sábado, 31 de octubre de 2009

Historia Universal, capítulo 5: Imperio Asirio

Imperio Asirio (745 a.C. - 539 a.C.)

Asiria fue un país de enorme extensión en el sudoeste de Asia, centro de un imperio gigante, de los más importantes de la Historia Universal. Sin embargo, Asiria ya no existe. Y pocos saben, y pocos recuerdan.

Asiria es a la Historia Universal lo que muchas cosas son a nuestra vida. Personas, colegios, hechos que durante un período de nuestra existencia fueron fundamentales, vitales, imprescindibles, y que finalmente desaparecen. Personas, colegios, hechos que ya no existen. Y pocos saben. Y pocos recuerdan.

Para los hombres sensibles de Lomas y para los refutadores de leyendas de Campana son días llenos de Asiria. Días y semanas repletas de personas y situaciones que se van extinguiendo, que se nos escapan del bolsillito de la campera, que pronto serán olvidados o ignorados. Se nos están yendo cosas, algunas ya se fueron, y personas, y lugares.

El Universo siguió sin Asiria, y nosotros seguiremos sin mañanas de novedades, mediodías de caminatas y tardes de galletitas.

En Darregueyra y Santa Fe ya no se resuelve más el mundo, en Asiria ya no se libran más batallas espeluznantes. Pero, al menos, en el Imperio de Buenos Aires podemos aferrarnos a lo poquito que todavía no perdimos. Que no es tan poquito. Y que quizá no lo perdamos nunca.

(Publicado originalmente en
www.fotolog.com/del0al37 durante agosto de 2009, después de perder un trabajo pero antes de ganar una vida nueva para el Universo.)

domingo, 25 de octubre de 2009

Historia Universal, capítulo 4: Imperio Egipcio

Imperio Egipcio (4000 a.C - 525 a.C.)

Ya habíamos hablado del Big Bang, de los dinosaurios, de los monos. ¿Qué tocaría ahora en nuestro desprolijo recorrido por la Historia Universal? Egipto, sí, Egipto.

Pero me da la impresión de que no le importa a nadie. O sea, yo mismo vengo escribiendo referencias a otras cosas en este Fotolog, y hace casi un mes que no posteo. Y sabía que tocaba hablar de Egipto, pero no lo hacía.

En realidad, me da la impresión de que a nadie le importa nada. No sólo el esplendor del Imperio Egipcio entre los años 3000 y 31 antes de Cristo, que aunque fue grosso nos toca bastante de lejos, sino que no nos importa nuestro país, nuestra ciudad, el presente. No nos importa nada excepto nuestras pequeñeces, engrandecidas por lo chico que es nuestro pensamiento.

Me da la sensación, lectores de este Fotolog, que a nadie le importa un rábano lo que yo escriba acá, que están leyendo sólo en busca de algo que los acerque más a ustedes mismos, y no algo que los acerque a otras personas.

A nadie le importa nada y eso es bastante terrible. Pero también hace que sea tan especial la aparición de esas personas que sí piensan en algo más que en sus dedos. Personas que sienten, que se escapan de lo que sienten, que abrazan lo que sienten, que comparten. Personas que, repletas de foquitos o en la oscuridad, tienen la maravillosa cualidad de no ser únicas pero, de todos modos, hacernos sentir lo contrario. Apostaríamos la vida a que no hay nadie, nadie tan especial como esa línea rosa que acaba de cruzarse con la nuestra generando un punto que antes no existía. Y perderíamos la apuesta con todo placer.

Lo que queda claro, en definitiva, es que a nadie le importa nada, y mucho menos el Imperio Egipcio. Especialmente a mí, que me he dedicado a hablar de mis pequeñeces en vez de contarles sobre Mentuhotep IV...


(Publicado originalmente en www.fotolog.com/del0al37 durante mayo de 2009.)

martes, 20 de octubre de 2009

Micaela

Te soñé un día
Y eras así, Micaela.

Interrumpís cada tristeza
Con tu sonrisa irreverente
En soledad o entre la gente
Me iluminás.

Tu almita de papel glacé
Distorsiona al Universo
Nos sos mis mejores versos:
Sos los que haré.

Alguien me explicó una vez
Que Dios estaba escondido
Hasta hoy no lo había creído:
Lo vi en tus ojos.

No sos nada para mí
Excepto un milagro
Conversar con vos
Es mejor que ser feliz.

No me regales tu tiempo ni tus juegos
No me esperes, no me nombres
Viví, que con eso me sobra tanto...

Pitufina aprincesada
Cenicienta verdadera
Encontré en vos la esperanza
Que ni siquiera busqué.

Te soñé un día, era verano
Alguien cantaba bajito
Tenías un libro en la mano
Que nada tenía escrito.

Te soñé y abrías puertas
Traslucías, dibujabas
Contabas historias ciertas
Con verdades que inventabas.

Te soñé brillante, sincera
Abrazada a tu inocencia
Con cara de primavera
Con tu infinita paciencia.

Y hoy te miro y muero un poco
Sólo por darte más vida
No me alcanza el alma para quererte.

Y hoy te escribo y vivo un poco
Respirando tus ideas
Me enredás en felicidades.

Te soñé tanto que aún te sueño
Y eras tanto que todavía sos
Prometo guardarme tus sonrisas.

Te soñé antes de saberte
Y sin notarlo te esperaba
Te soñé y robé la suerte
De besar lo que soñaba.

Te soñé preciosa, volando
En un mundo que no vuela
Te soñé un día y lo juro:
Eras así, Micaela.


(A veces el secreto de la felicidad mide menos de 1,20m)

lunes, 12 de octubre de 2009

Sobornando a mi lengua para no nombrarte más

A mí me están robando uno de los sueños más grandes de mi vida. No me lo robaron ni me lo van a robar: me lo están robando, todo el tiempo, todos los días, ahora mismo.

Desde que mi sueño empezó a perder color hasta hacerse casi invisible pasé por gran parte de los estados que conozco: sufrimiento, tristeza, llanto, desespero, depresión, espera, ruego, lamento, angustia, decepción, esperanzas, entusiasmo, optimismo, frustración, abandono, vuelta a empezar, vuelta a sufrir...

Sigue desapareciendo, sigue muriendo mi sueño, tan de a poco que el dolor es una especie de agonía imposible de esquivar, intensa, intravenosa, atroz.

Me regalaron esa sensación absolutamente injusta de quien ama a alguien que va a morir pronto, sí o sí, sin saber cuándo: el deseo de que muera pronto para que no sufra (para que no sufra él, para que no sufra yo) chocando trece veces por segundo con el deseo de seguir sosteniendo una esperanza más pequeña que la Tierra (si una esperanza es menor que un objeto, se sabe, tiende a la inexistencia).

Me parece que quiero que mi sueño muera pronto, pero mucho más me parece que quiero seguir sosteniendo esta esperanza, aun con el riesgo de creer que sostengo entre mis manos algo ya invisible cuando en realidad no sostengo nada de nada de nada.

Cuando pienso en ella, en el sueño chiquito que me encontré hace poco, me parece que quiero que el sueño gigante que actúa como un gran agujero muerto desaparezca. Que me deje en paz.


(Publicado originalmente en www.fotolog.com/del0al37 durante enero de 2009, después de saber algo importante en mi vida, pero antes de sentir algo fundamental.)

jueves, 8 de octubre de 2009

Historia Universal, capítulo 3: ¿Mono o stereo?

En el Universo se experimentó con monos, llevándolos al límite del dolor y la crueldad, con la justificación de que esos experimentos podían ser beneficiosos para la Humanidad. Curioso lo de estos hijos de re mil puta: realizar acciones inhumanas en nombre de la humanidad.

Se sigue experimentando con muchos animales, con monos también. Que seamos descendientes de monos es sólo un detalle: no sólo ellos, cualquier animal merece un kilo de paz. Pero igual nos los comemos, claro. Hermosa humanidad.

Por otra parte, las chicas están cada vez más monas en Buenos Aires. Y cuando digo 'monas' no me refiero a que las torturan (aunque hay cada novio...) sino a su belleza indisimulable. A veces no se puede caminar sin que el alma nos haga "cuishhhh" ante unos ojitos, unas piernas épicas, una actitud de diosa escandinava.

Entonces trato de entender a la Humanidad. ¿Cómo pueden tantas mujeres hermosas surgir de un lugar tan desagradable? Me pregunto si las mujeres nazis también eran hermosas. Estoy seguro de que no: la belleza no es compatible con la idiotez, el nazismo ni las torturas. Pero sí es compatible con los monos, esos animalitos tan hermosos que merecen un kilo de paz.

Al fin y al cabo por algo decimos, de las mujeres hermosas, que están muy monas.

(Publicado originalmente en www.fotolog.com/del0al37 durante octubre de 2008.)