás vos porque es probable que sea otra. Aunque otra nunca sea. Aunque siempre seas vos).

jueves, 17 de abril de 2008

Tirando paredes

Despierto los días con cara de nada
Cada mañana, un nuevo resurgir
Ver el Sol es una foto que debería guardar para siempre.
Asomo a la vida con algo de temor
Solitario, peón sin rey
Veo un sendero largo y sinuoso
Con final incierto, como en un cine.
Elevo mis sueños y me acerco a ellos
Inválido quijote contra sus molinos de viento,
Pero me alejo tan rápido que ni puedo verlos
(que no te sorprenda que sea así).
Como un gladiador a sus escudos
Me abrazo a cada esperanza sin titubeos
En mi ciudad, las dudas son de papel
Y yo sin tijeras, y yo sin tijeras...
Esquivo obstáculos una y otra vez
Pero hay malas noticias para mí y para vos:
Siempre hay uno demasiado alto.
“Quelevachaché”, me dice un viejo sabio
“La vida es una herida absurda”, grita un tango que suena fulero.
Con avasallante melancolía recibo al atardecer
Que me trae un mar de recuerdos
Buenos, malos, gloriosos... recuerdos, al fin.
Pienso: “Ya no hay héroes en este país de villanos”
Viejos comics me gritan lo contrario, pero no los escucho
Si estás demasiado ocupado con los problemas,
¿Para qué prestarle atención a las soluciones?
No esconde bien la noche
Mi decepción por el fin de otro día
Perdí una batalla (otra más), pero la guerra continúa.
Me encuentro por momentos sin rumbo
Como un goleador sin arcos
Pero tiro una pared con mis sueños
Que siempre, pero siempre, la devuelven redonda.
El círculo está por cerrarse
Y el final del camino, incierto ya no es
No descubrí nada nuevo en él
Es más, creo que siempre supe cómo sería
Porque ya lo había visto... ya lo había visto.
Al final, la vida es como un partido de truco
Donde el Destino es el que reparte
Y a mí sólo me queda esperar mejor suerte la próxima vez.
O seguir tirando paredes...
O seguir tirando paredes...

(El mito: es lógico que estas palabras no sean las mejor enreveradas, acá empieza una búsqueda. Fallida, claro, pero remonta la melancolía, las citas, un estilo que no es sino una suma de estilos. Y les juro que atrás hay un dolor, hay un chico asustado que tiene que dar un paso que cada día no podía dar. No se trata de romanticismo, se trata de esas extrañas cargas que todos llevamos hasta lo insoportable. Ver el Sol es una foto que debería guardar para siempre...).

miércoles, 16 de abril de 2008

Superman

No me aflojes, Superman
Que quiero verte volar una vez más...
Ya no podrán detenerte,
Capa al viento e imponente,
Mientras yo recuerde
La gran 'S' sobre tu pecho.
Y sabré que estás ahí
Cuando la bandera de la justicia flamee
Ésa, la que juraste defender
Ésa, por la que darías tu vida.
No me aflojes, boy scout
Que mi alma está con vos
Sea en la Luna o en Krypton
O con un Luthor en cada esquina.
Ponga huevos, Hombre de Acero
(y no se enoje por mis modales)
Es que la calle está dura
Y sólo con músculos no alcanza
Porque cuando hay odio,
Cuando hay injusticia, cuando hay dolor
Sabemos que es momento de hacer algo
Sabemos que es momento de intentar todo
Sabemos que es momento de mirar el cielo
Porque sabemos...
Que es un trabajo para Superman.

(El mito: el simbolismo mágico del héroe indemne a la infidelidad social, el ruego porque algo suceda, algo entre tanta tristeza, algo entre tanta injusticia. Creer y creer hasta que duela, invocar, rezar, verse reflejado en lo imposible. Tenía tantos ideales entonces... apenas algunos menos que ahora...).

miércoles, 2 de abril de 2008

Ojos de cielo

Ojos de cielo, rayos de sol
Una sonrisa que la vida no te borra.
Ojos de cielo, luces de amor
Flotando sobre una vida contaminada.
Ser tan hermosa te hace ser tan especial
Llenándome de vos, y sintiéndome vacío
Necesitando mucho más que tu vida
Me basta con tu mirada
Y siento que lo tengo todo
Sin haber tenido nada.
Sos mi luz, y ya no tengo oscuridad
Sos mi silencio, y ya no necesito palabras
Sos mi alegría, y olvido las tristezas
Sos mi paz, y no existen las guerras.
Necesito verte a vos, a tu belleza una vez más
Y que la arena, esta vez, no se escape de mis manos
Y en un loco intento por contener tu luz
Perderme en el interminable océano de tus ojos.
No necesito explicaciones cuando te veo
Y no puedo buscarlas mientras pienso en vos
Y aún así, lo entiendo todo
Lo entiendo todo por tus ojos de cielo.
Ojos de cielo, rayos de sol
Y tu sonrisa, opacando a las estrellas
Ojos de cielo, y luces de amor
Que poblaron el desierto de mi corazón.

(El mito: ella tenía una belleza absoluta, de esas bellezas exactas como las matemáticas, constantes como la física, diáfanas. Su pelo, su forma de caminar, su osadía. Ella le arrebataba estallidos al mundo, inalterable. Nunca supe que sentí por ella. Quizá admiración, quizá intensidad, probablemente amor. Ella era tan adolescente como yo, y éstas son las únicas palabras enreveradas que guardé para ella. Alguna vez volví a verla. Y nunca se las regalé, claro...).